Fiestas

San Lorenzo vela sus fuegos

El espectáculo pirotécnico es pospuesto ante la alerta máxima por riesgo de incendios

A pesar del aplazamiento los vecinos pudieron festejar en la verbena

Los fuegos de San Lorenzo 2023 se aplazan por la alerta máxima de riesgo de incendio forestal

Gretel Morales Lavandero/José Carlos Guerra

La frustración y el pesar reinaban este miércoles en San Lorenzo. Por primera vez en el siglo de historia de los fuegos en honor a su patrón el cielo se quedó a oscuras. El Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria aplazó ayer la Gran Quema de Fuegos por la declaración de alerta máxima por riesgo de incendios forestales que emitió la Dirección General de Emergencias del Gobierno de Canarias a partir de la medianoche de este jueves. La Comisión de Fiestas opina que se «podría haber hecho de otra manera» para poder preservar la celebración, que por ahora, está en el limbo a esperas de que las temperaturas bajen. Aunque los voladores están cancelados el resto del programa de actividades se mantiene sin ningún tipo de alteración, lo que permitió ayer a los asistentes disfrutar de la verbena.

Desde la Comisión proponen dos fechas, el próximo lunes 14, cuando finalizan las fiestas y en la que la asistencia puede ser alta al ser el día siguiente festivo, o, por otra parte, el sábado 19. Sin embargo, la climatología es la que determinará la próxima convocatoria. La masa de aire africana es la causante del aumento exponencial de las temperaturas que tendrán su pico más alto el próximo viernes 11 y sábado 12, con temperaturas que estiman que pueden llegar hasta los 40 grados. En la península ya venían sufriendo desde el pasado lunes los efectos de esta masa de aire caliente que no ha llegado a Canarias hasta hoy. 

El presidente de la Comisión de Fiestas, José Manuel García, considera que la fiesta se podría haber salvado con más proactividad por parte de las administraciones públicas, y plantea que se podría haber adelantado la hora de tira de los voladores para evitar coincidir con la alerta. «Es una declaración del Gobierno de Canarias, por lo que no queda otra que asumirlo, pero se podría haber hecho de otra forma, porque hemos llamado a la persona encargada de seguridad y emergencias del Gobierno de Canarias y no sabía que se celebraban los fuegos esta noche, por lo que el Ayuntamiento debería haber informado para al menos cambiar la hora», lamenta. «El Ayuntamiento tendrá que asumir los costes», añade. 

Los empresarios de los puestos que ayer estaban preparados en el pueblo para atender a la habitual masificación que llega para observar el espectáculo pirotécnico estaba de capa caída. Eric Santana del puesto de perritos calientes Hot Dogs explica que habían previsto vender un estimado en base a otros años que en esta ocasión no será posible. «No venderemos ni la mitad, estamos aquí por estar», se queja. Santana reclama que no hubo previsión suficiente, ya que si le hubieran avisado por la mañana no se habría desplazado hasta el lugar. «Venimos para perder dinero», asume. 

Guillermo Lecaros del puesto Mr. Buho, donde venden mojitos y otras copas detalla que tenían previsto vender 300 mojitos la pasada noche, pero ante los acontecimientos no esperaban vender «ni 100». La lima, el hielo, la hierbabuena, son materiales que se pudren o que se pueden utilizar una única vez, por lo que la pérdida de los productos frescos es otro de los problemas que contempla. «Aunque a nosotros no nos afecta tanto, en aquellos puestos de comida es peor», indica. Lleva seis años calmando la sed de los fiesteros en la noche de los fuegos y le da pena la cancelación del evento, aunque asegura que volverá en la fecha en la que se vuelva a convocar la celebración. «De todas formas, otros años ha habido más calor y no los han suspendido», cuestiona. 

