La reforma laboral duplica en enero los contratos convertidos en indefinidos

Las empresas canarias aceleran para cumplir con los plazos establecidos por el Gobierno

Un trabajador del sector de la construcción.

Un trabajador del sector de la construcción. / Delia Padrón

Las empresas canarias han pisado el acelerador para cumplir los plazos de la reforma laboral y adaptar sus contratos a lo estipulado por esta norma, que tiene por principal objetivo reducir la temporalidad en favor de fomentar la contratación indefinida. El Gobierno de Sánchez ha otorgado a las empresas un plazo de tres meses para ir adaptando los contratos de sus trabajadores pero parece el real decreto ya está teniendo efecto en el mercado laboral del Archipiélago. En enero no solo se firmaron 10.623 contratos fijos, una cifra que iguala la mayor registrada hasta la fecha en un primer mes de año, sino que 4.132 contratos de obra y servicio, eventuales o de interinidad se convirtieron en indefinidos. Son más del doble de los que se registraron en ese mismo mes de 2021 y se trata de una cifra infrecuente, ya que para encontrar un arranque del año en el que más empleos temporales se hubieran convertido en estables hay que remontarse 15 años atrás, antes del estallido de la crisis financiera de 2008.

La reforma laboral impulsada por la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, entró en vigor el pasado 31 de enero, aunque fue ratificada la pasada semana por el Congreso de los Diputados no sin sobresaltos, ya que salió adelante por el error de un diputado del Partido Popular (PP) que votó a favor. Entre los aspectos más destacados que ha cambiado la norma está la desaparición de los contratos de obra y servicio y del eventual por circunstancias de la producción. Su objetivo: acabar con la alta tasa de temporalidad que caracteriza al mercado laboral español debido a su alta dependencia del sector servicios, uno de los más propicios a este tipo de contratación.

En Canarias esta tendencia se acentúa todavía más. El 82% de los 567.837 contratos firmados en el Archipiélago a lo largo de 2021 fueron por obra y servicio o eventuales. Hasta 302.245 fueron de este último tipo, que se han convertido en la modalidad más utilizada en las Islas. A partir de ahora con la nueva reforma laboral, su duración se limita tanto si el incremento de la carga de trabajo es imprevisible como si se puede prever y ya no se podrá recurrir a ellos con tanta facilidad.

Los contratos por obra y servicio alcanzaron los 166.980 en Canarias el año pasado según las estadísticas oficiales. Una modalidad que ha sido históricamente muy utilizado por el sector de la construcción. Desde el pasado 31 de diciembre este tipo de contratos tienen una duración máxima de seis meses y después de este periodo dejarán de existir de forma definitiva. Hay que recordar que la vigencia de este tipo de contratos era indeterminada pero se vinculaban a los temporales. El Gobierno de Sánchez ha puesto a disposición de las constructoras, una de las empresas que más recurrían a este tipo de acuerdo, un nuevo tipo de contrato indefinido, a través del que la empresa podrá ofrecer al trabajador un puesto en otra obra cuando una construcción finalice o si la recolocación es imposible, despedirle ingresándole una indemnización del 7% respecto a los salarios percibidos.

Sin embargo, las dos patronales de la construcción de Canarias no creen que este nuevo aspecto de la reforma laboral vaya a tener un efecto negativo en la contratación. ¿Por qué? Tal y como explica María Salud Gil, presidenta de la Asociación de Empresarios Constructores y Promotores de la provincia de Las Palmas (AECP), antes de la reforma laboral el sector de la construcción ya tenía contemplado dentro del Convenio Colectivo General un contrato fijo de obra. "Las características de las obras hacían que pudieras contratar a una persona y cuando esta finalizaba podías seguir contratándola y dio estabilidad al sector teniendo en cuenta la actividad", señala. Este contrato jurídicamente estaba vinculado al de obra y servicio "aunque no fuera así porque se trataba de uno específico".

Lo que ha hecho la reforma laboral, según explica Gil, es incorporar este contrato específico dentro de la propia norma, que de esta manera, trata de manera específica la temporalidad en el sector de la construcción y establece para ella un sistema de finalización de contrato propio. "Hemos tenido que demostrar que sería un perjuicio para los trabajadores hacer desaparecer este contrato y se ha hecho una adaptación y un reconocimiento de su existencia", recalca. Aún así, reconoce que la supresión de los contratos por obra y servicio sí que afectará al sector ya que el fijo de obra "no se celebraba en todos los casos".

Para Óscar Izquierdo, presidente de la Federación Provincial de Entidades de la Construcción de Santa Cruz de Tenerife (Fepeco), "la reforma laboral no es, desde luego, un cambio tan radical como se ha vendido desde el Gobierno". Bajo su punto de vista, "no nos vamos a ver afectados de manera importante porque el contrato que se mantiene permitirá a las empresas tener el mismo funcionamiento que el antiguo contrato de obra".

Lo único que ha hecho la reforma laboral "es adaptarse a lo que pedía Europa reduciendo la temporalidad en favor de mayor trabajo indefinido", pero tal y como señala Izquierdo al menos en el sector de la construcción "no va tener repercusión" al haberse mantenido esa figura contractual específica.

No ocurre lo mismo en otros sectores, que en las últimas semanas han alzado la voz para criticar la desaparición de esta figura en el mercado laboral español. Uno de ellos han sido las universidades, que a través de la Conferencia de Rectores de Universidades Españolas advirtió que la supresión de los contratos por obra y servicio podría afectar a 25.000 investigadores de toda España que trabajan asociados a proyectos, para los que el Gobierno no ha propuesto ninguna alternativa.

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