Entrevista | Víctor Lorenzo Alonso Delgado Profesor de Sociología de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y escritor

Víctor Lorenzo Alonso: «La Lucha Canaria está vinculada al espectáculo desde el XIX»

Una reyerta entre aficionados durante una luchada en 1834 permite al escritor tinerfeño Víctor Alonso viajar en el tiempo a través de las páginas de su libro ‘A causa de la Lucha celebrada en San Bartolomé de Geneto’, para conocer la idiosincracia del deporte vernáculo hace casi dos siglos y sus paralelismos con la actualidad.

Víctor Alonso posa con su libro en el campus de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria en Tafira. | | ANDRÉS CRUZ

Víctor Alonso posa con su libro en el campus de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria en Tafira. | | ANDRÉS CRUZ / Santiago Icígar

Santiago Icígar

Santiago Icígar

¿Qué le motivó en su momento para convertirse en escritor?

A uno le gusta complicarse y desde pequeño siempre me gustó leer. La curiosidad es lo que me ha movido siempre. Vengo de una familia humilde y tenía un tío que ya falleció, que me despertó la curiosidad por leer y por aprender cosas. De ahí surgió mi necesidad de escribir libros, una vez que me vi capacitado para contar algo parecido a lo que ya has leído.

¿Cuál es su relación con la Lucha Canaria?

Nunca practiqué la lucha canaria, hice otras cosas que me han permitido ser hoy en día quien soy. Pero provengo de un entorno donde la lucha era algo normal y en parte eso condicionó que no la practicase. Yo soy de Portezuelo, Tegueste y allí todo el mundo era luchador y siempre me frenó el gran nivel que había. Pero siempre me gustó y mantuve siempre una relación entre cercana y distante. Era una forma de entender la práctica deportiva en un entorno popular en el que no tenías más recursos que esos. Cuando acabé la carrera en el año 2000 avancé en mi interés por la lucha desde un punto de vista académico. Investigar sobre la Lucha es una forma de devolver todo lo que me ha dado durante mi vida.

¿Qué tiene de especial?

Es un deporte muy estético, con una liturgia especial, el terrero, las luces, el vestuario, las mañas, los agarres, pero lo más representativo en mi opinión es lo que representa la Lucha para aquellos que la practican, es un elemento que quizás no lo ponemos en valor porque aquí ya lo vivimos de cerca. Se crea un microcosmos muy interesante en las vivencias en el terrero.

«Estoy convencido que el mayor potencial de crecimiento está en la Lucha femenina»

¿En qué momento se encuentra en la actualidad el deporte vernáculo y la apuesta por la Lucha femenina?

Con los datos en la mano las cifras actuales se aproximan a las que existían antes de la pandemia, pero son muy inferiores a las que habían hace 20 años. El número de licencias que en el 2000 llegó a la cifra de 5.000, hoy en día se ha reducido a la mitad, hay un declive bastante fuerte a partir del 2010. La Lucha es cíclica y sus subidas y bajadas dependen de la atracción del público, del espectáculo o de que haya luchadores buenos, pero lo que ha ido bajando ha sido el nivel del agua. Lo mismo pasa en el caso de la Lucha femenina, en la que el número de licencias es mayor al del 2019, pero en el total de cifras federativas oscila entre el 12 y el 15%. Donde si hay un repunte en los últimos dos años es en la Lucha escolar, pero como en todos los deportes de contacto, cuando se alcanzan los 15 años hay una cifra de abandono muy alta de niños y de niñas. Es necesario llevar una línea de trabajo a largo plazo, porque los picos cíclicos es lo que te está llevando a ir a tirones, al ser un deporte vinculado al espectáculo desde el siglo XIX. Hay que darle apoyo y sostén a los clubes y darles una campaña de fomento, hacer un trabajo de tecnificación con los jóvenes. Estoy convencido de que la expansión de la Lucha está en las mujeres, es donde hay un mayor potencial de crecimiento.

¿De dónde nace la idea que le lleva a escribir ‘A causa de la Lucha celebrada en San Bartolomé de Geneto (1834)’ y que busca con este libro?

