Hermanos Thioune, un grupo senegalés con algunos de sus miembros afincados desde hace años en Gran Canaria, cerraron ayer el Bioagaete 2022 con una descarga de ritmos y bailes africanos, algo que se ha convertido ya en costumbre y que encaja a la perfección con la filosofía multicultural y solidaria de este festival, al que los músicos acuden de forma altruista, gratis total.
Eso supone no disponer de grandes figuras en el cartel, pero es lo de menos en este encuentro multitudinario que sirve de colofón a las fiestas de la Rama de Agaete. La música es solo el pretexto para lanzar los mensajes a favor de la tolerancia y el cuidado del medio ambiente.
Así, más de 40 grupos y artistas pasaron desde el viernes al domingo por los tres escenarios del Bioagaete. Unos aprovechan para dar a conocer sus nuevos trabajos discográficos, otros para foguearse ante las miles de personas que acuden al Puerto de Las Nieves, y otros, los más veteranos, simplemente para volver a divertirse tocando viejas versiones de rock and roll.
En este festival no hay camerinos ni zonas vips, los músicos cargan sus instrumentos hasta el escenario, tocan y se vuelven a casa por sus propios medios. Solo cobran las empresas que proporcionan los equipos de sonido y las de seguridad, gracias a la aportación económica del Ayuntamiento en los últimos años. El resto es voluntariado.
Y en consonancia, el Bioagaete tiene también un público variopinto y leal, pues mucha fidelidad hay que tener para aguantar, como ayer, temperaturas que rondaron los 35 grados en las horas centrales del día. Aparte de los chapuzones en el mar, el calor sofocante obligó a seguir los conciertos desde cualquier lugar a la sombra, que tampoco abundan.
En el escenario principal, el grupo Karma fue el encargado del arranque musical de la última jornada, cuando el sol aún no cascaba tanto. Acabaron con un popurrí de temas de Abba, Alaska o Katrina and de Waves que animó a bailar a los más madrugadores, muchos aún con la resaca de la noche anterior. Guagua Band acabó de caldear el ambiente, el musical, porque el otro ya empezaba a estar sofocante.
Hermanos Thioune vuelven a cerrar el festival con una descarga de ritmos y bailes africanos
A las 15.00 horas, cuando le tocó el turno a La Banda del Garaje, con el guitarrista canadiense Dave O’Connors luciendo su virtuosismo, el letrero de la farmacia de Las Nieves marcaba 39 grados. Obviamente ese termómetro no es muy
fiable, pero la estación de la Aemet situada en el pueblo de Agaete se registró una máxima de 36,5 grados poco después. Pese al bochorno, deleitaron con versiones de viejos temas, desde el Knockin’ on Heaven’s Door de Bob Dylan al Sweet Home Alabama de Lynyrd Skynyrd o el Princesa de Joaquín Sabina.
Alba Gil Aceytuno y el grupo de rock and roll Machango completaron la tarde, hasta la lectura del manifiesto de clausura y la actuación de Hermanos Thioune, otra vez con la explanada a tope. El grupo africano se ha encargado de cerrar el Bioagaete en las últimas ediciones y nunca defrauda.
En el escenario de El Molino, también bajo un sol de justicia y muy pocas sombras donde refugiarse, se sucedieron los conciertos La Clave, Jaque de Dama, La Cangreja, Low Island Refugees y Anelia & Yoriel. Pese a que el mar estaba muy cerca, los equipos sanitarios tuvieron que atender allí algún golpe de calor.
Por la Rosa de los Vientos, el escenario destinado a las propuestas de danza y músicas tradicionales, desfilaron desde mediodía la Escuela de Bailes Giros, Lambo, Geaniva África, Fon Darias, Yo Silbo y Bollywood.
La recaudación obtenida en los chiringuitos de bebidas y con la venta de camisetas se repartirá este año entre cuatro organizaciones: Ucranianos en Canarias Dos Tierras, Dos Soles; Maison de la Gare, de Senegal; Canarias con Honduras; y Huellas por Agaete, que desarrollan proyectos para promover la paz, la solidaridad, la educación, los derechos humanos y el bienestar animal.
A esas entidades beneficiarias se suman a los colegios del municipio de Agaete, la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) en Canarias y la Organización Scouts Doramas 104, con las que la Asociación Bioagaete Cultural Solidario mantiene un compromiso de apoyo y solidaridad.
Tras los dos años de interrupción por la pandemia, los organizadores han querido agradecer el apoyo de las entidades colaboradoras y de forma especial a todos esos músicos que acuden en cada edición solo por solidaridad.
