Los jubilados canarios que perciben pensiones de más de 2.000 euros al mes se han multiplicado prácticamente por siete en el último decenio. Allá en 2005, cuando la crisis socioeconómica ni siquiera se atisbaba, el grupo de los jubilados de oro apenas lo integraban en las Islas 1.977 personas. A 31 de diciembre de 2015, esos menos de 2.000 pensionistas eran ya 13.593.

Un incremento resultado del período de bonanza, en que las carreras profesionales se caracterizaban por su larga duración y en que las bases de cotización a la Seguridad Social llegaban a cifras hoy soñadas. Un contexto que ahora parece casi de otra época y que ha reportado a casi 13.600 jubilados, que suponen solo un 8,4% del total en Canarias, unas doradas retribuciones, máxime a tenor de los tiempos que corren. Son trabajadores de las décadas de los cincuenta y sesenta, años de las grandes empresas nacionales, como Telefónica, y de la llegada de las multinacionales a la economía española, cuando ese binomio de largas carreras más largos períodos de cotización estaba en alza.

En un momento en el que el debate sobre el futuro del sistema de pensiones está de nuevo de máxima actualidad, el análisis de los grandes números revela que, hasta ahora, el sistema, con sus más y sus menos, ha funcionado (son más los beneficiarios y mayor el gasto total). En otras palabras: la discusión está en cómo garantizar una jubilación digna a los actuales trabajadores y no tanto en cómo se ha retribuido a las anteriores generaciones. "Las prestaciones están condicionadas a los períodos de cotización", insiste el economista José Miguel González, de modo que el profundo deterioro del mercado laboral en que ha desembocado la crisis anticipa que "dentro de 35 o 40 años, habrá pensiones más bajas", agrega este experto.

Hoy, el número de pensiones de jubilación en el Archipiélago supera las 161.000 (media anual en 2015), cuando hace diez años eran poco más de 116.500. El incremento, por tanto, es de alrededor de un 38%. Además, y aunque la comunidad autónoma figura siempre a la cola de la estadística en lo relativo a la pensión media, la media también ha aumentado considerablemente en los últimos años. Los datos del Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) ponen de manifiesto cómo la retribución del jubilado canario creció prácticamente un 46% en el decenio en cuestión, en que pasó de 667,23 a 972,6 euros. Todas estas cifras han de ponerse en relación con el contexto socioeconómico de cada momento, es decir, que más allá de ese evidente incremento, está la posible pérdida de poder adquisitivo; en resumen, que mil euros de 2005 no equivalen a mil euros de hoy.

Si se baja el listón del análisis, hasta una paga mensual de más de 1.500 euros, son 28.266 los jubilados de las Islas que cobran cuantías superiores. Suponen un 17,5% del total, 12 puntos más que lo que representaban hace diez años, cuando eran 6.135 de una bolsa de 116.500 pensionistas.

'Ricos'

Pero, ¿cuántos jubilados de la región podrían calificarse de jubilados ricos?, esto es, ¿cuántos perciben ingresos mensuales de más 2.560,89 euros (el último tramo de la estadística)? El INSS incluye en este selecto grupo a tan solo 700 canarios, únicos entre más de 161.000 personas. No obstante, también eran muchos menos, únicamente una veintena, quienes diez años atrás formaban ese escogido grupo (entonces la estadística fijaba el mínimo del último tramo en 2.159,14 euros).

Dos datos ayudan a vislumbrar el futuro del sistema: por un lado, la cantidad de nuevas pensiones en relación con aquellas que causan baja, y, por otro, el montante que la Seguridad Social desembolsa, un montante que se ha disparado sobremanera. En lo tocante a las altas y bajas, las primeras fueron 6.846 en 2005, mientras desaparecieron del sistema 5.440. La diferencia, pues, fue de 1.406. Diez años después, en 2015, las nuevas pensiones de jubilación fueron 10.035 y las bajas, 7.413, de modo que la diferencia es ya de 2.622. Respecto del total de la nómina, esa cuantía que sale de las arcas públicas, hay que subrayar que la Seguridad Social desembolsaba en 2005 una media mensual de 77,7 millones de euros; diez años después, esa media mensual llega a cerca de 157 millones. En definitiva, hay más jubilados y con pensiones, en general, más altas.

El problema vendrá, según los expertos consultados, en ese futuro en el que la actual población trabajadora no solo se jubilará con carreras más cortas y menores cotizaciones, sino además en un contexto en el que habrá menos empleados para sostener el sistema.