Modesto con pasado amarillo. Un navío humilde pero con arsenal de veneno. La SD Ponferradina, con el exjugador del Elche, Salamanca y Deportivo Claudio Barragán como alma eterna en el banquillo [descendió a 2a B en junio de 2011 y logró sólo un año después el ascenso ante el Tenerife en el Heliodoro], pisa esta tarde el estadio de Gran Canaria con cuatro rostros conocidos para la afición amarilla.

El meta grancanario de 34 años Orlando Quintana -que debutó con la UD en Primera con Fernando Vázquez (curso 2001-02)-, el también portero Roberto Santamaría -que dio el salto del filial al primer equipo de la mano de Juan Manuel Rodríguez en la campaña 2007-08-, el central Samuel San José -que militó en el club grancanario desde 2008 hasta 2011- y el delantero Yuri -amarillo en la 2007-08- retarán a la UD desde la otra trinchera. Los tres últimos coincidieron en el club grancanario en la temporada 2007-08.

Avalado por su último y único partido en Liga, Roberto Santamaría, pletórico ante el Hércules, podría ser titular en detrimento de Orlando Quintana (que ha disputado nueve jornadas de Liga). Samuel, que jugó el pasado jueves en Copa ante el Getafe, también parece que podría ser suplente. Por su parte, Yuri, máximo realizador del equipo, es intocable. El gran líder.

Dibujo táctico (1-4-4-2)

Barragán, ante las ausencias de Urko Vera, Wellington Silva, Mateo Míguez -los tres lesionados- y Juande Prados -sancionado-, apostará por su propuesta más tradicional. Sin margen para experimentos, la Ponferradina tiene a Carlos Ruiz y Robusté como pilares fundamentales de la defensa. Ancor, por el costado derecho, y Lafuente tratarán de buscar centros milimétricos para el gigante Máyor. En la mediapunta, un Yuri que tratará de reivindicarse tras firmar un año decepcionante en la Isla. Ruiz es el alma de una tropa que tiene en el juego aéreo su herramienta letal.

Golpe letal

Con sólo una victoria con el rol de visitante, ante el Castilla de Jesé, la Ponferradina cuenta con variedad de registros: elegante en su feudo y mortal bajo su armazón de cobre cuando abandona El Toralín. Un sello impredecible y peligroso.

Figura de morbo

Santamaría, tras un estreno milagroso con la UD en febrero de 2008 al detener un penalti a Canobbio (Celta), en el minuto 92 en el Gran Canaria, dejaría el club en junio de 2009 [argumentando un problema personal] para salir cedido al Málaga. En la temporada 2010-11 visitó con el Girona a la UD y se encaró con Cejudo -ahora en Osasuna-. Celebró el agónico empate del cuadro catalán y fue silbado. Hoy regresa y, con él, la polémica.