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La Aldea de San Nicolás

Un estudio universitario avala la nueva autovía de La Aldea por su interés social

Una treintena de alumnos justifica la elevada inversión en una carretera con tan poco tráfico por el fuerte respaldo grancanario y el estrés que genera la vía actual

Obras de refuerzo interior de uno de los túneles en construcción.

La nueva carretera de La Aldea sólo se justifica por su interés social. Un estudio realizado por alumnos de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria constata que la elevada inversión sería difícil de asumir por el escaso movimiento de coches, si no fuera por razones de "justicia" y por el respaldo de la población de toda la Isla. El análisis admite que buena parte de los grancanarios estarían dispuestos a pagar un peaje para hacer posible su ejecución, y que verdaderamente será rentable si consigue aumentar el tráfico que tiene la vía actual en unos 59 vehículos al día (un 3% por encima de las previsiones del Gobierno de Canarias).

¿Es rentable económica y socialmente la construcción de la autovía de La Aldea en sus dos fases, tanto la que está en construcción ahora como la segunda, prevista entre Agaete y El Risco, cuando el coste inicial ronda en conjunto los 239 millones de euros? ¿Y lo era hacer ese primer tramo, teniendo en cuenta que por la vía actual circulan apenas 1.176 coches diarios? ¿Estarían dispuestos los automovilistas a pagar un peaje para justificar este macroproyecto? ¿El beneficio social está por encima del puro análisis coste-beneficio de la infraestructura? Estas son algunas de las cuestiones que se planteó casi una treintena de alumnos en su asignatura de Evaluación de Proyectos y Políticas Turísticas del Grado en Turismo de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, dirigidos por Francisco López, profesor del Departamento de Análisis Económico Aplicado, y cuyas conclusiones dieron lugar a un trabajo presentado en mayo de este año.

Los estudiantes evaluaron durante dos meses todo lo que rodea a la nueva carretera, cuya primera fase se abrirá en el segundo semestre de 2016, pero cuya segunda etapa todavía carece de financiación, después de décadas de reivindicación de sus habitantes, que se han lanzado en múltiples ocasiones a la calle para tratar de romper su histórico aislamiento.

Los estudios económicos clásicos dejarían muy claro que sería injustificable invertir 85 millones en el primer tramo (sin contar los sobrecostes) y otros 154 millones más, para una vía con apenas 1.176 vehículos diarios. Y más aún, teniendo en cuenta que la previsión de crecimiento de la Consejería de Obras Públicas es de un 2% de media anual, es decir 24 automóviles más. Y tampoco soportaría ese desembolso por el ahorro de tiempo, combustible y seguridad.

La carretera actual de 30 kilómetros de Agaete a La Aldea requiere unos 50 minutos. Una vez acabadas las dos fases, los 18 kilómetros se cubrirían en un cuarto de hora, a una velocidad media de 80 kilómetros por hora.

El análisis recopila los datos de siniestralidad de la actual vía recopilados la Asociación Foro Roque Aldeano, que señala que entre 1949 y 2014 se registraron 33 muertes y 10 heridos graves. "Cuando no llueve, la carretera es relativamente segura", añade el trabajo, que habla que estas cifras están dentro de la normalidad.

Por eso se amplió el campo de análisis. Y el estudio de economía aplicada incorporó una encuesta a 374 personas (tanto aldeanas como del resto de municipios), con variables como el aislamiento, la amenaza del cierre de la vía por los desprendimientos y el estrés por la conducción y, sobre todo, la denominada justicia social.

Uno de estos datos muestra que la actual carretera cerró 35 días el último año por desprendimientos, seguridad y obras de mantenimiento. A esto se suma "la sensación" de peligro, por lo que muchos vecinos prefieren salir por el Sur, según el profesor Francisco López.

La encuesta reunió la opinión de 374 personas, de las cuales 45 eran de La Aldea, 173 de Las Palmas de Gran Canaria, 30 de Arucas, 20 de Santa Lucía y 15 de Telde, como datos significativos, en el que estuvieron todos los pueblos representados, salvo Mogán y Valleseco por razones logísticas.

"La carretera es percibida como muy peligrosa en un alto porcentaje y, además, que es necesario que las autoridades actúen inmediatamente en la finalización del nuevo proyecto". Esta es la principal conclusión. Además, "se aboga porque la carretera sea un objetivo primordial de los responsables políticos. No sólo se trata de que esta parte de la Isla no se vea aislada periódicamente, sino por la seguridad y el bienestar, tanto de los habitantes de La Aldea como de los visitantes no peligren". En el trabajo, los estudiantes contaron la colaboración del Ayuntamiento de la Aldea.

