A sus quince años, a Raúl Hernández le queda todavía mucho para poder sacarse el carnet de conducir. Pero este joven lanzaroteño, nacido en el municipio de Tinajo, ya es capaz de pilotar con destreza un vehículo de competición con más de 200 caballos de potencia. Y no lo hace nada mal. En su primera experiencia seria en el mundo de los rallys, se estrenaba el pasado fin de semana con un buen resultado nada menos que una prueba valedera para el Campeonato de Europa de la especialidad (ERC).

Con el experimentado Rogelio Peñate en labores de copiloto, finalizaba en el quinto lugar de la categoría júnior en el Rally Liepaja, en Letonia. Hasta el país letón tuvo que acudir el prometedor piloto isleño para hacer realidad su sueño, pues en España la normativa no le permite actuar en esta modalidad.

Allí, en suelo báltico, se le abría las puertas. Un paso importante para la corta historia de Raúl Hernández alrededor del automovilismo. Su pasión le viene desde pequeño. Con sólo seis años acudía a ver en directo las pruebas en su isla natal junto a su primo Nicanor, quien le obligó a cambiar de equipo de fútbol -pasarse del Madrid al Barça- para que le acompañase.

El pasado mes de mayo pedía a su padre que le comprase un kart para competir. El 12 de noviembre participaba en su primera y última carrera con él. Se dirigía a su progenitor, que a través de su empresa -Perforaciones y Sondeos La Cañada- colabora con pilotos lanzaroteños de postín como los hermanos Lemes, Yeray y Samuel, y Óliver Rodríguez, para confesarle que lo suyo en realidad eran los coches de rallys.

Dicho y hecho. Y qué mejor maestro que uno de los mejores pilotos de Canarias y su ídolo, Yeray Lemes, para iniciarse. Pero las reticencias de éste para sentarse en el asiento derecho trajo consigo que Modesto Martín, otro ilustre, se sumara al proyecto. Con ambos ha ido conociendo poco a poco los entresijos de la especialidad.

Ante los rápidos progresos del joven alumno, que también tomó contacto con las carreras de velocidad en el Circuito de Maspalomas, se recurría a la sapiencia y los contactos internacionales del afamado copiloto Rogelio Peñate para dar los primeros pasos en la competición fuera de las fronteras españolas. El país elegido, Letonia.

Sólo en unos meses, al cumplir los requisitos en forma de realizar dos pruebas de rally-sprint y otros que confirmaran su valía, Raúl Hernández obtenía la licencia internacional con la que, además del país letón, también puede correr en Estonia, Italia y Polonia.

Llegaba entonces el día soñado, la participación en la prueba valedera para el campeonato de Letonia y del ERC, el Rally Liepaja. Una progresión impresionante teniendo en cuenta que fue el día 8 de marzo cuando por primera vez se puso a los mandos de un coche normal.

En unas condiciones adversas para el lanzaroteño, con muchísimo barro en los tramos, saldaba con éxito su aventura en una carrera de primerísimo nivel. Después de cumplir este exigente reto, ahora Raúl Hernández pretende seguir con su progresión. El próximo objetivo es disputar el año que viene las siete pruebas del campeonato letón y otras tantas del certamen italiano.