Raúl González, capitán del Real Madrid, aseguró un día antes del estreno en la Liga de Campeones que su equipo debe "recuperar el prestigio perdido", después caer eliminado cinco años consecutivos en octavos de final, para alcanzar una "final soñada en el Bernabéu".

Raúl compareció en rueda de prensa en el estadio Letzigrund, escenario del estreno madridista en una Liga de Campeones especial, cuya final se disputará en el estadio Santiago Bernabéu.

"Es una competición que para nosotros es la nuestra, la que tiene más prestigio y en la que tenemos que estar a gran altura. En los últimos años no hemos estado al nivel que el Real Madrid se merece", reconoció.

"Esperamos que esta nueva temporada con nuevo entrenador y proyecto lleguemos lo más lejos posible. Ojalá que a la final soñada en nuestro campo", añadió.

El capitán invitó a sus compañeros a comenzar a demostrar el hambre de éxito desde el primer encuentro, el que mañana disputarán ante el rival más débil del Grupo C, el FC Zúrich.

"Que la final sea en nuestro estadio es un plus más. Tenemos que recuperar el prestigio perdido en los últimos años, que hemos caído muy pronto. No hay mejor momento que comenzar desde mañana ya a ganar con autoridad. Dar pasos cortos para hacer camino y llegar a los momentos finales con las aspiraciones de conseguir el título", manifestó.

Y avisó sobre el peligro del rival como local, sin mirar el poco nombre que tiene el Zúrich en el fútbol europeo. "En su casa son un equipo que sólo ha empatado un partido aunque están teniendo más problemas fuera", señaló.

"Seguro que tienen mucha ilusión de enfrentarse al Real Madrid en su primer partido de Champions y nos van a poner muchas dificultades. Debemos hacer un partido serio, sabiendo que si estamos a nivel de los últimos partidos tenemos posibilidades de ganar los tres puntos", afirmó.

Por último, Raúl valoró su situación en el equipo tras su suplencia en Liga de la última jornada. "Me siento valorado y respetado. Noto el cariño de la gente y estoy muy contento de mi carrera. Tras 15 años es un orgullo poder seguir al nivel que tengo y seguir aprendiendo de los compañeros que tengo", dijo.

"Tenemos una plantilla en la que todos deben sentirse importantes. Sabemos que la exigencia va a ser máxima, jugando partidos cada tres o cuatro días. Es bueno que se administren los minutos y se lleguen a los meses finales con las piernas más descansadas para optar a todos los títulos. Es una sabia decisión", concluyó.