Los problemas en Correos se acumulan igual que la paquetería. Cientos de pedidos y paquetes se amontonan en los centros de logística y tratamiento de la empresa pública, situación que se agrava debido al pico de demanda que hay en las fechas navideñas, con incrementos de entre el 30 y el 40%. Con un preaviso de huelga para los primeros días de enero coincidiendo con la festividad de los Reyes Magos, la congestión y los problemas surgidos en la cadena de suministros retrasan la entrega de los pedidos realizados por los ciudadanos, que no ven garantías de que les puedan llegar en las fechas previstas.
Las versiones de la dirección de la empresa y de los representantes sindicales difieren a la hora de describir la situación. Fuentes de Correos aseguran que en esta época del año la paquetería aumenta un 30% «pero no hay más acumulación que la que supone los envíos en esta época, es lo habitual». «En estos momentos estamos con normalidad en el reparto, lo normal que podemos estar en plena campaña de Navidad», añaden. La dirección de Correos niega que haya retrasos ni acumulación de paquetes en los almacenes y recuerda que la campaña navideña empieza desde octubre y se acentúa en noviembre con el black friday.
Sin embargo, la visión de los sindicatos es totalmente contraria. Según explica el comité de empresa, la retención de pedidos afecta especialmente a los paquetes procedentes de China a través de los operadores que trabajan con productos de ese país. Los representantes de los trabajadores creen que la paquetería de Sinotrans –empresa de logística y transporte de China que lleva mercancía por todo el territorio chino y a nivel mundial– será despachada por la filial Correos Express, empresa de paquetería urgente del Grupo Correos cuyos trabajadores, según los sindicatos, son autónomos y no tienen las mismas condiciones laborales porque son como riders. Un ejemplo es el Centro de Tratamiento Automatizado (CTA) de Correos en la capital grancanaria, en cuyos almacenes se acumulan paquetes para ser clasificados y enviados a sus destinatarios después de que en las últimas semanas llegaran al Puerto.
«Entiendo el malestar de la gente con Correos pero la culpa no es de los trabajadores, que hacen lo que pueden», añade el representante de CCOO en Correos de la provincia de Las Palmas, Ángel Cabanillas. «Tenemos la sensación de que la dirección de esta empresa está reteniendo los envíos cuando estamos a las puertas de las fiestas navideñas y de los Reyes Magos. Creemos que esta situación tiene una clara intencionalidad porque en tres años finaliza la financiación a Correos por el servicio postal universal y ya hay empresas privadas que se están preparando para lo que pueda ocurrir en 2025», explica.
Los sindicatos denuncian el bloqueo de los pedidos que vienen de China
En este contexto ayer mismo los sindicatos CCOO y UGT convocaron a la plantilla de Correos a una huelga a nivel nacional para los primeros días de enero, concretamente para el 5, 7 y 12 de enero. Se trata de un conflicto laboral que se está larvando desde hace tiempo y ha provocado manifestaciones, protestas, concentraciones y paros parciales ante lo que se considera por los sindicatos como una «privatización» paulatina del servicio postal público, los cambios que se han introducido en el cambio organizativo del servicio de reparto y la precarización del personal.
Cabanillas advierte que la oferta pública de empleo lanzada por Correos procede del acuerdo de 2018 «y a este Gobierno no le queda más remedio que cumplirla». La intención de la empresa es la de incorporar 5.000 plazas pero, según los sindicatos, muchos de estos puestos serán a tiempo parcial por lo que no bajaría el índice de precariedad que existe en la empresa. Las centrales consideran que esta oferta es insuficiente para paliar el recorte de 7.000 efectivos arrastrado de los últimos años por la falta de ofertas públicas.
Ante la convocatoria de la huelga, la dirección de Correos asegura que «los cambios en las unidades de reparto son medidas organizativas internas, que buscan la mejora de la eficiencia y la calidad del servicio a los ciudadanos, sin afectar a las condiciones laborales de los empleados y empleadas de la compañía, y sin realizar despidos». Según la empresa «el nuevo modelo de distribución busca la equiparación de las cargas de trabajo y fomenta el trabajo en equipo, de tal forma que los cambios implican que tareas que hasta ahora venían identificándose como individuales pasan a ser colectivas, fomentándose el trabajo en equipo y el reparto equitativo de las cargas de trabajo».
Correos asegura que, además de que estos cambios no afectarán a la estabilidad de la plantilla, «la ciudadanía no se verá afectada por los cambios y seguirán recibiendo el servicio con la máxima eficiencia y agilidad».
