Aún no ha llegado el otoño y a la Unión Deportiva Las Palmas, después de semanas de trabajo severo, no le incomoda mostrar detalles de señor equipo desde ya. El síntoma, exhibido ya en pretemporada, es el mismo: la pelota se pone a rodar y el conjunto amarillo se mueve sobre el terreno de juego como una locomotora. Y, por reiteración, nada parece que queda al azar. Es un grupo reconocible, una obra de autor. Todo lo que se ve en los entrenamientos se palpa en los partidos: la presión muy arriba para ahogar la salida de balón del rival, rapidez de movimientos y verticalidad para buscar la portería contraria y solidez atrás. Con todo eso -que no es poco-, más el talento natural de futbolistas concretos -anoche sobresalieron piezas como Araujo, Roque o Nauzet-, a la UD le dio anoche para pasar por encima del CD Lugo (3-0) y acampar en la segunda plaza de la clasificación de Segunda División.

Fue un trabajo fino el que ejecutó ayer Las Palmas en el Estadio de Gran Canaria. A simple vista, si sólo se repara en el marcador, en lo superficial, podría parecer que el encuentro no tuvo mucha chicha. Pero para llegar al punto culminante de todo el trabajo realizado, el que situó al conjunto que entrena Paco Herrera a una distancia sideral por encima de su rival, primero hay que considerar todos los conceptos del juego que la Unión Deportiva interpretó y ejecutó a la perfección para ganar.

A Quique Setién, para atar en corto a la Unión Deportiva, le dio por variar su plan habitual. El técnico del CD Lugo calcó sobre el césped el dibujo táctico amarillo y plantó en el centro del campo a Seoane, Pita y Pelayo -uno de los tres jugadores, junto a Raúl Bravo y Uli Dávila, que participó en la jugada que dio al Córdoba CF el ascenso a Primera División el pasado 22 de junio- para contrarrestar el peso en la medular de Javi Castellano, Hernán y Roque Mesa -titular ayer en lugar de Vicente Gómez-. Y, con ese simple movimiento, todo se embarulló.

Las Palmas, con más brío, con más empeño por tener la pelota bajo control y, sobre todo, con más ansia por marcar el tono del juego, el partido se le convirtió en un ejercicio áspero. El CD Lugo no dejó pasillos libres para que el balón circulara con fluidez ni permitió espacios libres entre su defensa y José Juan -el portero elegido por Setién para ser titular-. Enredado en la ratonera moldeada por el rival, al representativo grancanario le faltó chispa, una pieza que marcara la diferencia entre tanta igualdad, para encarrilar el asunto.

Sólo se vio cómoda la Unión Deportiva cuando alguno de sus laterales -David Simón o Ángel López- rompieron tanta rigurosidad táctica. Así, por sorpresa y por superioridad en las bandas, fue cuando el equipo de Paco Herrera encontró la manera de inquietar de manera leve a un adversario feliz en medio de un encuentro de tendencia plomiza, casi industrial.

Fue en el minuto 42 cuando Ángel López, habilitado por un buen pase de Asdrúbal, dispuso de la única ocasión clara de gol para los intereses de Las Palmas en la primera mitad. El futbolista de Santa Lucía, escorado hacia la izquierda, sin poco ángulo y poco versado en situaciones así, se topó con una mano del guardameta visitante que resolvió la única acción excitante de la primera mitad.

El rodillo, en marcha

Con la teoría sobre el funcionamiento colectivo bien aprendida, pero sin manera para hincarle el diente al rival, la Unión Deportiva encontró en el talento individual la manera para resolver el asunto. El reloj apenas había consumido dos minutos de la reanudación cuando Araujo pescó en la frontal del área un balón que Ángel López había lanzado en profundidad y que un futbolista del CD Lugo había tocado lo suficiente para desviarlo hacia la posición del delantero argentino.

Araujo, más vivo que nadie, con un punto de velocidad -tanto física como mental- por encima del resto, bajó la pelota con el pecho, se la acomodó en el suelo y, con un disparo sólido y cruzado, batió a José Juan (1-0, min. 47) para despejar el camino y desatar a la UD, que a partir de ahí se convirtió en un rodillo incontrolable para el CD Lugo.

Apenas veinte minutos después, Guzmán amplió la ventaja (2-0, min. 68) con un cabezazo que recogió un rechace del portero rival tras una falta botada por Nauzet. Poco después, en el minuto 79 (3-0), Araujo remató la faena que había iniciado poco antes tras un despiste de la zaga del CD Lugo, empequeñecido por una UD feliz por haberse encontrado así misma.