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Baloncesto Eurocup (5ª jornada, la crónica y reacciones)

Al Granca le pone el abismo

El Herbalife saca de nuevo su mejor versión y remonta al Lokomotiv Kuban con una gran segunda parte (66-68). Necesita una victoria ante el Fuenlabrada la próxima semana para pasar a cuartos

La Eurocup y la lona. Una combinación explosiva para este Herbalife Gran Canaria. Al equipo amarillo le pone sentirse al borde del ko. Cuando está contra las cuerdas saca su mejor versión. Su mentalidad ganadora es de hierro. Lleva varios años demostrándolo y en esta temporada está sublimando esa faceta al alcance de muy pocos. Para empezar el curso remontó un 0-4 en la Liga Endesa y se clasificó para la Copa del Rey con una jornada de antemano. Y ahora le ha dado la vuelta a un 0-2 en la fase de grupos del Top 16 de la Eurocup. Ayer asaltó la cancha del Lokomotiv Kuban (66-68) con una segunda parte sensacional y se acerca a los cuartos de final. Con un triunfo ante el Fuenlabrada la próxima semana en el Arena le vale para clasificarse a la antesala de las semifinales.

La victoria en la cancha del Kuban entraba solo en las quinielas de los más optimistas. Y entre ellos se encuentra toda la plantilla y el cuerpo técnico del equipo. Siempre creyeron. No importó el baño recibido por los rusos en el Arena en la primera vuelta, la dosis de desconfianza que le endosó el Andorra hace una semana o el bofetón del Valencia del sábado. Ni siquiera que el Kuban metiera los siete triples que intentó en el primer cuarto ni que se pusiera con una ventaja de doce puntos en el ecuador del segundo período (41-29, m. 16).

Se remangó el equipo amarillo, bajó al barro, se puso a defender a tope y el Kuban se volvió terrenal. Bo McCalebb fue el líder de una buena actuación colectiva en la que destacaron también Kyle Kuric, Anzejs Pasecniks y Richard Hendrix. No había perdido en todo el 2017 y de hecho su última derrota se remonta al 14 de diciembre. Llevaban ocho victorias consecutivas los de Sasa Obradovic. Casi nada. Pero surgió el carácter del Herbalife para romper la racha. Y encima en su casa, donde no perdían desde el 9 de noviembre.

La segunda parte del Granca fue tremenda en intensidad. Con McCalebb dirigiendo las operaciones y Pasecniks mandando en la pintura remontó en el tercer cuarto. Llegó a desperdiciar una ventaja de diez puntos cuando quedaban tres minutos. Pero tampoco le tembló el pulso a los amarillos, que con dos tiros libres de McCalebb y una buena defensa lo arregló.

La apisonadora rusa había sido un vendaval en el primer parcial. Con siete de siete en triples el Kuban no dio opción. Había sorprendido Luis Casimiro con un quinteto formado por cuatro buenos tiradores. Oliver, Kuric, Salin, Báez y Hendrix empezaban para intentar el gran reto. Los de Sasa Obradovic, con un poderío demoledor en la pintura, empezaron buscando las cosquillas del juego interior insular. Kevin Jones y Vougioukas son máquinas por dentro, pero el Gran Canaria ganó ese batalla gracias a un enorme Hendrix.

La tormenta rusa

El pívot estadounidense, que conoce muy bien esa cancha, pues estuvo dos temporadas, anotó seis puntos en los primeros cinco minutos, tiempo en el que los insulares capturaron varios rebotes ofensivos para saldar su mala puntería desde el exterior. Para entonces ya Matt Janning estaba enchufado y anotó los dos primeros triples del partido (8-8, m. 5). El australiano Broekhoff se unió al festival de acierto con dos triples y Kuric resistía el desafío con otros dos triples seguidos (16-14, m. 7).

La segunda unidad amarilla la lideraron McCalebb y Pasecniks, que copió a Hendrix y se hizo el amo de la zona con seis puntos y un tapón. La última ventaja amarilla de la primera parte la puso el letón (16-18, m. 8) y entonces apareció Baburin para dar continuidad a la exhibición rusa desde la línea de 6,75. El Kuban cerró el primer cuarto con una máxima ventaja de seis puntos (28-22, m. 10).

Se mantenía en pie el Gran Canaria a pesar de todo y se acercó con un triple de McCalebb y una canasta de Pasecniks (30-27, m. 12). Pero en esa cifra se atascó el equipo de Luis Casimiro durante varios minutos, los que aprovechó el Kuban para distanciarse en el marcador (41-29, m. 17).

Pidió tiempo muerto Casimiro y reaccionó el Granca con Hendrix y la buena dirección de Oliver. El catalán anotó un triple clave y en el peor momento para empezar un parcial de 0-7 (41-36, m. 19). Lo continuó Báez, a asistencia del propio Oliver y lo cerró Planinic haciendo sangre también por dentro. Sacó a relucir su garra el Gran Canaria. Personalidad y carácter le sobra. Con otra canasta de Jones y un tiro libre del propio Planinic se llegó al descanso (43-37, m. 20).

Volvió a la cancha tan enchufado como acabó el Granca. Taponó su aro a base de concentración, defensa alta y ayudas constantes. El Kuban quedó anulado y en ataque sumaban los amarillos poco a poco. No fue un recital ofensivo, pero sí una lección de competitividad e insistencia. Con triples de Eulis Báez, Kuric y Rabaseda y las aportaciones interiores de Pasecniks, Hendrix y Aguilar completó un tercer cuarto redondo. El parcial de 7-19 puso un ilusionante 50-56 (m. 30). El Kuban se había vuelto un equipo normal e incluso Rochestie lanzó un triple que no tocó aro.

El guión había cambiado por completo. La tensión se apoderó del Basket Hall de Krasnodar, poco acostumbrado en las últimas semanas a ver a su equipo en apuros. Subió el nivel de intensidad de los locales y no hubo canastas en los tres primeros minutos del último periodo. Una pérdida de Báez propició la canasta rusa pero Kuric salió al quite. Pasecniks, con un mate en un ataque de vértigo amarillo respondía a Collins. El ex de los Knicks y los Clippers, uno de los mejores de su equipo, estaba desaparecido pero se echó el equipo a la espalda en el último cuarto. Sobre todo después de dos triples seguidos de O'Neale y McCalebb que parecían sentenciar el duelo (56-66, m. 37).

Pidió tiempo muerto Obradovic y surgió Collins para meter ocho puntos. Rochestie, con dos tiros libres, cerró el parcial de 10-0 para poner el 66-66 a 1.10 para el final. Perdieron el norte los amarillos con varios ataques desacertados pero el Kuban tampoco atinó y dos tiros libres de McCalebb a siete segundos resultaron definitivos. Y es que el Kuban hizo un último ataque de circo. El Gran Canaria está más vivo que nunca.

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