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Entrevista | Lucas Calderín

"Hago alfarería para no perder la tradición pero también sirve como terapia"

"Llevo 16 años viniendo a la Feria del Sureste y mientras pueda seguiré participando en ella", explica este alfarero

El alfarero Lucas Calderín, ayer, en la Feria del Sureste. juan castro

¿Cuándo y por qué se inició en el mundo de la alfarería?

En 2005 me junté con un grupo de personas que elaboraba piezas de cerámica con barro y escuché que se estaba perdiendo la tradición y acabé aprendiendo. Tenemos que seguir buscando gente que la continúe. Sé que esta profesión no da para vivir pero al menos debemos hacerlo para mantenerla en el tiempo; aunque el beneficio sea cero, tenemos que seguir apostando por ello para hacer frente a otras culturas que intentan pasar sobre la nuestra.

¿Y cómo lo hace? Es difícil enganchar a la gente a este oficio.

Ahora estoy en colegios de Santa Lucía de Tirajana y de Maspalomas impartiendo talleres; lo hago en horario lectivo para los alumnos porque hemos ideado un proyecto para que en vez de dar manualidades que no interesan a los estudiantes, introducir el barro en las aulas. De hecho, el barro logra captar la atención de varios niños hiperactivos y hasta los profesores están asombrados. También imparto talleres en centros de mayores. Elaboro piezas de alfafería para no perder la tradición, pero también funciona como terapia.

¿De dónde obtiene la materia prima?

La extraigo de las barreras de Montaña Alta, en Guía, Trujillo o Firgas; tengo autorización para ello. Hay que buscar el barro a dos metros por debajo de la superficie de la tierra y se saca en forma de pedruscos. Ya en casa, se mete en remojo, se filtra, se limpia para quitarla las piedras y las raíces, se le incorpora arena, que funciona como desengrasante, y se amasa con las manos o los pies, como se hacía antiguamente. Luego se embolsa y tienes barro para trabajar durante todo el año.

¿Qué características tiene ese barro?

Es un barro muy resistente al fuego, porque en los hornos llegamos a los 850 grados. Esa resistencia permite que no se agriete ni se rompa, y así sacamos piezas de alfarería perfectas y de máxima calidad. Con este barro hago ídolos de Tara, cuencos para vinos, quemadores para incienso, tallines para la comida, todo tipo de piezas decorativas y bernegales.

Lo más rápido y a veces más económico es adquirir algún elemento que se ha producido en serie. Con este escenario, ¿tiene mucha salida este tipo de productos hoy en día?

Sí. Hay mucha gente que valora las piezas de artesanía y la aprecia. Y es justamente la misma gente que no suele discutir el valor económico que le pones ni mucho menos regatear el precio. Todo aquel que quiere artesanía canaria sabe que si viene a estas feris va a encontrarla.

¿Qué importancia tiene para usted participar en la Feria del Sureste?

Mucha. La Feria del Sureste es un escaparate no solo para vender durante los tres días que los artesanos y productores estamos aquí sino para todo el resto del año. Esta feria permite iniciar relaciones con futuros compradores e intercambiar los contactos. De hecho, hay mucha gente que no compra cuando pasa por aquí, pero me pide la tarjeta y me llama por teléfono al día siguiente para encargar sus piezas.

¿Y cuáles son las piezas que más suelen encargarle?

Los bernegales para el agua. Todavía hay mucha gente nostálgica con los usos de antaño.

Lleva participando en la Feria del Sureste desde que arrancó hace ya 16 ediciones. Es usted un artesano fiel.

Desde el principio y mientras pueda seguiré participante. Es un escaparate impresionante que además te permite tener luego trabajo durante todo el año.

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