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EneryLab y ARVI plantan cara al anisakis con una máquina para eliminarlo a bordo

El proyecto “Inertimar” culmina el diseño y construcción del prototipo, que será testado en un arrastrero a partir de mayo | Usa el calor del motor para acabar con el parásito

Prototipo diseñado en el marco del proyecto.

Prototipo diseñado en el marco del proyecto. / CEDIDA

Adrián Amoedo | @Adrian_Amoedo

La batalla contra el anisakis, el parásito que se encuentra en las vísceras del pescado, se vive ya en alta mar. Más de una iniciativa ha intentado acabar con él desde el momento en el que las capturas pasan por el parque de pesca para cortar así la proliferación en el medio y evitar que llegue al consumidor. El último gran proyecto fue el lanzado hace más de dos años por el centro tecnológico EnergyLab y la Cooperativa de armadores de Vigo (ARVI), que apostaba por crear un sistema que reutilizase del calor de los motores de los buques para acabar con el parásito antes de devolver las vísceras al mar. E Intertimar, como se bautizó el proyecto, ha llegado ahora al momento clave: sus impulsores han conseguido culminar el desarrollo y construcción de la máquina, que a partir del próximo mes será instalada en un arrastrero de litoral para testarla a bordo.

Según descubrió el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) a través del proyecto Parasitemás de 3.000 millones de larvas viables de este parásito son devueltas al mar cada año por las prácticas de eviscerado.

Jorge Pan Martínez, miembro del departamento de I+D de ARVI, explica que la idea de Inertimar es la de lograr la inertización de anisakis con una nueva máquina que utiliza el calor residual de los motores del pesquero, tanto de propulsión como los de apoyo. Para el diseño y construcción se contó con la participación de la empresa vasca Enerbasque, que se encuentra ahora mismo con los últimos retoques de cara a las pruebas oficiales.

“Buscábamos desarrollar un equipo eficiente energéticamente, a la vez que sencillo, robusto y fácil de usar para la tripulación”, señala Pan, que apunta a “dos ejes principales” en el proyecto: por un lado, “la mejora de la eficiencia energética de los buques, para reducir la huella de carbono”, y por otro, “poner una solución ante la problemática de la parasitación”.

Para ello, un buque de ARVI cargará el sistema desarrollado, recién llegado a Galicia. Se trata del Nuevo San Cibrán, un arrastrero de litoral de 27 metros de eslora con base en Marín. “La idea es ver que funciona bien”, indica el miembro del departamento de I+D de los armadores, “y poder sacar un producto comercializable”. Para validar su uso, además de EnergyLab o ARVI participan miembros del propio CSIC.

“Lo que se busca es cortar este foco en el propio medio mediante un sistema eficiente energéticamente”, resumen Pan, que apunta que la Cooperativa también busca “aumentar la confianza del mercado garantizando la calidad futura del producto y también del medio”.

La iniciativa cuenta con una inversión total de 79.000 euros y se desarrolla en colaboración de la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica a través del Programa Pleamar, cofinanciado por el Fondo Europeo Marítimo y de Pesca (FEMP).

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