Turismo

La epopeya turística de Viajes Insular

La compañía cumple seis décadas en la organización de vacaciones a los canarios

La empresa impulsó la llegada de europeos durante el bum turístico de los años 60

La epopeya turística

La epopeya turística / La Provincia

El bum turístico de los años 60 en Canarias es incomprensible sin Viajes Insular. La compañía, junto a los turoperadores, impulsó la llegada de los visitantes europeos. Desde entonteces, ha diversificado su actividad para mantenerse fuerte hasta la actualidad. El 31 de diciembre cumplió seis décadas con las puertas abiertas, una celebración cuyo colofón tendrá lugar hoy con un evento en el Hotel Santa Catalina.

El bum turístico de los años 60 y 70 en Canarias es imposible de comprender sin Viajes Insular. Cuando los turoperadores comenzaron a mirar hacia el Archipiélago, la compañía les tendió la mano para facilitar la llegada de viajeros. Así, las Islas se convirtieron en un destino de sol y playa de referencia mundial y esta agencia de viajes en una firma fuerte, que ha sabido adaptarse, a través de la diversificación, la digitalización y la superación de adversidades, para llegar con la persiana subida hasta la actualidad. El pasado 31 de diciembre la empresa sopló las velas por su 60 aniversario. Desde entonces, se encuentra inmersa en un jubileo cuyo colofón tendrá lugar hoy, con un evento en el Hotel Santa Catalina de la capital grancanaria. Pero, ¿cómo se levantó este negocio de altura made in el Archipiélago?

Si bien la agencia comenzó a operar en 1961 bajo la denominación de Insular, no fue hasta el 31 de diciembre de 1963 cuando, para cumplir con lo previsto en el nuevo Reglamento de Ordenación de las Agencias de Viajes, se convirtió en Viajes Insular, de ahí su fecha de aniversario. La sociedad la fundó el empresario Virgilio Suárez Almeida, su hija Concepción Suárez García y su yerno Juan Andrés Melián García, que desempeñó en dos mandatos (1979-1983 y 1995-1999) el cargo de vicepresidente del Cabildo grancanario. Los tres ocuparon los altos cargos del consejo de administración. El capital social fue de tres millones de pesetas y sus oficinas se establecieron en un moderno y peculiar edificio situado en la calle León y Castillo de Las Palmas de Gran Canaria.

En aquel momento, la industria turística todavía era una recién nacida en las Islas; los núcleos turísticos, como Maspalomas o Playa de la Américas, andaban en fase de desarrollo; y el destino de sol y playa empezaba a tener tirón en el extranjero. Con el objetivo de impulsar la llegada de viajeros europeos, Viajes Insular se unió a los turoperadores. La firma abrió nuevas sucursales en Puerto de la Cruz y San Agustín (San Bartolomé de Tirajana), y colocó a los mandos de esta misión Welcome tourists! a un hombre de perfil técnico reconocido en el sector y amigo de Suárez Almeida, Horst Scherschinski, que ocupó el cargo de vocal en la dirección junto a José Padrón Torres. Con sus conocimientos sobre idiomas extranjeros, así como su habilidad para negociar, atrajo a las empresas mayoristas de los países emisores, en especial a TUI y Saga Tours, y fraguó alianzas para convertir a esta empresa canaria en el brazo sobre el terreno de las mismas.

La epopeya turística

La epopeya turística / Néstor Santana

Desde el minuto uno, sus fundadores apostaron por la diversificación. Como complemento a su actividad principal, crearon Bus Tour para ofrecer a los visitantes excursiones y traslados en Gran Canaria, Tenerife y Lanzarote. Es más, las excursiones se volvieron tan populares, que la firma incluyó salidas interinsulares o vía avión a El Aaiún (Sahara Occidental). En los años 70, separaron este segmento del negocio con la constitución de Tamaragua Tours.

Suárez Almeida también se unió con Scherschinski para crear una de las primeras, por no decir la primera, empresa de turismo náutico del Archipiélago, Marítima Insular. En su catálogo contaba con dos catamaranes, Felusi y Felusi I, y un monocaso, El Dorado. Los tres fueron fabricados en astilleros finlandeses y se dedicaron íntegramente a la actividad de pesca deportiva de altura durante más de 15 años.

