Desde un velero del siglo XIX hasta un pesquero: los 13 barcos abandonados que Canarias subasta a partir de cero euros

Puertos Canarios ingresará 185.000 con la operación

El fracaso en su actividad o el coste de reparación llevan a los dueños a desistir

La embarcación Ora et Labora, un barco de vela del siglo XIX con el que los turistas surcaban la costa conejera hasta 2019.

La embarcación Ora et Labora, un barco de vela del siglo XIX con el que los turistas surcaban la costa conejera hasta 2019. / ED / LP

Clara Morell

Clara Morell

Mantener un barco a flote no es una tarea fácil. Cada cierto tiempo hay que renovar los permisos pertinentes y realizar costosas reparaciones. Además, si lo que falla es el motor, el propietario debe estar dispuesto a aflojar la cartera. Es por eso que muchos barcos se abandonan en las costas canarias. Para evitar el hundimiento de las embarcaciones y que esto contamine el medio marino, Puertos Canarios –como la ley le autoriza–, enajena estos bienes a sus dueños y los pone en subasta. En el último año, la institución se ha hecho con 13 buques declarados en abandono y, tras ejecutar la operación, al menos 184.900 euros irán a recalar a las arcas públicas.

Siendo los barcos bienes tan jugosos cabe preguntarse los motivos que se esconden tras tantos abandonos. Juan Carlos Díaz, presidente de la Academia Canaria de Ciencias de la Navegación, asegura que los propietarios de los buques pueden haber sufrido muchos contratiempos, pero que siempre suelen ser económicos. Desde el mal estado de los barcos, pasando por las deudas, los incumplimientos o el vencimiento de certificados. «También hay personas que han fracasado en el desempeño de sus actividades económicas o las que ya no les son rentables, como pescadores o empresas turísticas», ejemplifica.

Conseguir permisos, continuar una actividad sin futuro o reparar el motor de una vieja embarcación «suele ser más caro que el abandono y su consecuente pérdida», apunta el experto. De hecho, muchas de las embarcaciones que acaban en subastas están prácticamente para ir a un desguace, por eso sus precios de salida son muy bajos y quienes las compran lo hacen porque necesitan alguna de sus piezas.

Desde cero euros

En el caso concreto de los 13 barcos que subasta Puertos Canarios, sus características y estados son muy dispares. Los hay de tamaño pequeño para recreo, de grandes dimensiones para uso turístico y luego están los más pequeños, los pesqueros. Sus precios de salida también varían: desde los cero euros los que se encuentran en peor estado hasta los 130.000 euros del más antiguo y espectacular de la lista. 

En cuanto a la ubicación de los buques, todos se encuentran en la provincia de Las Palmas. Siete están en el puerto de Gran Tarajal (Fuerteventura) y tienen distintos precios de salida: el Circe (12.000 euros), el Vinca II (1.000 euros), el Flash IV (8.000 euros), el Loco Loco (1.500 euros), el Trota (4.000 euros), el Scandalizer (15.000 euros) y el Vive la Vie (4.000 euros). 

En el puerto de Morro Jable (también en Fuerteventura) se encuentran tres de las embarcaciones a subasta: el Martina IV (5.000 euros), el Aisaya (400 euros) y La Restinga Uno (2.000 euros). Por último, otras tres embarcaciones se localizan en el puerto de Playa Blanca (en la isla de Lanzarote): el Jimmi (2.000 euros), el Ora et Labora (130.000 euros) y el Pandion (cero euros).

Cómo pujar

Para revisar si el estado de estas embarcaciones es el esperado, los posibles pujadores pueden visitar las naves en los tres puertos donde están atracadas hasta el último día en el que es posible presentar ofertas, el próximo 14 de marzo

La subasta de los buques será pública y se realizará al alza en sobres cerrados, es decir, la única guía que existe para pujar es el precio establecido de salida a venta, así que se desconoce cuánto ha pujado la competencia. Las personas interesadas podrán presentar sus ofertas en las Sedes de Registro de Puertos Canarios, tanto en Las Palmas de Gran Canaria (Calle Luis Doreste Silva, nº 2), como en Santa Cruz de Tenerife (Calle La Marina, nº 53). 

El plazo de presentación durará un mes, desde el pasado 14 de febrero hasta la 14:00 horas del 14 de marzo de 2024. El acto público de la subasta, donde se conocerá al mejor postor, tendrá lugar el 4 de abril a las 10:00 horas en la Sala de Juntas de las oficinas de Puertos Canarios en Las Palmas de Gran Canaria

El buque museo Ora et Labora

De todas estas embarcaciones la más curiosa es el Ora et Labora. No solo por ser la más cara, con un precio de salida de 130.000 euros, sino por la historia que esconde. La nave data del año 1888 y se trata de un barco de vela construido en Alemania que se utilizó para la pesca en la costa africana y recaló en Mallorca y Fuerteventura, entre otros puertos, antes de llegar a Lanzarote. El buque ya estuvo en estado de abandono en Playa Blanca hace 27 años, donde sufrió un incendio.

Fue en 2015 cuando su propietario durante más de 25 años, Ramón Martín Umpiérrez, decidió devolver el esplendor al Ora et Labora e invertir 160.000 euros, de los que 93.000 procedían de una subvención del Gobierno de Canarias, en su reparación y puesta a punto como museo naval. 

Aquella iniciativa fue una de las tres que subvencionó en 2015 en Lanzarote la Viceconsejería de Pesca en la convocatoria destinada a financiar proyectos adecuados a los criterios fijados en los Planes Estratégicos Zonales de los Grupos de Acción Costera existentes en Canarias, en el marco del Eje 4 Desarrollo sostenible de las Zonas de Pesca, cofinanciadas por la Unión Europea a través del Fondo Europeo de la Pesca.

Segunda vez en abandono

El proyecto museístico de Martín Umpiérrez surgió a raíz de que llegara a sus manos la publicación del escritor Antonio Félix Martín Hormiga Barquilleros y roncotes. La odisea atlántica de los pescadores de Lanzarote (Ediciones Idea, 1995), en la que se narran los tiempos en los que la pesca era el sustento de muchas familias de la Isla. «La gente tiene que conocer esa historia y el sacrificio de los hombres y mujeres relacionados con la pesca. Cuando Lanzarote se moría de hambre por los siete años de sequía seguidos que hubo, muchos se fueron a pescar y ellos hicieron que la Isla sea lo que es hoy. Esa historia y cultura no se puede perder y, por eso, quiero mostrarla», explicó el propietario en 2015.

Hasta, al menos, el año 2019, la embarcación fue utilizada para realizar excursiones a locales y turistas por la costa conejera. Sin embargo, ese mismo año fallecía Martín Umpiérrez y el barco que tanto esfuerzo le costó reflotar volvía poco a poco a deteriorarse hasta su actual estado de abandono. Es la segunda vez que el Ora et Labora se encuentra en estado de abandono, ya que fue en 1990 cuando Puertos Canarios se lo cedió a Martín Umpiérrez con la condición de que lo reflotara, como así fue. El futuro de la embarcación dependerá ahora de su nuevo dueño, quien lo adquiera en subasta el próximo 4 de abril.