«No hay suficiente calor»

Algunos vecinos se declaraban molestos por la cancelación de los voladores. Teresa Suárez y Fany García estaban sentadas en la plaza del pueblo mientras uno de los grupos de la verbena ajustaba el sonido de cara a su actuación. «Estamos calientes, no hay suficiente calor ni el tiempo está para suspender el fuego a las cuatro de la tarde», opina Suárez. «Es una pérdida para los puesteros, ¿ahora quién les paga?», pregunta García. Las vecinas inciden que es la primera vez que se posponen los fuegos por las temperaturas. Suárez considera que alguien debería haber continuado con la celebración cumpliendo las medidas de seguridad. Por su parte, el presidente de la Comisión sopesa que se podría haber incidido en las medidas de prevención como refrescar las zonas aledañas para evitar cualquier incidente. «Jamás se ha suspendido, cuando hemos tenido alertas grandísimas el Ayuntamiento o los Bomberos asumieron los riesgos», cuenta. 

El Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria recordó ayer a los vecinos y vecinas que está prohibido el lanzamiento de voladores y cualquier artefacto pirotécnico.

En esta edición, estaba previsto el lanzamiento de 471 kilos de pólvora. La quema estaba a cargo de la empresa Pirotecnia Canarias, el gerente, Francisco Jiménez explica que la retirada del material podría ser peligrosa. «El material pirotécnico va metido en tubos que quedan todos ajustados y hay que darle la vuelta para sacarlos, por lo que es mucho más peligroso, ya que tiene los inflamadores y no puedes cortar porque explota», detalla. Jiménez apunta que la desactivación no es imposible, pero si más complicada y que se debe realizar con rigor y cuidado. «Claro que voy a perder dinero porque tengo ocho trabajadores y que haya fuegos no significa que no cobren», resalta. «Es un trabajo de meses que en un minuto está todo aplazado», añade.

Para Evaristo Guzmán, de profesión sanitario y aficionado a la pirotecnia, iba a ser una noche especial, ya que pretendía volar doce salvas en honor a los sanitarios fallecidos durante la pandemia y dos corazones en memoria de su padre. Sin embargo, asegura que el dictamen del Gobierno de Canarias hay que acatarlo sobre todo teniendo en cuenta que está en juego el campo y zonas verdes del pueblo. «Los vecinos siempre dicen que cuando terminan los de San Lorenzo se dan la vuelta y ven a los de Evaristo», cuenta el especialista. 

El vecino Andrés García al enterarse de la noticia tuvo «ganas de llorar». Desde hace más de dos décadas vive en San Lorenzo y nunca se pierde sus fiestas. «Nunca ha pasado han habido otras alertas y se ha solventado la situación», defiende. La plaza, a pesar de ser temprano, estaba a falta del calor de la gente que solía llegar entrada la tarde. «Si no hubiera sido por el comunicado aquí habría mucha más gente», observa. García es positivo, y considera que no hay mal que por bien no venga, de esta forma, espera que en las dos posibles fechas de celebración existe la posibilidad de acoger a más fiesteros, al ser al día siguiente festivo o fin de semana. 

Otros vecinos no cancelaron sus planes de fiesta a pesar de que el cielo no se tiñó con los voladores. Agustín Suárez cuenta que era imposible cancelar la reunión porque también festejan el cumpleaños de la dueña de la casa, Isabel Hyedra. Hyedra lamenta que se marcha de viaje en los próximos días, por lo que no podrá ver los fuegos. «Prefiero que ni me los manden por vídeo porque no es lo mismo», explica desconsolada.

En la familia de Roy Jiménez la noticia no cambió en absoluto sus planes. En conjunto disfrutaban de la noche al ritmo de una orquesta y unos mariachis contratados. Y como no podía ser de otra manera, con un asadero para abrir apetito en una noche larga como intensa entre canciones y bailes. El dueño de la casa, suele vivir en Bolivia, pero cada vez que regresa en la época en la que se tiran los voladores organiza «una fiesta por todo lo alto». «Yo ya tenía todo contratado y a los invitados no los iba a dejar en la estacada», hace hincapié. Aunque todavía no se ha fijado una nueva fecha para los fuegos, en la casa aseguran que volverán a reunirse ese día y repetirán con los mariachis y la orquesta si hace falta, porque si es cuestión de reunirse, cualquier excusa sirve, y los fuegos de San Lorenzo son la ocasión perfecta.

Aunque el cielo no se pintó de colores en la noche mágica a la que están habituados en el pueblo, la verbena fue un consuelo para avivar la noche. El vocalista del grupo Karma lo tenía claro: «Lo vamos a romper igual, a quemar el escenario».

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