ANÁLISIS

Ceferino Ramírez, benefactor de la iglesia de Carrizal

Este rico hacendado, que fue alcalde de Ingenio en 1930, destina su dinero a restaurar y comprar imágenes para el templo de Nuestra Señora del Buen Suceso

Ceferino Ramírez, benefactor  de la iglesia de Carrizal

Ceferino Ramírez, benefactor de la iglesia de Carrizal / Rafael Sánchez Valerón

Rafael Sánchez Valerón

Hijo del que fue alcalde de Ingenio y acaudalado e influyente personaje, José Ramírez Martel (natural de Cazadores de Telde) y de María Concepción Rodríguez Suárez (natural y vecina de Carrizal). Nació en Carrizal el 26 de agosto de 1855; sexto de siete hermanos: María Concepción (1846), José Rafael (1847), Laureano (1850), Francisca (1851), Juan Bonifacio (1853) y Pedro Ramírez Rodríguez. Fueron sus abuelos paternos: Miguel Ramírez y Andrea Martel, naturales de Cazadores; maternos: Sebastián Rodríguez y María Suárez, de Carrizal de Ingenio. A corta edad ingresó en el Seminario Conciliar donde estudió varios cursos: 1867-68, primer año de Latín y Humanidades con calificación de méritus; 1870-71, primer año Latinidad (meritísimus); 1871-72, Latín y Humanidades (meritísimus); 1872-73, primer año Filosofía (meritísimus), Latín y Humanidades (meritísimus). No llegó al sacerdocio, pero su paso por el Seminario le reporta una sólida formación intelectual y dedicación a la actividad docente en enseñanza doméstica para alumnos externos entre los vecinos del Carrizal, a los que preparaba para sus estudios en el Seminario Conciliar. Estando autorizado para ello como agregado, por la década de 1880 se conoce la preparación de los niños de Carrizal, Esteban Ordóñez Viera y Juan Morales Rodríguez.

De carácter adusto e introvertido, muy estudioso, entendido en arquitectura, música, recitales, teatro y obras de arte. Es por esa época cuando adquiere un claro compromiso con otros vecinos prominentes del Carrizal en su lucha para que la ermita de Nuestra Señora del Buen Suceso fuera elevada a Templo Parroquial.

Su devoción católica, que llevó a cabo desde su estado laico, se plasma en las obras de restauración del templo de Carrizal al cual hizo multitud de donaciones y trabajos personales, actividad a la que dedicó buena parte de su tiempo por su desahogada posición económica como propietario, producto de las rentas de los numerosos bienes que poseía, fruto de la herencia de sus padres y bienes adquiridos, además de su profesión de labrador; también se le conoce su actividad como prestamista con avales de elevadas hipotecas. En el cuaderno de amillaramiento correspondiente a 1900 se le reconocen como propiedades: 7 ½ horas de agua de la heredad Acequia Real de Aguatona de Ingenio, 49 horas de agua del heredamiento Principal y Mina de Carrizal, 9 ½ por el heredamiento de las Majoreras (Carrizal); tierras de secano en el Mojón, Cadenas de Matos, Era de las Toscas, Morrete de Tío Rivero, Florido, y los Vélez; regadío en la Cantarilla, delante y detrás de las Casas, Olivares, La Jurada de la Capellanía, Llano de la Huerta y Tabordo en las Majoreras, 1 hora de agua por compra, tercera parte de un estanque en Carrizal, dos casas situadas delante y detrás de las casas en el Carrizal y otra casa en el Toril. A efectos impositivos y electorales constaba como gran contribuyente.

Ceferino Ramírez, benefactor  de la iglesia de Carrizal

Ceferino Ramírez, benefactor de la iglesia de Carrizal / Rafael Sánchez Valerón

Contrajo matrimonio el 26 de noviembre de 1888 en el nuevo templo parroquial de San Sebastián de Agüimes (34 días antes de su inauguración) con la rica heredera agüimense de 34 años María Candelaria Ruano Urquía, hija del notario Pedro Ruano Alvarado, ceremonia celebrada con gran boato, enviudando en 1899. A principios del siglo XX se le conoce residencia en Las Palmas en una casa que poseía en la calle Mendizábal del barrio de Vegueta. Tuvo su domicilio en Carrizal, en una casa con una cabida de 160 m2, con un amplio jardín en medio de una finca rústica (Rincón de la Plaza) con entrada por el llamado Callejón de los Pasitos, que bajaba al barranco de Guayadeque (antiguo camino del Conde), adquirida por herencia de su padre, calle que en la actualidad lleva su nombre.

