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Doble triple corona

Los dos nadadores permiten que las Islas estén presentes en la mayor distinción de las Aguas Abiertas

Andy Ortega posa poco después de finalizar la travesía de Manhattan. LP/DLP

La Triple Corona es un logro que está a la altura de pocos nadadores. A lo largo de la historia tan solo 196 personas han sido capaces de completar estas tres travesías, que conforman la distinción más emblemática que pueden gozar los nadadores de Aguas Abiertas. A partir del 17 y del 25 de agosto, Diego López y Andy Ortega empezaron a formar parte del grueso de estos deportistas. Y van más allá, aunque sus propósitos no solo tracen el camino de la natación, conviven en la élite de este deporte.

Estas travesías suponen un verdadero logro. También para Gran Canaria, cuna de los dos nadadores. Antes de estas fechas, ningún canario había sido capaz de completar las travesías. No obstante, niegan encontrarse en una nube y defienden que tienen "los pies en la tierra". Han inscrito su nombre en los manuales de historia de la natación casi a la par. Pero la Triple Corona ya es pasado para estos ambiciosos deportistas.

El primero en romper la barrera isleña fue Diego López. Además, puede presumir de ser el español que menos tiempo ha dedicado para completar las tres travesías: menos de un año, 363 días para ser exactos. Hay que destacar que los dos españoles que menos han tardado en completar dichos trayectos son naturales de Gran Canaria. Pues Andy Ortega es el segundo con 383 días. Sin embargo, no está a la sombra de nadie y, a la vez que su compañero, comenta que "ha sido una travesía más". Se refiere a la travesía de Manhattan, la única que tenía pendiente del trío de oro. Ortega anota que se encuentra especialmente feliz: "Es un reto muy emblemático, había mucha gente allí, aunque eso lo llevo mal", destaca.

Dos nadadores para la historia

Para Diego López todo da comienzo el 19 de agosto del pasado año, en Manhattan, donde cerraba Andy. "Fue una travesía muy bonita y tenía muchas ganas de realizarla, también porque vivo en Nueva York", recuerda el nadador. Diego López es un hombre que vive por y para romper récords y ésta es una travesía muy especial para él pues ostenta una de las diez mejores marcas mundiales en la historia de la travesía: 6 horas y media.

El Canal de la Mancha lo llevó a cabo el 7 de julio, con una marca de 11 horas y 4 minutos. "La más impresionante", opina. En Santa Catalina, recorrido por el cual completó la Triple Corona, obtuvo una marca de 11 horas y 12 minutos. Destaca que "fue todo bastante bien", aunque al realizarse de noche "se dificulta bastante." Casi 8 horas nadando en la oscuridad absoluta. Así pues, la alegría comienza con el final de la travesía.

También para Andy, ya que la vuelta a Manhattan acarreó una serie de dificultades no del todo previstas por el nadador. El isleño había declarado en este medio que tenía fe en que la travesía fuese de las más sencillas. En comparación con la de La Mancha, en la que se proclamó como el primer canario en realizar la travesía -por la cual tuvo que hacer frente a la abundancia de medusas-. En el camino del grancanario se toparon una serie de hándicaps, pero no existe obstáculo que derribe las brazadas de Andy Ortega. "La travesía transcurrió peor de lo esperado, no por el tiempo, pues hice una buena marca [8 horas y 20 minutos] y eso es algo que me da un poco igual, sino más bien por las condiciones", desvela. Continúa detallando los apuros que tuvo que afrontar a lo largo del recorrido. "Fui demasiado rápido al principio aunque me hubiesen recomendado que después lo iba a notar", asegura. Expone que la dificultad reinaba en las mareas, por las cuales "se tenían que buscar las zonas del río que más beneficiasen al nado".

La travesía, que se realizaba a contrarreloj, se llevó a cabo de forma escalonada, con la intención de que los 15 nadadores que se encontraban realizando el recorrido alcanzasen la despoblada isla de Mill Rock. Cruzó los veinte míticos puentes que comunican Manhattan, en los que tuvo que sortear las corrientes, el viento y las olas. Tenía la mente siempre atenta a la fauna que vive bajo sus brazadas, así como a las embarcaciones que circulaban sobre el río. "Aquello es una auténtica jungla", indica.

El nadador también tuvo que afrontar la suciedad que caracteriza a las aguas de los ríos. "Tragué muchísima agua, que se encontraba en un estado deplorable, tenía un color verde y parecía estancada, aunque corriese que da gusto", explica. Confirma que el estado de suciedad y el hecho de que tragase tanta agua le provocó una serie de vómitos. Reconoce que "tuve que pararme hasta en siete u ocho ocasiones". Afirma que ya encuentra su mente ocupada en las próximas citas. "En tres semanas cruzo el Estrecho de Gibraltar". Aunque también tiene apuntados en su calendario travesías por Nueva Zelanda, Hawaii y Japón. Un auténtico trotamundos que luchará por nadar en todos los continentes.

Ambos fijan la mirada hacia el futuro, hacia nuevos objetivos por los que dejarse la piel. En especial Diego López. El nadador se muestra contundente. "Puede que se le haya dado demasiado bombo a la Triple Corona", afirma sobre el reconocimiento más prestigioso de esta modalidad. Destaca que "estoy buscando retos de mayor envergadura". El grancanario expone cuáles son las expectativas a las que hace mención. "Estoy preparándome para completar el récord de los siete mares", aclara. Al igual que Andy, que también tiene en mente dicha meta y ya ha realizado dos de las siete a recorrer.

Indica que está a las puertas de convertirse en la primera persona que nade en los siete continentes en un mismo año. Incluyendo América del Sur y la Antártida como tierras continentales. Desvela que "me quedan dos travesías para este reto": Hong Kong y la Antártida, este último, un reto incomparable. Por las temperaturas. Por lo espectacular. Y porque se convertiría en el primer español en completar una travesía en el continente helado, aunque no lo hará solo, pues se enlaza con el primer Campeonato Mundial en la Antártida. Enfatiza que el kilómetro a nadar lo ejecutará sin neopreno en aguas que fluctúan entre los -2 y 5º C.

Los frutos de la constancia cuelgan del cuello de estos dos nadadores. Andy Ortega y Diego López cierran una etapa y abren otra llena de proyectos, siempre a la vera de las causas más justas.

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