Consejo de Transportes en Barcelona

El sector aéreo pide al Gobierno liderar un frente del sur de Europa para vetar el impuesto al queroseno

La ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana en funciones, Raquel Sánchez, ha incluido entre las prioridades de la agenda española para la Presidencia de la UE conseguir un acuerdo sobre el Reglamento del Cielo Único Europeo, que supondría que las aerolíneas vuelen en línea recta en vez de en zigzag

Javier Gándara.

Javier Gándara.

Sara Ledo

Barcelona acogerá este jueves y viernes la reunión informal de ministros de Transporte de la Unión Europea, que reunirá a los titulares de esa cartera de los Veintisiete países miembros con el objetivo de avanzar hacia un transporte y una movilidad más accesible y eficiente. El objetivo no será llegar a acuerdos, pero la Asociación de Líneas Aéreas (ALA) confía en aprovechar el escenario para encontrar un eje común de los países mediterráneos contra el impuesto al queroseno, que forma parte de las propuestas legislativas en marcha en Europa, y a favor de incentivar los combustibles sostenibles para escalar su producción, medidas incluidas en el marco del paquete climático Fit For 55 dedicado a la aviación.

“Aspiramos a que países como Portugal, Grecia e Italia hagan un bloque común con España porque un impuesto mataría a la principal industria de estos países, el turismo. Esperamos que España lidere un frente común de los países del sur de Europa para impedir que se implemente, al menos de la forma que está ahora mismo”, explica el presidente de la asociación que integra a 60 compañías que aglutinan más el 85% del tráfico aéreoJavier Gándara, en una entrevista con EL PERIÓDICO, del grupo Prensa Ibérica. La revisión de la Directiva sobre Fiscalidad de la Energía aboga por gravar este combustible en los vuelos internos de la Unión Europea con una tasa de 10,75 euros por gigajulio.

“El problema es que solo afecta a los vueltos dentro de Europa, de forma que están mucho más afectados los países receptores de turismo, como es España, y que reciben una gran parte de su turismo del continente. Al Gobierno alemán que un turista en vez de a España vaya a Turquía o Egipto le da igual, pero a España le va mucho en ello”, añade. Según un estudio elaborado por Deloitte, el impacto de un impuesto al combustible de la aviación en España supondría la pérdida de 4,5 millones de turistas internacionales, además de 169.000 empleos y casi 10.000 millones de euros del PIB en 2030.

Un gravamen supondría billetes más caros para los usuarios, pero también menos oferta porque al haber una caída “tan grande” de la demanda “el impacto” se reflejaría en “un incremento de precios y una reducción de los vuelos, menos frecuencias y destinos”. Por eso, la patronal aérea aboga por otras maneras de descarbonizar el sector como el combustible sostenible para la aviación (denominado SAF, por sus siglas en inglés). En un expediente aprobado la semana pasada por el Parlamento Europeo se acordo la incorporación progresiva de biofuel en la carga de los aviones desde el 2% en 2025 hasta el 70% en 2050 y el sector de la aviación reclama ayudas públicas para impulsar esta industria en España.

Su incipiente desarrollo hace que el combustible sostenible para aviación (SAF) sea todavía "entre tres y seis veces más caro que el queroseno tradicional", de forma que el sector reclama "políticas públicas que se puedan realizar para que se reduzca ese diferencial para seguir teniendo viajes accesibles como hasta ahora”, explica Gándara. Según un informe elaborado por PwC, España podría convertirse en “campeón mundial” de SAF con la construcción de entre 30 y 40 plantas que supondría 56.000 millones al PIB y 270.000 nuevos puestos de trabajo para 2050. En Cataluña se podrían situar 4 de estas fábricas, que generarían 10.600 millones de euros de PIB y más de 41.600 empleos.

Volar en zig-zag

La ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana en funciones, Raquel Sánchez, ha incluido entre las prioridades de la agenda española para la Presidencia de la UE conseguir un acuerdo sobre el Reglamento del Cielo Único Europeo, que supondría que las aerolíneas vuelen en línea recta en vez de en zigzag, lo cual “reduciría un 10% las emisiones en el conjunto de Europa”. “Tecnológicamente es más que factible, el problema es político. Los Estados miembros tienen que asumir que si quieren un cielo único tienen que renunciar a su soberanía para gestionar el espacio aéreo de manera unificada”, reconoce Gándara.

El también director general de la compañía de bajo coste Easyjet en España y Portugal desecha propuestas como la de que pague más quien más vuela —que ha propuesto Sumar— porque “se reduce la oferta y suben los precios” o la fijación de un precio mínimo porque “perjudicaría a las rentas más bajas”. Sobre la propuesta francesa de prohibir los vuelos cortos le parece “más efectista que efectiva” porque "apenas afecta a tres rutas" y recuerda que un estudio del Colegio de Ingenieros Aeronáuticos que cuantifica en el 0,9% las emisiones de la aviación comercial en España.

Subidas de precios

Pese a los cambios a los que se enfrentará el sector en los próximos años, el representante patronal descarta hablar de una subida irremediable de los precios por los efectos de la descarbonización, pero reconoce que el gran reto de los próximos años será precisamente asegurar que una industria aérea más limpia "no suponga que los billetes de avión dejen de ser asequibles”. “Un taxi de Barajas al centro de Madrid cuesta casi 30 euros. Que el precio medio de una aerolínea ‘low cost’ sea de entre 50 y 70 euros es bastante asequible. No sé si tiene techo, pero el esfuerzo seguirá manteniéndose para evitarlo”, insiste.

Sobre la aprobación de la Comisión de Peticiones de la Eurocámara de una resolución que insta a las aerolíneas a garantizar que los pasajeros puedan llevar el equipaje de cabina de manera gratuita, Gándara afirma que estas prácticas comerciales "son perfectamente legales y están amparadas en el reglamento europero 1008/2008 que establece la libertad de fijacio´n tarifaria". "El pasajero siempre tiene conoceimieno del precio vuelo que ha seleccionado desde el inicio, pudiendo elegir los servicios que precisa y acabar pagando por los que necesita. Estas prácticas responden al principio de dar capacidad de elección a los consumidores, de forma que cada consumidor, en cada momento, pueda elegir lo que precise. Y también es una cuestión operacional, los aviones no tienencapacidad física para acoger todas las maletas pequeñas o trolley de todos los pasajeros", afirma.