Crisis hídrica | Una isla debastecida

Una nueva avería en el Consorcio deja a la isla sin agua en plena ola de calor

Las bombas de captación de la planta desaladora se han extropeado en tan sólo 15 días

La rotura provoca una reducción de 5.000 metros cúbicos

Una de las bombas de captación de agua de mar del Consorcio de Abastecimiento, en una imagen de archivo. | | LP/DLP

Una de las bombas de captación de agua de mar del Consorcio de Abastecimiento, en una imagen de archivo. | | LP/DLP / LP/DLP

Una nueva avería en una de las bombas de captación de agua de la planta desaladora del Consorcio de Abastecimiento de Aguas a Fuerteventura (CAAF), en Puerto del Rosario, ha dejado en plena ola de calor a la isla sin agua. Es la segunda avería en unos 15 días de este sistema de captación de agua de mar en una de las bombas sumergibles. La diferencia entre uno y otro incidente se localiza en que la avería nueva provoca una reducción del caudal de 5.000 metros cúbicos al día, mientras que la primera sólo tuvo un déficits de 240 metros cúbicos.

Una vez más, el agua potable procedente de la desaladora del Consorcio ubicada en la capital no llegará durante varios días al depósito principal de La Herradura, desde donde se distribuye más del 80 por ciento del agua para toda Fuerteventura, a excepción de las localidades turísticas de Corralejo y las de Antigua, cuya gestión del agua corre a cargos de empresas privadas consorciadas con los ayuntamientos de La Oliva y Antigua.

Para proceder a la reparación de la bomba de extracción de la avería de finales del mes pasado, se tuvo que enviar la misma a Gran Canaria, lo que motivó que el debastecimiento se prolongara durante varios días. Por lo que se intuye que también pasará ahora lo mismo. Sin embargo, los abonados siguen preguntándose como el Consorcio no dispone de bombas de captación de agua en stock.

Este nuevo deterioro en el principal centro de desalación del CAAF ha provocado una reducción de caudal en las redes de distribución de agua que ha afectado de forma general a los habitantes de Fuerteventura, cuando las temperaturas superaron los 34 grados.

Los abonados del CAAF ya plantean en las redes sociales salir a la calle por las contínuas averías

Fue en la madrugada de ayer domingo, 13 de agosto, cuando se verificó el daño en otra de las bombas de captación de mar de la planta desaladora capitalina. Una incidencia que supone una pérdida de producción unos 5.000 metros cúbicos/al día, lo que ha dado lugar a una reducción de caudal en las redes que afectará de forma general en Fuerteventura.

Desde el CAAF se anuncia que está trabajando en resolver la incidencia y «restablecer el suministro con normalidad en el menor tiempo posible. Al mismo tiempo, ruega disculpas a las personas usuarias por las molestias ocasionadas».

La primera gran rotura de este sistema de captación de agua de mar en la planta desaladora de Puerto del Rosario se detecto el pasado 29 de julio. La avería supuso una pérdida de producción de 240 metros cúbicos/día, lo que dio lugar a un debastecimiento en toda la isla.

Si entonces, los vecinos indundaron las redes sociales con críticas a la gestión del Consorcio dado que muchas familias llevaban hasta dos semanas sin agua, ahora, tras este nuevo debastecimiento, ocurre lo mismo. Los abonados vuelven a arremeter contra el CAAF e incluso plantean en las redes sociales salir a la calle para protestar por los contínuos cortes en el suministro.

Sin solución

La gestión del CAAF no tiene solución. Ni la tuvo antes ni la tiene ahora. Una difícil papeleta para quienes se encuentran al frente del Consorcio que está conformado por el Cabildo de Fuerteventura que posee el 60 por ciento del accionariado y los seis ayuntamientos majoreros, que aglutinan el 40 por ciento restante.

La falta de inversión en la red de distribución, totalmente obsoleta, la ausencia de una planificación a largo plazo que diera respuesta al aumento poblacional, y no construir hace años una potabilizadora en la zona Sur, son algunos de los temas que han provocado esta situación de debastecimiento y la declaración de emergencia hídrica en que se encuentra Fuerteventura.

A pesar de la adquisición de agua a productores privados para inyectar agua a la red general, o las obras que se vienen realizando para tratar de disminuir esta grave situación, no se logra frenar ni las reiteradas averías ni el debastecimiento, que provocan la desesperación e indignación de los vecinos que sufren hasta varias semanas sin agua en sus domicilios, algo insólito en pleno siglo XXI.