Los 150 productores y artesanos que durante este fin de semana han participado en la XVI edición de la Feria del Sureste en Carrizal llegaron a la muestra con un objetivo: darse a conocer entre los consumidores para lograr no solo una buena venta durante estas tres jornadas, sino para garantizarse una amplia clientela para el resto del año. Y lo han conseguido, porque en esta cita se ha vivido un trajín de intercambios de tarjetas de visita entre los expositores y las más de 100.000 personas que han asistido a la Feria del Sureste, según datos aportados por la organización.

Un año más, la muestra de los productos y elaboraciones de los municipios de Santa Lucía de Tirajana, Agüimes e Ingenio ha vuelto a convencer a los asistentes repetidores y ha atrapado a los principiantes. Todos destacan la calidad de los productos ofertados y la necesidad de celebrar ferias de este tipo en Gran Canaria para crear un vínculo directo, sin intermediarios, entre los comerciantes y los consumidores.

La jornada de este domingo fue la más multitudinaria de todo el fin de semana, y ni la lluvia que hizo acto de presencia a ratos consiguió aguar la fiesta, porque de allí no se movió nadie. Tal fue la afluencia de público durante toda la mañana, que los productores y artesanos consiguieron compensar todo lo que dejaron de ganar el viernes, cuando la lluvia sí espantó a parte de los asistentes.

De hecho, y a falta de cerrar las cifras, la organización espera que la recaudación de esta edición alcance los 300.000 euros sumando las ventas de todos los expositores. Buenas cifras, si se tiene en cuenta que la Mancomunidad del Sureste invirtió en la organización de la Feria del Sureste algo más de 120.000 euros. Gran parte de los comerciantes mostraron su satisfacción por participar en una feria cuya organización mejora cada año e introduce actividades culturales, infantiles y juegos tradicionales en su agenda.

Sin existencias

Domingo Alemán, propietario de la bodega Viña Aguayro de Agüimes, es uno de ellos. Para él, la feria "ha sido un éxito". "Llevamos 10 años participando y siempre nos ha ido muy bien, el balance es muy positivo; tanto que me atrevería a decir que incluso debería celebrarse dos veces al año", afirmó. Y es que para ganar lo que gana en una feria como esta, Domingo Alemán tiene que trabajar más de 10 días.

A los pasteleros de Flor Isleña, en Santa Lucía de Tirajana, la feria también les ha granjeado más de una alegría, porque han logrado agotar todas sus existencias. "La gente ha sido muy participativa y ha estado animada a comprar; aunque también es cierto que el punto fuerte de esta cita es darse a conocer, se gana mucho en publicidad y nosotros eso lo hemos notado en las ventas en nuestro establecimiento año a año", destacó Samuel Monzón, propietario de la pastelería.

Para Benito González, de Especias El Cardón, su paso por esta muestra también ha sido beneficioso. "Es una feria que la gente espera y desea, y el artesanoa aprovecha para sacar un producto hecho con mucho sacrificio", señaló, "cada vez funciona mejor y eso nos alegra". Un sacrificio que posibilita que los productos sean únicos. "La feria es necesaria para vender los productos que tenemos en Gran Canaria", dice por su parte, Rita Hernández, de aceites Oro Canario, "cierto es que pueden ser más caros que los importados, pero ganamos en calidad, la producción es limitada y eso lo hace aún más exclusivo".

A pesar de la lluvia de la jornada, la muestra comarcal celebró también actividades como talleres medioambientales, actuaciones musicales, muestras ganaderas y de cocina con gran afluencia de público. La jornada llegó precedida de la entra de premios de la Feria del Sureste a Benito González, agricultor de Especias El Cardón, Nicolás Toledo, artesano y pintor y a Lucía Díaz, artesana de objetos de decoración y bisutería, reconocimientos entregado por la Mancomunidad para reconocer su trayectoria.