Nace de un proyecto que me encarga la Dirección General de Patrimonio en 2019 para hacer un estudio de la historia de la Lucha Canaria. En ese trabajo de búsqueda en el archivo histórico de Santa Cruz de Tenerife localizo un expediente judicial de 80 páginas, que habla de una Lucha en Geneto. En ese momento no conocía nada escrito sobre esto, estuve indagando, lo leí y en el año 2020 haciendo un vaciado sistemático de publicaciones localicé un capítulo de un libro de actas del 93 que escribe el catedrático Manuel Hernández, donde en varias páginas hace alusión a esta Lucha. Posteriormente contacté con distintas editoriales para ver si cabía la posibilidad de publicarlo, hasta que el Instituto de Estudios Canarios acepta sacarlo. Hablé entonces con un compañero, Daniel García Pulido, historiador de la Universidad de La Laguna, que trabaja muy bien con la documentación y que se ha encargado de realizar la transcripción crítica del documento, añadiendo notas donde explica quien es cada persona y donde está cada localidad. Luego hablamos con el catedrático de la Universidad de Lleida, Pere Lavega, para que hiciera el prólogo del libro en su calidad de presidente de la Asociación de Deportes Tradicionales. El libro es un trabajo coral, aunque los autores no han querido aparecer en la portada y consta de un prólogo de unas seis páginas, un estudio crítico que elaboro yo sobre el documento y sobre la Lucha en el siglo XIX y sobre las luchas europeas, de unas 25 páginas y el resto del documento que son unas 200 páginas en total, es el documento en facsímil y la transcripción crítica

¿Qué aporta como nuevo al deporte vernáculo este libro?

Aporta un mayor conocimiento sobre la Lucha y sobre como era Canarias en el siglo XIX, porque el documento judicial hace un rastreo sobre peleas, fiestas, justicia, sobre el léxico, formas de vivir, relaciones entre personas, nos habla de que muchas de las personas presentes no sabían firmar, nos refleja una sociedad de la que sabíamos algo, pero que en torno al mundo de la Lucha, muchas cosas las desconocíamos.

¿Hacia qué público objetivo va dirigido el libro?

El eje central es la Lucha. Intento dignificar nuestro deporte y que el eje propio del libro sea la Lucha. Se da información, se citan fuentes y se muestra muchos tipos de documentación. La idea es que se siga divulgando y que se conozca mucho más.

«El libro aporta un conocimiento mayor sobre este deporte y como era Canarias en el XIX»

¿De esa Lucha que existía hace dos siglos, que se ha mantenido en la actual en este siglo XXI?

En el libro hay un documento firmado en 1837 donde en el reverso de una de sus hojas se recogen 21 mañas y contramañas de Lucha, que aparecen citadas y explicadas. Lo interesante es que prácticamente todas se llaman así hoy en día y se practican así. En gran parte se debe a la existencia en este deporte de grupos cerrados que han permitido mantener viva esa realidad. En una ocasión un majorero me lo explicó muy bien: ‘la Lucha es como una nuez, es cerrada y protege, porque no deja entrar a nadie’. Eso le ha permitido proteger unas costumbres durante dos siglos por esa preservación y ese control, por núcleos familiares y localidades completas. Las mañas se transmiten, se conocen y se siguen haciendo igual. El libro recoge formas de luchar, de vestirse y costumbres que se intuía que podía ser así, pero que no se conocía. La Lucha en este tiempo no ha tenido un desarrollo en el que se vincule la localidad a la Lucha. En este caso, en Geneto, tuvo lugar una Lucha importante, en el que había un bando de la comarca de La Laguna y otro de la comarca de la Esperanza, además se apuntaban para completar los equipos personas de otras comarcas. No hay por tanto ese ideario de que cada pueblo tenía su propio equipo de Lucha, sino que la investigación nos revela que eso es algo más reciente. Era complicado reunir a 40 o 50 personas que supieran luchar y por eso había una cierta permisibilidad.

¿Cómo se produce la reyerta que da origen a este libro?

Se produjo durante la Lucha. En un momento determinado uno de los organizadores de uno de los bandos entiende que una de las personas que está luchando no puede hacerlo y se monta una pelea porque dice que tiene que salir y decide llevarse a sus luchadores. Se mota una pelea porque uno de los organizadores salta al terrero con dos piedras, uno le da una pedrada a otro, se terminan por dar palos y el tema se complica porque uno de los implicados es el alcalde de La Esperanza y hay un oficial de milicias al que están a punto de matarlo.

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