Como propietario de distintos predios de secano fue uno de los 233 partícipes convocados en 1913 para el nuevo proyecto de la Sociedad de Pastos. Ese año actúa de representante de su paisano Pedro Valerón Machado que se encontraba en Palmira (Cuba) para la compra de una gran hacienda dividida en tres trozos en el paraje de La Florida con una superficie total de cinco fanegadas y 8 celemines (31.195 m2), además de tres días de agua del heredamiento de las Majoreras y terrenos de secano en la Montaña del Burrero, lindante con las riberas del mar de 33 fanegadas de superficie con un pozo y estanque de mampostería; todo por un total de 31.500 pesetas, cantidad considerable para la época. También se encargó de construirle una casa en Carrizal, recibiendo desde Cuba todo el dinero necesario para ello.

Durante varios años fue uno de los tres vocales de la Junta Municipal que correspondía a la sección 3ª (Carrizal) y colabora en 1910 con la suscripción máxima de 5 pesetas para ofrecer al Obispo la insignia de Isabel la Católica.

En 1915 participa en la reorganización del Partido Liberal en Ingenio, formando parte de su junta directiva como vocal, bajo la jefatura provincial de León y Castillo. Desde el punto de vista político, aunque trató de guardar un cierto equilibrio entre la dos fuerzas antagónicas del municipio, bien es verdad que se mostró partidario de los llamados ‘Franciscanos’ (partidarios de Francisco Rodríguez, que fue secretario del Ayuntamiento de Ingenio), así, ese mismo año es partícipe junto a un grupo de vecinos de un escrito dirigido al Jefe Supremo Liberal, León y Castillo, en el que solicitan su protección por sentirse desfavorecidos por la impugnación de las elecciones por parte de los llamados ‘Moralistas’ (partidarios de Juan Morales Martín).

Junto a los influyentes personajes de la vida local, Rafael Martel, Juan Medina y el maestro Juan Vega creó una sociedad para la construcción de alpargatas, sin que sepamos si se llevó a la práctica.

Participó activamente al frente de los trabajos de construcción del nuevo cementerio del Carrizal, poniéndose al frente de los trabajos, cuyo solar había donado su cuñada Cándida Ruano Urquía (viuda de su hermano José Rafael) y juntos apadrinaron su inauguración el 16 de agosto de 1919.

Ceferino Ramírez, benefactor  de la iglesia de Carrizal

Ceferino Ramírez, benefactor de la iglesia de Carrizal / Rafael Sánchez Valerón

Logró dirigir las obras de restauración del templo sin dejar de celebrarse los oficios religiosos en la antigua ermita que quedó dentro hasta que colocaron las cimbras para cubrir aguas de la nueva iglesia en la cual dejó una pequeña puerta por el lado naciente (decían que para entrar y salir él solo), cuya puerta provocó serios disgustos al párroco Juan Martel Alvarado que la mandó cerrar. El espíritu emprendedor de ambos personajes choca en muchas ocasiones. La comisión parroquial propuso que cuando se culminaran las obras del templo se colocara una lápida que dijera: «Director: Ceferino Ramírez y Rodríguez y la fecha» pero se escribió en la lápida de mármol su nombre al revés y así estuvo infinidad de años hasta que un nuevo párroco ordenó ponerlo derecho. El 26 de junio de 1920 se procedió a la bendición de la iglesia parroquial del Carrizal restaurada y ampliada merced al esfuerzo y prestación personal del pueblo y a la ayuda y generosidad del piadoso y rico propietario Don Ceferino Ramírez y al celo y actividad del Señor Cura párroco Don Juan Martel. Con asistencia del Obispo de la Diócesis, autoridades locales y niños de la escuela le correspondió apadrinar el acto acompañado de Adelaida Martel Navarro (en representación de Cándida Ruano y Urquía), Pedro Valerón, representado por su hijo Juan Valerón Martín y Rafael Martel. El párroco manifiesta que la distinción conferida a estas personas las considera como premio a los méritos, de un modo especial al Señor Don Ceferino Ramírez. Cuando se construyó la torre campanario en 1927 quiso Don Ceferino, para que armonizara con el conjunto, se derribara el frontis de la iglesia y que la torre fuera basada desde abajo costeándola él con alguna aportación del pueblo. El cura no estuvo de acuerdo y añadió el campanario al techo de la Iglesia (espadaña). A este respecto y en razón a sus diferencias con el controvertido cura Martel -alcalde de Ingenio durante diez días al advenimiento de la Segunda República en 1931- le hicieron proferir una lacónica frase: «el templo era un burro chico con la cabeza grande».

