Los cambios siempre encuentran resistencias. El miedo es libre y resulta muy complicado convencer a los inversores de que asomarse a un territorio desconocido puede suponer escribir el primer capítulo de la pérdida de competitividad del negocio. En ese escenario de incertidumbre resulta vital la labor de acompañamiento que pueden realizar proveedores como Telefónica España o Grant Thornton Cuyás y Soria, patrocinadores del proyecto Futuribles, gestado por Editorial Prensa Ibérica y que ayer paró en el Archipiélago.

Telefónica desde el ámbito puramente tecnológico, dando soporte a la implantación de las ideas innovadoras. «A Noé le vas a hablar de agua», comentó divertido el representante en las Islas de la compañía, Juan Flores. El elemento diferencial es el objetivo que se marque cada compañía. «Podemos hacer todo o nada, va a depender siempre de lo que la empresa quiera», detalló sobre la carta de servicios que Telefónica pone a disposición de su clientela.

Comenzando por «la conectividad, que ya no sale en el debate», incidió el primer directivo de la teleco española en las Islas. Y si ya no merece espacio en el debate es porque en ese aspecto «Canarias está por encima de muchos países», incluidos los más grandes de Europa como «Alemania o Francia».

Lo importante ahora es contar con un frente común, «con la colaboración de todos, para poder avanzar», explicó Flores, en el terreno innovador. Y la primera etapa a cubrir es la que debe conducir a los actores de los ámbitos públicos y privado a determinar «qué queremos de la tecnología».

El dinero levantado en las rondas de financiación no se corresponde con el número de ‘startups’

Porque si, superada la duda sobre la existencia de financiación por la vía de los fondos europeos, existen las prisas, estas cohabitan con la necesidad de anotar un tanto en el marcador de los aciertos. En el caso de las Islas, quedó ayer de manifiesto la necesidad de generar un ecosistema innovador que sirva de puchero en el que se cocinen las ideas que surgen, sin tener que buscar horizontes de desarrollo lejos de Canarias e, incluso, atrayendo la atención de aceleradoras e inversores de otros lugares.

Por su parte, el director de Impulso I+D de Grant Thornton Cuyás y Soria, Íñigo Florez, diferenció entre aquellas empresas que tienen un marcado ADN innovador, «con un sólida base tecnológica» y las que, por el contrario, aparecen en ese terreno «cuando existe una subvención».

La consultora multinacional está enfocada «en la capacidad que tienen» los diferentes negocios «para desarrollar tecnología propia», explicó Florez. También en identificar las diferentes innovaciones y estudiarlas de manera concienzuda para determinar de qué manera pueden ayudar a quienes requieren sus servicios.

Además, Íñigo Florez puso sobre la mesa de debate la diferencia que existe entre el volumen de startups que arrancan su camino y las que llegan a culminarlo. «Hay miles, pero cuando observas las rondas de financiación te das cuenta de que la cantidad no se corresponde con ese número», señaló el director de Impulso I+D de Grant Thornton Cuyás y Soria.

La consultora «tiene capacidad para apoyar a una empresa en cualquier parte del mundo». Y si lo hace es porque el estudio previo así lo recomienda. «No nos podemos permitir operaciones fallidas y eso es también una garantía para nuestros clientes», afirmó Florez.

En las Islas hay 2.000 empresas TIC y siete de cada diez no cuentan con empleados

Desde la Cámara de Comercio de Gran Canaria, su nuevo presidente, Luis Padrón, dio la visión de la labor de digitalización que aún resta realizar entre el tejido productivo de las Islas. Como ejemplo, el programa Kit Digital, que promueve Red.es y gestionan las instituciones camerales de España. En Canarias ya se han recibido 2.000 solicitudes para optar a los bonos de hasta 12.000 euros.

Padrón ofreció otros datos que dan cuenta del amplio margen de mejora existente. Por ejemplo, hay 2.000 empresas TIC (tecnología de la información y la comunicación) y el 70% no tienen empleados; «solo el 4% cuentan con más de diez trabajadores».

¿De dónde proviene esa mano de obra? Ese es otro de los grandes dramas. «Hace unos días, me comentaba el creador de una empresa tecnológica que tuvo que traer de fuera al 50% del personal porque aquí no lo hallaba», lamentó el presidente de la Cámara de Comercio de Gran Canaria.