Era la crónica de la ruptura de un pacto anunciada. Una erupción política. El acuerdo cuatripartito del Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana, conformado por los siete concejales del PSOE, cinco de Nueva Canarias, cuatro de Coalición Canaria y una de Ciudadanos, llevaba meses mostrando síntomas de agotamiento. Sus 17 integrantes presumieron siempre de su buena salud, aunque lo cierto es que a lo largo de los dos últimos años, dos meses y 23 días de mandato las fricciones entre los concejales de las distintas fuerzas políticas que sostenían el pacto eran más que evidentes, incluso entre los ediles de una misma formación, aunque todos apuraban para mantener la estabilidad «y evitar las especulaciones», en palabras de la propia regidora.
El pacto ya estaba lleno de tiritas, hasta que esta semana no ha habido vendaje capaz de contener la hemorragia política que ha terminado matando al paciente: un pacto que ha saltado por los aires después de un duro cruce de reproches por la gestión en unas y otras áreas. Narváez gobierna ahora con un equipo más débil y una mayoría absoluta ajustada de 13 ediles. El Ayuntamiento es tripartito.
El martes, la alcaldesa de San Bartolomé de Tirajana, Conchi Narváez, anunció la retirada de las competencias sobre Recursos Humanos a la edil de CC Pino Dolores Santana, a quien señaló por no llevar a cabo una buena gestión para sacar adelante las plazas de empleo público necesarias para el buen funcionamiento de la Administración local, y a la que acusó de «falta de respeto y lealtad». A partir de ahí se desató el cruce de acusaciones: Coalición Canaria reaccionó criticando la gestión en las áreas del PSOE y Narváez volvió a responder con la destitución inmediata del hasta el jueves concejal de Urbanismo y Turismo, Alejandro Marichal, y la edil de Medianías y Disciplina Urbanística, Pino Dolores Santana.
El pacto ha saltado por los aires después de un duro cruce de reproches por la gestión en unas y otras áreas
Para la alcaldesa fue, dijo, «una decisión difícil tomada por la mayoría del grupo de gobierno» que llegó por la «desconfianza» de la mayoría de ediles sobre los dos concejales destituidos, algo que habría hecho tambalear la estabilidad política. «Para eso era mejor apartarlos de sus funciones», señaló.
La reacción de CC tardó 24 horas en llegar, el viernes. La formación nacionalista señaló a la regidora como la responsable directa de todas las crisis sobrevenidas en el pacto con el «silencio cómplice de NC y con Ciudadanos como víctima de los machaques del PSOE». Su portavoz, Alejandro Marichal, sostuvo que su expulsión se debe a que CC «es una amenaza» para el tripartito porque su gestión ha conquistado a más ciudadanos. CC mostró su unidad y anunció que espera que Narváez destituya a los dos concejales restantes o ellos presentarán su dimisión, todavía pendiente. En un pacto hasta hace unos días con 17 voces , en las últimas horas de acuerdo han destacado siete miembros:
Conchi Narváez (PSOE)
La alcaldesa llegó al poder tras tomar la iniciativa después de las elecciones y reunirse con NC y CC para lograr una mayoría que lograse dejar fuera del gobierno a PP-AV, la formación que más concejales obtuvo en los comicios, ocho. Posteriormente incorporó a Ciudadanos. Durante el mandato ha tenido que lidiar con la edil de la formación naranja, Inés Rodríguez, al quitarle la competencia de Policía Local y tener que desprenderse de Hacienda para recompensarla. Ha pasado de no gestionar ningún área directamente, a asumir las de Turismo, Urbanismo, Recursos Humanos, Disciplina Urbanística y Medianías y cuando destituya o dimitan el resto de concejales de CC tendrá también Vivienda, Festejos, Carnaval, Consumo y Políticas Ambientales hasta que reestructure las áreas entre el gobierno municipal.
Samuel Henríquez (NC).
