La actualidad azulgrana

La cruda realidad del Barça: 1.350 millones de deuda que no bajan y un aval personal de seis millones

"El club estaba vendido. Nosotros lo hemos salvado", se defiende la junta de Laporta

Un par de grúas, en el interior del Camp Nou.

Un par de grúas, en el interior del Camp Nou. / FC BARCELONA

Francisco Cabezas

El gobierno de Joan Laporta lo repite como si fuera una letanía: "El Barcelona estaba vendido. Nosotros lo hemos salvado".

Aunque, una vez asumido que la herencia recibida del mandato de Josep Maria Bartomeu dejó al Barcelona al borde de la quiebra técnica y expuesto a ser troceado por bancos y fondos de inversión de todo tipo, la actual junta directiva aún no ha sido capaz de sacar las piedras más pesadas de la mochila. De hecho, el club azulgrana, según el vicepresidente económico, Eduard Romeu, tiene la misma deuda bruta de 1.350 millones de euros brutos que hace dos años. Cifra monstruosa a la que habría que añadir los 1.450 millones de la financiación del Espai Barça. "Decir que la deuda es de 2.800 millones de euros es muy simplista", claman sin embargo los capataces de la entidad.

"Es cierto, no hemos sido capaces de reducir la deuda. Bajará cuando podamos destinar los ingresos adicionales que tengamos al repago", asumió Romeu en un encuentro con un reducido grupo de periodistas en las oficinas del Camp Nou, que resisten en su ubicación pese a las obras de remodelación del estadio.

"Parece que a algún candidato le venía bien que quedáramos novenos en la clasificación y también fuera de Europa. Pero no hay más que ver las cifras de asistencia que hemos tenido esta temporada en el campo. Hemos vuelto a la ilusionar a la gente", se explayó Romeu en clara referencia al ex presidenciable Víctor Font, que hace unos días ofreció un duro diagnóstico sobre la situación económica e institucional de un club al que aún le queda por resolver las consecuncias del 'caso Negreira'.

El expediente del 'Caso Negreira'

Por lo pronto, la directiva del Barcelona entiende que la UEFA acabará permitiendo al primer equipo azulgrana disputar la próxima edición de la Champions pese al expediente abierto por el máximo organismo futbolístico continental. "No contemplamos no jugar la Liga de Campeones. Pero, en el caso hipotético de que pasara alguna cosa, tendríamos que ser imaginativos", asumió el vicepresidente económico azulgrana. De hecho, en la entidad hace tiempo que planearon un sistema de disputa de bolos internacionales con el objetivo de calmar a los inversores antes de la firma de la financiación del Espai Barça.

Lo que sí ha establecido la junta de Laporta es un claro orden de prioridades para reflotar el club. "Para que el tren funcione, la locomotora ha de funcionar. Si no, nos pararemos. Y es el primer equipo masculino el que tiene la clave", mantiene Romeu, cada vez con más peso en la estructura institucional del club. Condicionado el Barcelona por el plan de viabilidad aprobado por LaLiga para los dos próximos años, se ha comprometido a que su masa salarial sea de 528 millones de euros de cara a la temporada 2023-2024.

La masa salarial

"Cuando nosotros entramos, la masa salarial era de 708 millones de euros. Dejémonos de tonterías", se revolvió el vicepresidente económico barcelonista, que procuró explicar que en el objetivo de los 528 millones de masa salarial se incluyen, además de los gastos de las secciones (90 millones) donde el Barcelona está recortando, 51 millones de euros que corresponden a la herencia del pasado: Lenglet, Sergiño Dest, Samuel Umtiti, Álex Collado y Gustavo Maia. "Nosotros somos un club que cumple con sus compromisos", zanjan en el club.

Los directivos del Barcelona, en cualquier caso, van a tener que presentar un aval de seis millones de euros para cumplir con el plan de viabilidad y poder comenzar a regularizar la situación de los no inscritos. "Es un aval de esta junta, no del propio Barça. Nos comprometimos a hacer unos deberes que eran difíciles de asumir", argumentan en las oficinas de la entidad.

Romeu, en cualquier caso, mantiene que el Barcelona estará entonces en condiciones de validar a partir del próximo 1 de julio todas las renovaciones que tenía pendientes (además de la de Gavi, las de Ronald Araujo, Marcos Alonso, Sergi Roberto o Iñaki Peña), pero aún tendrá que esperar para poder inscribir a sus nuevas incorporaciones. Ni el ex central del Athletic Iñigo Martínez ni el capitán del Manchester City Ilkay Gündogan han sido anunciados todavía como futbolistas del Barcelona pese a haberse alcanzado acuerdos con ambos.

El área económica azulgrana trata de pasar la tijera por donde puede a riesgo de que la hoja acabe tocando hueso. Así, en el club ni siquiera saben cómo llenarán el hueco que deja BarçaTV, que concluye sus emisiones este mes. "Nos costaba 14 millones de euros y sólo ingresábamos dos. Nos tendremos que reinventar. Nos sabe muy mal", afirman en la entidad, que bastante tendrá con conseguir que 20.000 de sus socios se den de alta como abonados en el exilio de Montjuïc.

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