- No ha podido entrenar. ¿Qué tal está físicamente?

- Tengo un golpe y estoy algo cansado ya que llevaba tiempo sin jugar los 90 minutos.

- Ante el Rayo no pudo entrar en juego. ¿Fue un partido complicado para usted?

- Sí que fue difícil. Hubo mucho juego aéreo y fue todo muy trabado. Pero bueno, había que pelear y ayudar a los compañeros.

- ¿Está contento al volver al once inicial?

- Sí, ya lo venía diciendo, que iba a jugar cuando lo mereciera y así ha sido. Hace un par de semanas que me encuentro mejor y se está viendo que estoy recuperando el nivel del principio de liga.

- ¿Se refiere al nivel físico?

- A todo, al nivel físico y al mental. Han pasado tantas cosas que ha sido duro de asimilar. Ahora estoy muy bien. Estoy contento y muy metido en el juego.

- ¿Ha sufrido un exceso de presión y responsabilidad?

- Fueron tantas cosas que no puedo decir una, pero sí y la verdad es que el míster ha hecho un buen trabajo. Me ha quitado mucha presión de encima porque parecía que como el equipo estaba mal yo tenía que ser el salvador. El entrenador ahora me ha quitado esa presión, ha hablado conmigo y ahora estoy más tranquilo y con ganas de jugar.

- ¿Cómo valora la derrota contra el Rayo Vallecano?

- Es un equipo que lleva todo el año arriba. Fuimos con la mentalidad de ganar. No pudo ser. Fue complicado porque ellos en su casa son un equipo muy difícil. Aún así tuvimos opciones de empatar.

- Fue de los pocos que no acabaron con tarjeta amarilla.

- Sí, lo peor es que muchas fueron demasiado rápidos. Esto condicionó el partido. Yo casi nunca hago entradas a destiempo y decir que llevo nueve tarjetas es una barbaridad.

- Aunque casi se le vio más en defensa que en ataque.

- El partido lo exigía. Ya dije que cuando estuviera bien no tendría problemas en hacerlo.

- ¿Cómo se analiza en el vestuario la cercanía de la permanencia?

- La tenemos ahí como la tienen otros pero hay que seguir ganando. Una vez que se consiga matemáticamente nos marcaremos nuevas metas.