Los consultados tienen una percepción muy peligrosa de la actual vía. Por eso están dispuestos a asumir el pago de un peaje por su construcción. Seis de cada diez personas preguntadas están dispuestos a sacar de su bolsillo un promedio de 7,13 euros por evitar la carretera actual. Y hasta un 90% desembolsaría cuatro euros por trayecto. Algunos, incluso, cantidades superiores.

Un dato muy importante es que la nueva autovía generará un mayor movimiento de viajeros. El 67% de las personas consultadas declaró que iría una media de tres veces más al año a La Aldea cuando se abra el primer tramo en construcción. Y, sobre todo, que gastaría en los negocios aldeanos una media de 31 euros en su estancia. Es más, cuando esté toda la vía en servicio viajarán hasta 12 veces más al año, con un gasto medio de 42,98 euros en cada viaje. Es decir, el gasto extra rondará los 516 euros al año por persona.

La construcción de la vía genera una serie de beneficios al municipio, "pero también a Gran Canaria en su conjunto". En términos económicos, implica un mayor desarrollo comercial y turístico, que iría paralelo a la creación de empleo y la menor dependencia del sector agrícola. A esto se suma un ahorro de tiempo y combustible para los usuarios. Incluso, un ahorro externo en el uso de helicópteros de urgencia, según se cita como ejemplo, en los que se enumeran ventajas medioambientales y sociales por el ahorro de estrés de la conducción.

Poca siniestralidad

En este sentido, se prevé un descenso del consumo de combustible, y la reducción en las emisiones de dióxido de carbono, al aminorarse la distancia y ser una velocidad constante. A esto se suma las medidas correctoras de la obra, con la plantación de 500 hectáreas en Tamadaba.

El estudio puramente de costes y beneficios indicarían que el proyecto de la nueva autovía no sería rentable. Teniendo en cuenta un modelo matemático estándar, la pérdida neta superaría los 137,7 millones de euros. "Se trata de una vía muy costosa (85 millones en el primer tramo y 154 el segundo) para resolver los problemas de accesibilidad de una zona con pocos residentes (apenas 8.000 habitantes) y una carretera actualmente poco transitada (unos 1.200 vehículos totales al día)". Si fuera con este argumento del valor de uso, "desaconsejaría la inversión de esta carretera".

Pero la obra va más allá, que el estudio universitario ha querido incorporar. Para ello se ha evaluado los beneficios sociales, o lo que técnicamente han denominado "valor de no uso".

Y es aquí donde ocupa un lugar importante la citada encuesta a 374 personas. Y hay un dato clave, y es que el 94% cree que la actual vía es muy peligrosa y el 95% apoya la nueva alternativa.

Teniendo en cuenta un crecimiento previsto del tráfico del 2% anual, sólo sería rentable la primera fase, ahora en ejecución. Pero el estudio entiende que los propios consultados manifestaron que visitarían La Aldea un promedio de tres veces más al año, y que el gasto rondará los 43 euros. "El atractivo en caso de que la carretera se realizase por completo es cuatro veces superior a si solamente se finaliza el primer tramo", superando el factor sicológico que desprende el trazado actual y el desconocimiento de muchos habitantes sobre este pueblo.

Los resultados obtenidos permiten concluir que la construcción de la carretera puede considerarse socialmente justificada, bajo un supuesto de generación de nuevo tráfico, "que consideramos razonable, dada las opiniones de los encuestados".

Por eso habla de que el aumento del 5% del tráfico cuando estén las dos fases, superando el aumento anual del 2% que sugiere el Gobierno de Canarias, "es suficiente para garantizar la rentabilidad social de los dos tramos entre La Aldea de San Nicolás y Agaete". Es decir, si atrae a unos 80 vehículos más.

El profesor Francisco López señala gráficamente que "el valor social va más allá del nivel de uso, esto es, de su coste beneficio. Si fueran sólo por las cifras, sobre todo por el alto coste y el escaso tráfico que tiene la carretera, no sería rentable. Pero, es rentable tomando en cuenta todos los supuestos, más el ahorro de tiempo y la justicia social, y no sólo desde la visión de los aldeanos, sino de todos los grancanarios".

El profesor acaba de llegar esta semana de Palma de Mallorca de presentar el trabajo en un Máster, tras generar el interés de expertos por su novedosa metodología.

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