La Asociación Canaria de Integración de Salud Mental Espiral, los centros de rehabilitación psicológica de Teror, de Vecindario y de Las Palmas-Casa del Marino, entre otros colectivos, defendieron ayer el Orgullo loco (que procede del inglés, Mad Pride), un movimiento formado por usuarios, exusuarios y supervivientes de los servicios de salud mental y aliados que, tomando como ejemplo, entre otros, al colectivo LGTBI y su trabajo contra el estigma y los prejuicios, reivindican la inclusión social y la igualdad de derechos para las personas con algún trastorno o enfermedad mental a través de una nueva, diferente y positiva identidad loca. Y ese objetivo se persiguió ayer con un sinfín de actividades en la plaza de Nuestra Señora del Rosario, en el casco de Agüimes, con motivo del Día Mundial de la Salud Mental.

"Muchos tienen miedo o no se fían de aquellos que han sido usuarios de servicios relacionados con la salud mental, y de su recuperación. Eso ocurre por desconocimiento. Tenemos que luchar contra ese estigma y el desprecio contra lo relacionado con la salud mental, y estar a favor de la integración social y laboral", señaló ayer Aday Marcos Varela, de 36 años, vecino de la capital grancanaria, quien estuvo "bastante mal al haber sido adicto a ansiolíticos, alcohol y cannabis. Ahora estoy recuperado", confesó.

Este cambio y la recuperación en Aday Marcos no vinieron solos. "Fue gracias al tratamiento, a la asociación, a la familia, a los profesionales y a mí mismo", indicó junto al stand de la Asociación Canaria de Integración de Salud Mental Espiral, de la que fue uno de los fundadores, y que cuenta con unos 200 socios.

Este colectivo formaba parte de la decena que participaron en esta jornada conmemorativa , siendo así protagonistas ayer en la plaza del Rosario, junto a las actividades de baile, música, yoga, zumba y radio en vivo que se celebraron en el lugar como una fiesta con la asistencia de cientos de personas.

Los colectivos y asociaciones aprovecharon sus puestos en la plaza para vender artículos, darse a conocer e informar de sus actividades y trabajo.

La historia de recuperación de Aday Marcos fue una de las muchas que se destacaron y se recordaron ayer en el casco de la villa de Agüimes, como aquellas que están en su inicio y otras en su casi conclusión feliz.

Emilio Botero, que no pudo asistir a esta fiesta por la salud mental al encontrarse durante un viaje, es protagonista de otra historia: fue usuario de salud mental y ahora es rehabilitador del Plan Integral de Recuperación Psicológica (PIR) de Las Palmas de Gran Canaria. Botero presentaba y sufría esquizofrenia, logró recuperarse, para después conseguir el título de Rehabilitador Psicosocial, y poder formar una familia.

Herramientas

Aparte de lo que se hizo en la plaza del Rosario, la cancha de baloncesto que se encuentra en la trasera del Teatro Auditorio de Agüimes fue el lugar donde se celebró otra actividad de integración con estudiantes, usuarios y deportistas. Allí acudieron alumnos que imparten ciclo de integración social del Instituto de Educación Secundaria (IES) Lila, del Valle de Jinámar, en el municipio de Telde, como del Centro Integrado de Formación Profesional (CIFP) Villa de Agüimes.

También asistieron usuarios de distintos centros de recuperación, como jugadores de baloncesto, exactamente dos de la cantera del Club Baloncesto Gran Canaria -Kany Tchanda, de la categoría cadete, y Pape Alioune, júnior-, acompañados por el director de la cantera del club claretiano Juanmi Morales, quien destacó "nuestro deseo de implicarnos y colaborar en este tipo de actividades a favor de la integración social y laboral".

Asimismo también participó en esta actividad David Jesús Cabrera, pívot del Club Baloncesto Agüimes, equipo que milita en la categoría LEB. "Es muy importante participar en estas herramientas que, mediante el deporte, ayuda a los chicos y chicas que se distancien de hábitos y de elementos que son muy negativos para su salud y para el futuro de ellos", afirmó el baloncestista.