Primer teniente de alcalde, e inicialmente concejal de Deportes y Cuidado del Litoral, logró un mayor peso en el equipo de gobierno en octubre de 2020 tras asumir la concejalía de Policía Local después de que Narváez decidiera de forma unitaleral quitársela a Ciudadanos, operación que inició la primera gran crisis del cuatripartito. Estuvo abierta ocho meses.
Inés Rodríguez (Ciudadanos).
La única representante de Ciudadanos en el Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana es sabedora de que tiene la llave para lograr la mayoría tanto con el PSOE y NC como con PP-AV y Coalición Canaria, lo que puede inclinar la balanza de poder. Llegó al pacto tres días después que el resto. Ha jugado bien sus cartas y ha logrado hacerse siempre con concejalías de peso, como la de Seguridad y luego la de Hacienda y Patrimonio. En octubre de 2020, cuando gestionaba el área de Seguridad, se quedó sin Policía Local, que pasó a NC. Las negociaciones con Narváez estuvieron abiertas durante meses hasta que en abril, sin resolverse esta primera crisis, se desató la segunda al reclamar para ella el área de Turismo, que gestionaba entonces CC y que Alejandro Marichal se negó a ceder. La alcaldesa impulsó negociaciones con Ciudadanos para evitar que rompiese el pacto. Calmadas las aguas y aligeradas las tensiones por Turismo, la alcaldesa decidió desprenderse del área de Hacienda y Patrimonio, que gestionaba el socialista Antonio Pérez, para cederla a Ciudadanos y reforzar su posición en el gobierno municipal.
Alejandro Marichal (CC).
Hasta el jueves concejal de Urbanismo y Turismo, gestionaba dos de las áreas más fuertes de la Corporación. Durante su gestión ha logrado sacar adelante la licencia de dos hoteles de Seaside en Pasito Blanco, otra para un hotel en Monte León y desbloquear el Plan Parcial de Meloneras, entre otros asuntos. Se marcha sin lograr resolver las cuestiones urbanísticas que afectan a la construcción del Siam Park. Durante la crisis del pacto en la que se negó a ceder Turismo, amenazó en abril con abandonar el acuerdo si Narváez le retiraba esta competencia. Por entonces consideró que más que la intención de Ciudadanos de lograr Turismo, subyacía el ansia de PSOE y NC por arrebatarle el área. También mantuvo tiras y aflojas con su compañera Francisca Quintana, a la que quitó Festejos.
Pino Santana (CC).
Hasta el jueves concejal de Medianías y Disciplina Urbanística, fue la primera edil en ser despojada de sus competencias y el inicio de esta última crisis. El martes, Narváez anunció que le retiraba Recursos Humanos por falta de gestión, lo que desencadenó el cruce de acusaciones. Durante su etapa, ha tenido desencuentros con los sindicatos y con los vecinos de los barrios de la zona alta del municipio, quienes la acusaban de tenerlos «olvidados». Narváez la acusó de desleal y de faltarle el respeto.
Francisca Quintana (CC).
Hasta septiembre de 2020 dirigía la concejalía de Festejos, responsable de Carnaval, hasta que sus desencuentros con el líder de su partido, Alejandro Marichal, desembocaron en la decisión de éste de retirarle esta concejalía para dársela a Alexis Moreno. Desde entonces tuvo que conformarse con Políticas Ambientales. Fue la única edil de CC que acudió a la reunión de portavoces convocada por Narváez para acordar la destitución de Marichal y Pino Dolores Santana. Mantiene sus competencias hasta que presente su dimisión, tal y como tiene previsto CC, ya que la alcaldesa ha anunciado que no la destituirá.
Alexis Moreno (CC).
Todavía concejal tirajanero de las áreas de Vivienda y Festejos hasta que Narváez lo destituya o dimita, Moreno asumió esta responsabilidad después de que Marichal se la retirase a Francisca Quintana. Tras esta crisis definitiva del pacto, el edil ha mostrado su unidad con su formación política, al tiempo que ha intentando contactar con los portavoces de las demás fuerzas para intentar reconducir la situación, sín éxito.
