Expediciones nazis en Canarias

Expediciones nazis en Canarias

Expediciones nazis en Canarias / lara de armas moreno

Lara de Armas Moreno

Lara de Armas Moreno

Heinrich Himmler, una de las personas más poderosas de la Alemania nazi, encargó a sus científicos buscar una conexión entre los aborígenes canarios y la raza aria con el fin de justificar la limpieza étnica de los judíos en Europa. El comandante exigió que se trabajara bajo los preceptos de la secta nazi La Sociedad para la Herencia Ancestral Alemana. Pero esta investigación solo fue una de tantas. Al comienzo de la Segunda Guerra Mundial se realizaron expediciones a Islandia, Bolivia e Irán con el mismo objetivo.

Himmler tuvo que despistar a Franco organizando una investigación similar en la Península durante 1941 con el fin de no hacer tan obvio su interés por las Islas. Según el comandante, Canarias resultaba interesante ya que los antiguos canarios habrían formado parte de una raza aria pura no contaminada. Himmler sacó sus datos de unos informes de 1939 pertenecientes a las SS y que contaban con la opinión de Otto Huth, otro integrante de la secta anteriormente mencionada. Este escribió su Colección de fuentes sobre la raza y la religión de los antiguos canarios y un artículo científico en 1937 en el que hablaba sobre el origen del Indogermanismo de las islas Canarias. Al parecer, Otto quiso venir al Archipiélago, pero Franco se lo prohibió.

Sin embargo, la atención nazi por Canarias no obedecía solamente a meros intereses antropológicos. Las Islas suponían una ubicación ideal en el Atlántico para sus planes expansivos. Según este razonamiento, en Canarias habría existido población germana, los vándalos, por lo que el imperio alemán tendría derecho a invadir y ocupar las Islas. Estas teorías tenían unos claros matices imperialistas ya que implicaban que las zonas ocupadas por razas descendientes de Cro-Magnon habrían sido pobladas por ancestros galos y, por lo tanto, los nazis tendrían derecho a ocupar estos territorios.

Huth se sintió más intrigado aún al encontrar un trabajo del austriaco Josef Wölfel (Monumenta Linguae Canariae) en el que el científico estudiaba la lengua de los aborígenes canarios y afirmaba que estos eran rubios. Esto generó un gran interés entre los nazis que comenzaron a creer que los canarios eran descendientes de una raza aria pura.

El antropólogo Eugen Fischer viajó a Canarias y estudió cráneos de aborígenes canarios y también hizo lo propio con militares de Hoya Fría en Tenerife. En 1940 llegó al Archipiélago la antropóloga Ilse Schwidetzky que insistió en que la raza aria seguía presente en la población canaria y aseguró que las Islas eran el refugio de los últimos vestigios de Cro-Magnon, además negó la presencia semita en Canarias.

Lo curioso del asunto es que ninguno de los eruditos nazis que investigaron las Islas realizó una excavación arqueológica para demostrar sus teorías. Todos se limitaron a estudiar el material del Museo Canario en Gran Canaria y del Gabinete Científico de Santa Cruz de Tenerife.

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