La plantilla de la Unión Deportiva Las Palmas es un grupo obediente. El jueves, en rueda de prensa, Paco Herrera señaló el liderato como objetivo inmediato y, dos días después, los futbolistas superaron el reto con buena nota: dos goles de Guzmán y el acierto de Casto -para detener un penalti a Felipe Sanchón- sirvieron para que el equipo amarillo asaltara anoche Montilivi, derrotara al Girona FC (1-2) y recuperara la primera posición en la tabla de la Liga Adelante.

Ante el segundo clasificado, en un campo donde no hace mucho recibía palos por todos los lados, la puesta en escena de la Unión Deportiva fue espectacular. Sólo tardó 40 segundos en lanzar el primer aviso el equipo de Paco Herrera. Araujo peleó un balón, ganó la porfía y, camino del área, presumió de visión de juego al entender el desmarque de Guzmán que, con todo a favor, lanzado y de frente, chutó mal en el mano a mano con Becerra.

En un escenario complejo, ante un rival eufórico por su posición en la tabla y levantado a partir de un dibujo táctico muy particular -defensa de tres hombres al atacar; zaga de cinco al defender-, a Las Palmas siempre se le vio cómoda. Durante el trabajo previo de la semana, el técnico incidió en la manera de jugar del rival y, sobre el campo, la sensación que dieron sus jugadores es que captaron la idea a la primera.

Roque fue el elegido para cubrir la baja de Hernán -lesionado- y Ángel López recuperó su plaza en el lateral izquierdo -Christian Fernández volvió al banquillo-. Además, Culio repitió en el enganche, por delante del doble pivote y justo por detrás de Araujo, con Guzmán y Momo alternándose en los extremos. Y así, con todas las piezas bien ajustadas y un buen plan en la cabeza, la Unión Deportiva se desplegó por todo el campo para imponerse en cada palmo de terreno por donde transcurrió el juego.

La Unión Deportiva leyó el partido a la perfección. Ocupó los espacios libres, se coló entre las líneas del Girona FC y, en menos de un cuarto de hora, ya había reventado el plan defensivo del conjunto catalán. En el minuto ocho, Araujo levantó la mano para dejar claro que puede ser tan letal lejos del área como cerca de la portería. Entre líneas, el delantero argentino evitó tarascadas, aguantó la pelota hasta encontrar a Guzmán que, en perpendicular, se coló en el área. Allí envió el balón Araujo y fue allí donde Guzmán dibujó un tiro cruzado para batir a Isaac Becerra (0-1, min. 8).

Ni siquiera un tiro al larguero, tras desviar el balón Casto, de David García inquietó a Las Palmas, que siguió a la suyo: mucha intensidad en el juego, piernas fuertes, verticalidad y contundencia. Si un rato antes fue Araujo el que encontró el desmarque de Guzmán, en el minuto 14 fue Momo el que calcó el movimiento, un regalo que el extremo de Badajoz no desaprovechó para volver a superar a Becerra (0-2, min. 14).

En un partido de alto nivel, jugado sin reservas por dos equipos sin el menor interés de hacer prisioneros, el Girona FC no bajó los brazos pese al mazazo. Tras varias aproximaciones a la portería amarilla, Felipe Sanchón dio oxígeno al conjunto rojiblanco. El delantero cazó un balón en largo de David García, se la jugó a Aythami Artiles en el área y batió a Casto (1-2, min. 22) para dejar abierto un encuentro que pudo liquidar, otra vez, Guzmán en la última jugada de la primera parte. Solo, tras un pase de Culio desde la izquierda tras ganar la línea de fondo, el atacante extremeño mandó la pelota fuera.

En la reanudación, el Girona FC elevó el tono y dio un paso al frente. Y ante eso, la Unión Deportiva se mantuvo firme. Reculó metros, cedió la posesión del balón, pero supo controlar al rival lejos de la portería de Casto en un ejercicio de desgaste en el que se sintió a gusto durante muchos minutos.

Ante el empuje local, Herrera apuntaló la defensa con un hombre más. En el minuto 72, Christian sustituyó a Momo y Ángel López pasó a la derecha. El movimiento, una declaración de intenciones, envalentonó al Girona FC, que en el minuto 77 forzó un penalti. Felipe Sanchón asumió la responsabilidad de tirar la pena máxima y Casto, ante el desafío, se creció: detuvo el lanzamiento y permitió a Las Palmas recuperar el liderato.