Como principal protector de las obras del templo, cuando el párroco Juan Martel mandó cerrar la puerta que comunicaba la capilla lateral derecha con la plaza, lugar empleado por Don Ceferino para inspección de las obras, el cura le quiso entregar una llave de la puerta de la sacristía para que tuviese acceso al interior del templo, pero éste renunció, argumentando que una vez finalizadas las obras no quería privilegios. Don Juan Martel le dispuso una silla y reclinatorio en el presbiterio para que oyese misa en lugar destacado.

Comenta Juan López en su libro ‘Aproximación a la historia socio religiosa del Carrizal’ que se le oyó decir en muchas ocasiones la frase: «Yo no soy nada, puesto que entrego lo que me sobra. El mérito y el esfuerzo es el de toda esa gente que con tantos sacrificios colaboran siempre».

Donó al templo de Carrizal una imagen de madera tallada policromada y tela de arpillera encolada de 120x53x85 cm. de Jesús Nazareno, de las llamadas «de vestir», obra del escultor valenciano Agustín Navarro Beltrán que apadrinó en la ceremonia de su bendición el 20 de marzo de 1921. Donó también a la parroquia una imagen de La Milagrosa, pues era su voluntad que se hiciera una ermita en lo alto de la Montaña de los Vélez dedicada a la Santa Cruz y a La Milagrosa, llamada a ser su patrona, cuya primera piedra se colocó y bendijo el 13 de junio de 1926 y que apadrinó, junto a otros dos importantes y acaudalados personajes de la época: Pedro Valerón Machado con su esposa Concepción Martín Valerón y Rafael Martel Rodríguez, que también firmaron el acta. La ermita que se debía financiar a través de limosnas y trabajo personal del vecindario nunca se llegó a construir. Dicha imagen se encuentra en la actualidad en la parroquia de Montaña de los Vélez (Agüimes). Se añaden las donaciones efectuadas en 1929 de un sagrario de madera de cedro encargado a la Península y colocado en el Altar Mayor; completando el conjunto una custodia, un cáliz y un copón.

Ceferino Ramírez, benefactor  de la iglesia de Carrizal

Ceferino Ramírez, benefactor de la iglesia de Carrizal / Rafael Sánchez Valerón

Discrepancias con el párroco hacen que se desentendiera de los trabajos de la Iglesia del Carrizal financiando en 1925 la tercera nave (la del lado de la Epístola) del templo del Corazón de María de la orden Claretiana en la calle Ramadán de Las Palmas, manifestando sus deseos de ser inhumado en su día en el santuario de aquel templo.

Alcalde de Ingenio

El 11 de marzo de 1930 el que hasta aquel momento ejercía de alcalde, también carrizalero, Rafael Martel Rodríguez, convoca a los nuevos concejales por elección de la autoridad gubernativa: Bartolomé Espino Gil, Felipe Pérez Medina, Pedro Morales Bolaños, Santiago Ramírez Espino, Vicente Boada González, Santiago Alemán Machado, Juan Espino Gil, Juan Medina Giraldo, Tomás Caballero Caballero, Ricardo Boada Rodríguez, Rafael Martel Rodríguez y el propio Ceferino Ramírez Rodríguez; Quedando constituido el Ayuntamiento, se le cedió la presidencia por ser el concejal de más edad, haciéndose constar que presidiría la alcaldía hasta tanto el gobierno nombrara a quien la había de ocupar en razón a los vaivenes de la política nacional en aquel momento, donde había quedado instaurada la llamada “Dictablanda” el 30 de enero de 1930 a cuyo frente se encontraba el general Berenguer en los últimos coletazos del directorio militar instaurado por el General Primo de Rivera en 1923. Al día siguiente, ya en su puesto de alcalde, se designa a Pedro Morales Bolaños por razón de edad y a Felipe Pérez Medina, segundo teniente alcalde. Se crearon las comisiones de hacienda, abastos, obras y ornato y policía urbana (tres concejales cada una). El cargo de alcalde lo ostentó hasta el 22 de junio de 1930, fecha en que fue sustituido por el médico Vicente Boada González, continuando de concejal.

Falleció en Carrizal el 7 de febrero de 1933. Sus restos mortales estuvieron cuarenta años junto a la cruz central del cementerio de Carrizal, hasta que sus sobrinos lo pasaron a un nicho.

Suscríbete para seguir leyendo