La historia de superación de la piloto canaria que cumplió el sueño de volar a Madrid: 35 años de estudio y una crisis de por medio

María Rosa González tiene 35 años de formación en aviación y, desde febrero, cubre la ruta de Binter con la capital española

Llevar un Embraer es un paso adelante en su carrera

La piloto María Rosa González Albújar en el exterior de la sede de Binter en Gran Canaria.

La piloto María Rosa González Albújar en el exterior de la sede de Binter en Gran Canaria.

Clara Morell

Clara Morell

Con 18 años era auxiliar de vuelo de Binter y, 35 años después, se ha convertido en una de sus pilotos. Lo ha logrado con esfuerzo, compaginando trabajos y estudios e incluso superando la crisis que el atentado a las Torres Gemelas provocó en el sector aeronáutico. Volar al Aeropuerto Madrid-Barajas Adolfo Suárez supone un nuevo reto «técnico» y de «pilotaje» por su «alta densidad de tráfico».

Hacer carrera como piloto no es tarea fácil. Al igual que cuando hay turbulencias u ocurre una emergencia a bordo, la persona a los mandos de la aeronave tiene que tomar decisiones y hacer desvíos. Llegar lejos era una meta que, en territorios como Canarias, no solía materializarse. Sin embargo, desde el pasado 1 de febrero, la grancanaria María Rosa González Albújar ha cumplido un sueño: cubrir la ruta entre Canarias y Madrid con la aerolínea Binter. Todo ello, pilotando un gran avión como es un Embraer. «Fue un vuelo de absoluta emoción. Cuando me autorizaron a aterrizar en la pista 32 izquierda tuve que contener las lágrimas, todo el esfuerzo de los últimos 30 años había valido la pena. Estoy muy orgullosa y feliz», describe González Albújar. 

35 años de formación

La aeronauta entró en la plantilla de Binter en 1989, cuando apenas tenía 18 años. Volar a Madrid era algo que «jamás» pudo imaginar. 35 años después, se ha convertido en una de las personas que han hecho posible esa nueva ruta. Pero... ¿cómo se llega a los más alto? Sin duda, con mucha formación. González Albújar hizo los estudios técnicos para convertirse en Piloto Comercial de Línea Aérea en la Escuela, en la base de Tenerife. Allí se empapó, durante 18 meses, de toda la teoría necesaria para pilotar un avión y realizó las prácticas, lo que le permitió sacarse la licencia de vuelo. 

En la aerolínea canaria entró como auxiliar de vuelo, pero su vocación la llevó a convertirse en piloto. Fue trabajando en Binter donde descubrió que volar era su «pasión» y trabajó «muy duro» para ponerse a los mandos. De hecho, tuvo que compaginar estudios y trabajo durante muchos meses pero ahora es consciente de que el esfuerzo «valió la pena».

Crisis económica en 2001

Sin su empeño, no lo habría logrado, pues el contexto no remaba a favor. Acabó los estudios de Piloto Comercial de Línea Aérea en 2001, pero aquel año se produjo el atentado de las Torres Gemelas, lo que propició una fuerte crisis económica en el sector aeronáutico.  Esto hizo que no pudiera ejercer su profesión de manera continuada hasta el año 2015. Lleva nueve años ejerciendo como piloto, primero en Naysa y ahora, en Binter.

Volar a Madrid supone «una evolución en su carrera profesional», no solo por la ruta, sino por la oportunidad de pilotar un Embraer. «Es un avión de última generación, de los más modernos del mundo», describe. Estas aeronaves, fabricadas por la Empresa Brasileira de Aeronáutica S.A., cuentan con una alta tecnología que las convierte en unas de las más respetuosas con el medio ambiente por su baja emisión de dióxido de carbono y por su escaso consumo de combustible. Además, son aviones muy cómodos para el pasajero porque disponen de un espacio amplio entre asientos y su motor es muy silencioso. «Para mí es un lujo y un privilegio volar este avión», asevera. 

Antes de volar un Embraer, González Albújar y el resto del equipo tuvieron un entrenamiento específico en línea. Sobre todo, se les formó sobre las características del Aeropuerto Madrid-Barajas Adolfo Suárez. La piloto asegura que lo más importante es saber que se está en un aeródromo de «alta densidad de tráfico» y que esto supone «unas connotaciones técnicas y de pilotaje específicas». Profesionalmente, despegar y aterrizar en la capital es para ella un reto profesional «apasionante» por «todo lo que supone a nivel técnico». 

En cuanto al momento de expansión que vive la compañía, la piloto considera que el 1 de febrero de 2024 quedó marcado en rojo en la agenda por producirse para ellos «un hecho histórico», que fue el hacer realidad una demanda que el pasajero canario requería «desde hacía mucho tiempo». «Volar a la capital de España supone abrir puertas a un futuro esperanzador», sentencia.

Viajar en «modo canario»

Si ya se había ganado el cariño de los canarios al repartir ambrosías Tirma en sus vuelos, Binter ha dado un paso más allá en su ruta con Madrid. González Albújar asegura que los clientes se sorprenden «al escuchar a bordo música tradicional canaria, gastronomía de las diferentes islas y con el exquisito trato de nuestros tripulantes de cabina que nos hacen únicos». Lo mejor, en su opinión, es ese toque canario que dan a todos sus vuelos y que hace que el pasajero se sienta en casa, en Canarias, desde que entra en el avión. «Lo nota desde que le damos la bienvenida con nuestro timbre característico». Así, asegura que ese «modo canario» de volar es lo que les diferencia y que incluso hay controladores canarios que trabajan en los diferentes destinos a los que vuelan que empatizan al reconocer el acento.