La economía canaria creció un 3,8% durante el año pasado, el tercer mayor avance de las comunidades autónomas. Dicho incremento del producto interior bruto (PIB) se quedó a solo una décima del alcanzado por Baleares y la Comunidad Valenciana, superó en seis al logrado por el conjunto del Estado y es el más intenso de los últimos quince años para las Islas. Para la consejera de Hacienda del Gobierno de Canarias, Rosa Dávila, la buena nota obtenida viene a confirmar la vigencia de la política "de gestión responsable y consolidación fiscal" adoptada por el Ejecutivo.
La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) publicó ayer la estimación del crecimiento de las regiones españolas para el último cuatrimestre del pasado ejercicio. El Archipiélago lideró el avance en esa última parte del año, con un salto del 4% interanual que le permitió situarse en el grupo de las que más crecieron. Se trata del decimotercer trimestre consecutivo en positivo.
Ese aumento del PIB canario en comparación con el mismo periodo octubre-diciembre de 2015 mejoró en un punto la media española y terminó por consolidar el que ha sido el mejor año de los últimos quince. En 2001, la economía del Archipiélago avanzó el 4,66%. Desde entonces, cuando más se acercó al 3,8% logrado el año pasado fue en 2003, con un avance del 3,4%.
Se trata además del tercer ejercicio consecutivo con tasa positiva tras el trienio negro 2011-2013 que se saldó, año por año, con sendas contracciones del tamaño de la economía canaria.
Rosa Dávila, que ayer viajó a Bruselas junto al consejero de Hacienda, Luis Padilla, celebró los datos que, a su juicio, encuentran una de sus razones en la "buena gestión presupuestaria" desarrollada por su departamento. Además, la responsable de las arcas del Archipiélago aprovechó para enviar un recado a los empresarios, que en los últimos tiempos han manifestado en varias ocasiones la conveniencia de bajar impuestos con el fin de dinamizar la economía.
Aumento de la recaudación
Las patronales, a la vista del incremento de la recaudación fiscal, animada por la reactivación generalizada, exigen que, entre otras cuestiones, el IGIC retorne a las tipos impositivos anteriores al verano de 2012. La necesidad de recortar 800 millones del presupuesto regional -tras la aprobación de las primeras cuentas de Mariano Rajoy- llevó al Ejecutivo a articular la Ley de Medidas Administrativas y Fiscales, que contenía el aumento de varios impuestos y tributos, y la instauración de otros de nuevo cuño.
Advirtieron, además, que no rebajar la presión fiscal se traduciría en un enfriamiento de la economía. Sin embargo, a la hora de elaborar el presupuesto canario para este año, la consejera consideró que aún no se daban todas las circunstancias necesarias para una rebaja generalizada. Solo disminuyó la imposición indirecta a una lista muy concreta de productos. El dato conocido ayer lo leyó Dávila como la prueba palpable de que "las políticas de consolidación fiscal no están lastrando" el crecimiento del PIB canario, además de confirmar la robustez del tejido económico del Archipiélago.
Por otro lado, el Gobierno de Fernando Clavijo sostiene que el clima de entendimiento actual con el Ejecutivo central es responsable de buena parte de los éxitos que se anota la macroeconomía. "Eso nos ha permitido abrir con rapidez el debate para la reforma del sistema de financiación autonómica y retomar inversiones que habían quedado aplazadas", sostuvo la consejera de Hacienda.
Si bien la marcha del año auguraba un buen cierre, la propia Rosa Dávila se confesó algo sorprendida por la intensidad del crecimiento. "Al llegar al Gobierno ya dijimos que las expectativas eran buenas, pero los números están por encima de nuestras estimaciones", reconoció.
