Partir el año con buenos deseos para 2024 costará el 50% más en uvas

La subida de los costes y la sequía provocan que la variedad aledo, la de mayor consumo, alcance los cuatro euros en el mercado mayorista y 4,90 en tienda

Frutera del Mercado de Vegueta prepara los lotes de uva para fin de año. | | JOSÉ CARLOS GUERRA

Frutera del Mercado de Vegueta prepara los lotes de uva para fin de año. | | JOSÉ CARLOS GUERRA / N. Santana

A los canarios les costará el doble asegurarse esta Navidad un próspero 2024. La inflación y la sequía han puesto en jaque la tradición de comer 12 uvas al son de las campanadas. Y es que la merma de las cosechas peninsulares por la falta de lluvias, así como el alza de los costes de transporte y producción, han elevado al doble el precio de las variedades blancas, que ya rozan los cuatro euros el kilo en el mercado mayorista, cuando en estas mismas fechas de 2022 estaban a dos.

La variedad aledo, originaria de la comarca del Vinalopó, en la provincia de Alicante, continúa siendo la preferida para los consumidores de cara a la Nochevieja pese a la fuerte competencia de similares, como la ideal o la dominga; además de las opciones sin pepita procedentes de Chile, California o Brasil; y las conservadas en almíbar de la Región de Murcia. El tipo alicantino posee Denominación de Origen Protegida (DOP) y es la uva ‘clásica’ que se emplea para partir el año por su pequeño tamaño, perfecto para evitar los atragantamientos en pleno ritual frente al televisor. De hecho, la temporada de la uva acaba en España a principios de noviembre, pero esta se siembra y prepara estratégicamente para retrasar la recolecta al máximo, y se guarda en grandes refrigeradores para que aguante hasta el 31 de diciembre.

En el campo, las viñas necesitan un invierno «fuerte», de abundantes lluvias y mucho frío, para soportar el calor del verano y no contraer enfermedades, expone la presidenta de la Asociación de Agricultores y Ganaderos de Canarias (Asaga), Ángela Delgado. Un ciclo que el cambio climático está alterando. Cada vez caen menos gotas sobre las parras, que sufren en la época estival altas temperaturas.

En Mercatenerife, los proveedores están importando la fruta a demanda ante el riesgo de pérdidas

En la provincia de Alicante, este año hidrológico se ha compuesto de meses sin lluvias entrelazados por precipitaciones torrenciales. El único periodo de riego natural prolongado ha sido muy tardía, entre mayo y julio. Tormentas virulentas que han ocasionado graves daños a las producciones agrícolas, a lo que se suma que este ha sido el tercer verano más caluroso en la región desde que hay registros, con una temperatura media de 24,8 grados centígrados. Todos estos factores han provocado que la cosecha de Vinalopó se adelante un mes, algo inusual que ha obligado a los productores a guardar los kilos en cámaras de frío antes de tiempo, y que así resistan.

A los centros de distribución isleños ya han comenzado a llegar los primeros cargamentos. Por ahora, en lo que va de diciembre, a Mercalaspalmas, que abastece a fruterías y supermercados de la provincia oriental, han entrado 72 toneladas (72.000 kilos), y a Mercatenerife, su homólogo de la provincia occidental, 11 toneladas.

En Canarias la mayoría de la uva que se cultiva se destina a la vinificación. De tal forma que si en 2022 los agricultores recolectaron 16.127 toneladas, solo 301 fueron a para a los fruteros, es decir, un ínfimo 2% del total. La importación es la única salida para abastecer a las tiendas de alimentación, y más en estas fiestas, que esta fruta se vuelve un manjar indispensable. El año pasado, durante diciembre, arribaron cerca de 800 toneladas al Archipiélago por valor de 1.899 millones de euros.

Las altas temperaturas han adelantado la recolecta de la uva alicantina

El grueso de los pedidos se solicitan a los proveedores en los días previos al fin de año, pero el director de Seguridad y Mercado de la unidad grancanaria, Oliver Solís, señala que, a pesar del alza de precios, se respira «normalidad» y, como mínimo, se espera alcanzar la cifra total del último mes de 2022: 114 toneladas. Mientras, en la provincia de Tenerife, el jefe de Explotación de su centro de distribución, Luis Fernández, asegura que allí el clima entre los mayoristas es muy diferente. «No traen alegremente, hay miedo a perder dinero, por eso está llegando a golpe de demanda», subraya Fernández. No obstante, el centro tinerfeño también prevé mover, al menos, lo mismo que en la Navidad pasada: 113 toneladas.

Poco margen de beneficio

Durante la semana pasada pocos puestos del mercado tenían uvas disponibles, pero de cara a cerrar e año ya estos días se sacan de las cámaras las aledo. En el Mercado de Altavista de la capital grancanaria, la frutería Makeke Ohana se adelantó al resto y lleva días ofreciendo la variedad alicantina. «La tenemos a 4,90 euros el kilo, no se puede bajar más, si no es imposible tener algún margen de beneficio, más que sea el 20%», enfatiza Fernando Quintana, que regenta el establecimiento junto a su hija. El año pasado vendieron 100 kilos, y cruzan los dedos para que este año ocurra lo mismo, ya que las grandes superficies, apunta el frutero, no se los ponen fácil. Las cadenas pueden bajar más los márgenes o comprar al mayorista más barato, dos opciones que quedan lejos para los pequeños negocios, asegura Quintana.

«O lo vendes todo antes de que acabe el año, o pierdes dinero, después del 31 de diciembre nadie compra aledo», señala el propietario de Frutas Arencibia, Diego Arencibia, quien ofrece esta variedad desde la pasada semana. Hace seis años, cuenta, pedía con antelación mucha más cantidad que en la actualidad. «Voy comprando en función de la demanda de mis clientes en los días previos», añade este frutero del Mercado Central de Las Palmas de Gran Canaria.

Mientras, en Puerto de la Cruz, Octavio Dóniz, administrador de las tiendas Sufruta I y Sufruta II, remarca que, con los precios al alza de la uva de la Península, puede que los clientes este año opten por otras opciones con pipas, como la ideal, que se importa desde Italia y es más barata. Eso sí, a pesar de la subida precios, asegura que no se ha reducido la afluencia de consumidores, por lo que tampoco espera que pinchen las ventas a última hora del año.

Con la sequía y las adversidades climáticas cada vez más a la orden del día, estas puestas a punto antes de lo previsto de las cosechas se están convirtiendo en la normalidad, advierte Delgado. El cambio de temperaturas ha adelantado las cosechas de todas las variedades de uva, incluidas las canarias. Es más, algunos tipos, subraya la presidenta de los agricultores isleños, han pasado de recolectarse a principios de noviembre, a estar listos tres meses antes, en agosto. «La agricultura es un negocio al aire libre, y está totalmente sujeto a las inclemencias del tiempo», añade la representante del sector.

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