La recaudación del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) se ha disparado en Canarias un 69% en los últimos ocho años, incluyendo la peor etapa de la crisis económica, pasando de 274 a 463 millones de euros. Los ingresos por este gravamen en los ayuntamientos de la provincia de Las Palmas se incrementaron un 68,6% entre 2006 y 2013, mientras que en los municipios de Santa Cruz de Tenerife el porcentaje de crecimiento ha sido similar, un 69,4%, según las estadísticas catastrales elaboradas por los técnicos del Ministerio de Hacienda con los datos suministrados por las corporaciones locales.
En las dos capitales canarias el comportamiento de la recaudación del IBI es diferente en este periodo. En el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria los ingresos han duplicado a los de Santa Cruz de Tenerife, un 74,2% frente a un 35%. Este incremento de la presión fiscal y de los ingresos por este gravamen ha coincidido con una etapa en la que los ciudadanos se han visto obligados a perder poder adquisitivo a través de la congelación o reducción de sus salarios como consecuencia de la recesión.
Los valores catastrales de los inmuebles urbanos en la provincia oriental se han duplicado y hasta triplicado en estos años debido al elevado valor del suelo, el peso del sector turístico y el significativo incremento de la población en Fuerteventura y Lanzarote. Las capitales de las islas y los municipios turísticos y más urbanos son los que han experimentado un fuerte aumento de los valores catastrales, lo que lleva aparejado en la mayoría de las ocasiones una subida en la recaudación para los ayuntamientos.
Los ingresos totales de los municipios de Las Palmas por el IBI se incrementaron en 106,3 millones de euros en este periodo. En 2006 la recaudación fue de 154,8 millones, alcanzó los 198,7 millones en 2009 y el año 2013 cerró con 261,1 millones, lo que da idea de la evolución ascendente del principal tributo que nutre las arcas municipales.
La tendencia ha seguido la misma evolución en la provincia occidental. Aunque en cifras relativas el porcentaje es similar, en números absolutos las cantidades son menores debido a la menor población en las islas no capitalinas y el predominio en las mismas de municipios más rurales y con menos inmuebles urbanos, lo que ha sido compensado por el fuerte crecimiento de la población y del sector turístico en la isla de Tenerife. En 2006 la recaudación fue de 119,2 millones de euros, por debajo de la provincia oriental. En los años de la crisis los ingresos de los municipios tinerfeños alcanzaron los 155,8 millones y remontaron hasta los 202 millones en 2013.
La estadística demuestra ejemplos claros de cómo se ha multiplicado el valor del suelo y de los inmuebles. Por ejemplo, en Arrecife, capital de Lanzarote, el valor catastral de sus inmuebles urbanos en 2006 era de 1.028,2 millones de euros, mientras que en 2013 el valor era ya de 4.205,8 millones. Los ingresos para el consistorio lanzaroteño eran de ocho millones de euros hace siete años, mientras el ejercicio de 2013 se cerró con unas ganancias de 13,5 millones para las arcas municipales. Otro caso es el de Agüimes, un municipio con una valoración catastral reciente, del año 2012, lo que ha supuesto duplicar el valor de sus inmuebles urbanos, de tal forma que de los 662,4 millones de 2009 se pasó a los 1.682,7 de 2013. Los ingresos suponen pasar de 2,6 a 5,2 millones en ocho años.
En relación con el tipo de gravamen general del IBI urbano en 2014, la media en la que se mueven los 88 ayuntamientos de las Islas oscila entre el 0,4 y el 0,7. Según la estadística facilitada por los técnicos del Ministerio de Hacienda, el ayuntamiento con el tipo más alto es el de San Bartolomé de Lanzarote, con un 0,8. Otro municipio lanzaroteño, el de Yaiza, tiene fijado un 0,75.
Los años de las últimas valoraciones catastrales son dispares. Hay ayuntamientos como el de Betancuria, en la isla de Fuerteventura, donde el catastro no se revisa desde 1989, mientras que es Agüimes, en Gran Canaria, el que cuenta con una revisión más reciente, realizada en el año 2012.