Giro de timón en los 80

Desde Suecia hasta Alemania pasando Noruega, Suiza, Francia, Italia, Austria, Luxemburgo, Reino Unido, Holanda o la propia España. La tendencia al alza en el arribo de turistas desde Europa demostró que Canarias no era un destino de moda pasajero. Es más, las buenas perspectivas indujeron a Viajes Insular a abrir nuevos establecimientos en Playa del Inglés y Jandía (Fuerteventura). El futuro del sector estaba cada vez más claro, al igual que su rentabilidad, cuestión que fue un arma de doble filo.

La epopeya turística

La epopeya turística / Néstor Santana

En los años 80, algunos turopeadores decidieron prescindir de los servicios de la compañía para instalarse en las Islas con oficinas propias. Por ello, la empresa tuvo que girar el timón hacia un nuevo nicho de mercado: los canarios. La agencia de viajes pasó de ser receptora de viajeros –los turistas que traían a Canarias las mayoristas extranjeras– a emisora. La población local contaba con mayor poder adquisitivo, tenía ganas de conocer otros puntos del Archipiélago, España y el globo, así que la empresa fundada por Almeida Suárez les ofreció la ayuda que necesitaban para lograrlo.

En 2008, la actividad receptiva de la marca pasó a funcionar bajo la marca Turisbeds. Esta firma cuenta con un departamento específico para el turismo empresarial, también conocido como MICE (ferias, congresos, convenciones e incentivos); además de un programa de excursiones regulares; y un área dedicada al traslado de visitantes desde el puerto o aeropuerto hasta su alojamiento. En el mercado emisor, Viajes Insular opera sobre todo en los países escandinavos, como Finlandia o Suecia, y centroeuropea, donde se encuentra Alemania o Suiza.

La diversificación

La diversificación sigue en 2016 con la activación de Beway, el negocio mayorista de Viajes Insular, que proporciona productos vacacionales a las agencias emisoras minoristas de Canarias.

Todo este frenesí de actividad fue premiado por el diario Financial Times y el portal estadístico Statista. Colocaron a la compañía entre las 1.000 empresas que más crecieron en Europa en 2018. No es el único galardón que ha recibido a lo largo de su historia. En 1987 el Gobierno de Canarias le concedió la Medalla de Oro de Turismo.

La epopeya turística

La epopeya turística / Néstor Santana

Actualmente, la mayor pata de Viajes Insular radica en los viajes de la población residente. Aglutina el 60% de su volumen de negocio frente al 40% que supone colaboración con turoperadores. Cuenta con 12 establecimientos en siete de las ocho islas, tres de ellos en Gran Canaria, y una plantilla de 110 trabajadores.

La pandemia fue otro golpe para la compañía. «Fue durísimo», asegura el director general de la compañía, Ignacio Poladura. En 2020, el confinamiento y la cancelación del tráfico aéreo obligó a parar los motores de la actividad turística. Un cero en despegues y aterrizajes, así como en la entrada de clientes en las oficinas en busca de paquetes vacaciones, que aceleró el proceso de digitalización en el que se encontraba ya inmerso la firma. Eso sí, no todo fueron sombras.

En plena vuelta a la normalidad, la firma lideró la iniciativa #MuevetePorCanarias con el ánimo de incrementar la actividad turística. También contó con el apoyo de las principales empresas del sector. Poladura explica que el covid-19 revalorizó los servicios de la firma. En especial, los clientes ahora buscan más que nunca «sentirse acompañados», es decir, atención personalizada antes, durante, y después. «Cuando se disparó la inflación, la demanda de viajes no bajó, lo que demuestra, sin ningún equívoco, que la gente considera los viajes un bien de primera necesidad», remarca el directivo de Viajes Insular.

De cara al futuro, Poladura no descarta que la compañía abra nuevas sucursales en el Archipiélago para seguir afianzando a sus clientes más leales: los isleños. Eso sí, tampoco rechaza adentrarse en otros mercados. La firma también seguirá potenciando su proceso de digitalización y transformación para incrementar la eficiencia. «Creemos muchísimo en los puntos de venta físicos y las relaciones humanas, pero también estamos convencidos de que toda la tecnología que está por venir tiene que jugar un papel vital», resalta el responsable de la empresa.

Suscríbete para seguir leyendo