Pablo León (Las Palmas de GC, 1969) y Manuel Moreno (Las Palmas de GC, 1965) están al frente del estudio leonaleMan Arquitectura & Interiorismo, muy enfocado en el desarrollo de proyectos para el sector turístico basados en la sostenibilidad y la eficiencia energética. Su visión integradora de los procesos arquitectónicos y el paisaje posibilitó la creación del primer eco-resort de Gran Canaria: Redondo de Guayedra.

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Estudio leonaleMan Arquitectura & Interiorismo

Con una visión sobre el urbanismo y las construcciones muy diferente a la históricamente desarrollada en el Archipiélago, el estudio leoaleMan Arquitectura & Interiorismo pretende dar una vuelta de tuerca al desarrollo turístico, incorporando un tratamiento de la eficiencia energética y de la integración de las edificaciones en el paisaje que armonice la convivencia entre construcciones, usuarios y medioambiente. 

El arquitecto Manuel Moreno y el interiorista Pablo León, ambos naturales de Las Palmas de Gran Canaria, se conocieron tras finalizar sus estudios en Barcelona. Gracias a un enfoque común que unía las disciplinas de arquitectura e interiorismo en un binomio inseparable, ambos profesionales decidieron iniciar un proyecto conjunto. «Detectamos que existía un espacio que no estaba del todo bien enfocado para armonizar arquitectura e interiorismo. Hacía falta una figura que recogiera esos dos ámbitos para que todo fuese más armonioso entre el proyecto arquitectónico, el interiorismo y las necesidades del usuario a la hora de habitar un espacio», explica Manuel. 

Y es que ambos profesionales entienden el diseño interior de una edificación no como un aspecto simplemente decorativo, sino como un campo enfocado a las necesidades de las personas. «Normalmente en los proyectos siempre entraba primero el arquitecto haciendo el volumen de la construcción y después intervenía el interiorista. Nosotros desde un principio trabajamos siempre juntos, desarrollando el espacio en paralelo», señala Pablo.

Primer gran proyecto en Gran Canaria

En el año 2014 ambos profesionales finalizaron su periplo barcelonés y regresaron a su isla natal, Gran Canaria, para continuar con el proyecto de estudio que habían iniciado en tierras peninsulares. Al poco tiempo, la empresa Costa Tamadaba S.L. contacta con ellos para ofrecerles un proyecto pionero: el primer eco-resort de Gran Canaria, Redondo de Guayedra. «Había sintonía entre lo que la propiedad necesitaba y el trabajo desarrollado en nuestro estudio», recuerdan ambos profesionales. Este complejo turístico ubicado en el conocido barranco de Guayedra, en el municipio de Agaete, pretendía recuperar la herencia aborigen y las construcciones allí presentes que databan de una época en la que llegó a haber una población considerable en aquella zona. «El eco-resort tiene como punto de partida el recuperar el paisaje que había allí antiguamente. Ese barranco se ha regenerado y no solo no hay ningún elemento impactante visualmente, sino que se han recuperado muchas edificaciones que ya había y que estaban en ruinas», puntualiza Moreno, haciendo hincapié en que en el complejo no se ha construido nada nuevo y que rehabilitar edificaciones preexistentes no fue un hándicap, sino todo lo contrario.

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Redondo Guayedra es un eco-resort turístico compuesto por villas, cuevas restauradas y ecolodges, construcciones de madera comunitarias destinadas a grupos de personas o eventos de empresas. El complejo puede alojar a unas 40 personas y ofrece servicios de restauración, piscina y canchas deportivas, entre otros. Todo en un entorno natural y rústico en el que se ha buscado la máxima integración con el paisaje y en el que la movilidad se realiza a pie o en pequeños vehículos eléctricos que circulan por unos senderos delimitados. «Allí no hemos intervenido dentro de una casa simplemente, sino que hay un ámbito de influencia de esa casa en el paisaje que también hemos tratado para fusionarla con el entorno. Siempre con elementos muy blandos que no alteren el paisaje», argumenta Manuel. 

Actualmente, los ojos de Pablo León y Manuel Moreno están puestos en la zona norte de la Isla, con especial interés en el próximo desarrollo que experimentará La Aldea de San Nicolás una vez se finalicen las obras de los túneles que facilitarán el acceso por carretera. «El objetivo es que la explotación urbanística y turística que se dé en la zona se haga con una buena planificación y con una visión integradora en el paisaje, no como en el sur de la Isla», concluye León.