Un hombre sin lágrimas ni emociones. Ni triste ni alegre, eutílico, que "no siente dolor" ni "arrepentimiento" por haber matado a su pareja de 15 puñalada. Tampoco por el hijo de Yessica Gómez, de siete años, que presenció el crimen en la casa de Puerto del Rosario (Fuerteventura) compartida por ambos. Así han descrito los médicos forenses a Henry Danny García en la tercera sesión del juicio que se celebra en la Audiencia de Las Palmas ante un jurado popular.

Las doctoras Beatriz Naranjo y María Soledad Heredia se entrevistaron con Henry García dos veces, unos meses después del crimen, que ocurrió durante la madrugada del 9 de diciembre de 2015. La primera vez se negó a explicar las razones por las que mató a su pareja ni dar detalles de su relación, salvo comentarios sobre situaciones banales. En la segunda entrevista sí tocaron esos temas, pero con la misma frialdad que la primera vez.

Una falta de "afectividad" y ausencia de "emociones" en relación al crimen que ha llamado la atención de los expertos por su "extrañeza", explican las forenses en la vista oral. Las médicos consideran al acusado como una persona que mide muchos las repuestas, calculador y nada espontáneo, que tiende a idealizar su manera de ser, además de intentar agradar o seducir a la entrevistadora de manera "infantil".

Los forenses también confirmaron los terrores nocturnos que sufre el hijo de la víctima, con pesadillas de alguien que lo viene a coger, así como sentimientos de rabia hacia su abuela, que se ha hecho cargo del pequeño y vive "bloqueada" en el duelo, tanto por el sufrimiento de su nieto como por la pérdida de su hija.

Los expertos también ratificaron que la víctima sufrió entre 10 y 15 puñaladas, algunas en sí mortales, como las que recibió en el hígado, con "intención" no sólo de matarla, sino de hacerla "sufrir", sostiene el forense Javier Tapia Chinchón.

Ante la contundencia de las pruebas periciales, la fiscal Beatriz Sánchez elevó a definitivas sus conclusiones iniciales: 22 años de cárcel por un delito de asesinato con alevosía y ensañamiento. La decana de Violencia de Género concluye que la versión del acusado es "falsa", pues Yessica no cogió ningún cuchillo para atacarlo primero. La herida que García tiene en un dedo se la causó al apuñalar a su pareja, no al defenderse de ella.

La abogada del Instituto Canario de Igualdad, en cambio, reclama la pena máxima: 25 años de prisión. La letrada se niega a contemplar la atenuante de confesión, a pesar de que García acudió a comisaría y dijo que había matado a su pareja. La defensa insiste en la tesis del homicidio, cuya pena oscila entre los 10 y los 15 años.