Santa María de Guía

El caldero de las verduras ecológicas

Finca la Fuente de Guía cultiva de forma natural los productos con los que elabora sus platos Eco Rico Vegano

El proyecto promueve actividades para una vida sana

Ágata Szyplinska, junto a la vivienda reconstruida en la Finca La Fuente, en Cuevas del Monte, en las medianías de Guía.

Ágata Szyplinska, junto a la vivienda reconstruida en la Finca La Fuente, en Cuevas del Monte, en las medianías de Guía. / José Pérez Curbelo

Javier Bolaños

Javier Bolaños

Finca la Fuente cultiva productos ecológicos en las medianías de Guía. Hasta ahí hay muchas experiencias. La singularidad del proyecto de la polaca Ágata Szyplińska es que esas verduras y frutas se llevan a su propia cocina situada a unos pasos, donde se elaboran comidas para servir a cualquier comensal de la Isla. Y, a su vez, cuenta con una cabaña, un tipi y hasta una autocarana para compartir una experiencia alternativa.

Una finca en la que se cultivan decenas de variedades de productos cultivados bajo métodos ecológicos, y cuyos productos se ponen en manos de una experta cocinera que prepara platos saludables extraídos exclusivamente de ese huerto, y listos para consumir bajo la marca Eco Rico Vegano. Este es la fórmula que se ha desarrollado en torno a la Finca la Fuente, en Guía.

Detrás de este innovador proyecto, que ha sido reconocido a nivel nacional por La Caixa, está Ágata Szyplińska, una polaca que cogió sus maletas hace nueve años en su país natal en busca de un cambio de vida. Su punto de destino fue Gran Canaria.

Sicóloga

Es sicóloga terapeuta desde hace dos décadas, y como tal sigue ejerciendo su faceta profesional a distancia (on line). Sin embargo, el 15 de junio de hace tres años decidió mudarse a lo que es su actual casa, comprando una casa tradicional destartalada dentro de una finca de casi una hectárea situada en Cuevas del Monte, 23, en el entorno de Barranquillo Frío y entre el pago de Casas de Aguilar y el área recreativa de Santa Cristina.

«Mi sueño fue siempre crear un sitio en el que poder compartir e invitar a gente de todo el mundo», explica la promotora, añadiendo que «ha sido una transición de vivir en la ciudad a estar siempre en el campo. Y la finca me ha enseñado la vida real».

Pero lo que iba a ser simplemente su hogar ha pasado a ser un proyecto de mayor envergadura. «Me di de cuenta que sacaba verduras ricas, grandes, y que había mucho color». Y sin tener conocimientos de agricultura, porque como ella admite «ha sido todo nuevo», comenzó su aventura de cultivar todo tipo de frutas y verduras, que luego convierte en un servicio de comida a domicilio.

La emprendedora, en la cocina.

La emprendedora, en la cocina. / José Pérez Curbelo.

«En Polonia tienes ciclos de vegetación por la temperatura, pero aquí podemos plantar todo el año», lo que le permite obtener alimentos los doce meses del año.

En un primer momento servían puerta a puerta la comida encargada, pero ahora se han centrado más en un cátering para amantes de la comida sin usar productos químicos, para lo cual tienen montado su propia cocina industrial para atender de forma personalizada a grupos y eventos.

El objetivo es «ofrecer comidas saludables, preparadas con vegetales ecológicos de la más alta calidad, cultivados en la finca local y preparados por una chef experimentada, con mucha pizca de creatividad», según su propia filosofía de negocio.

Uno de los primeros retos consistió en recuperar una ruinosa casa de campo que solo conservaba las paredes exteriores. La reconstrucción permitió volver a darle vida, empleando para ello métodos tradicionales como el barro para los techos, añadiéndole cristaleras exteriores para ganar calor y luz, que le garantizan también unas vistas enormes, con su terraza interior. La edificación incorporó paneles solares para ganar su autosuficiencia energética, además de un sistema de reutilización de las aguas negras, que pasan por seis zonas de filtración hasta dejar lista el agua regar los cultivos.

Booking

No fue todo tan sencillo, ya que también tuvo sus problemas con unos obreros que la dejaron en la estacada. Pero, por contra, siempre ha contado con el apoyo de muchos colaboradores que pasan su estancia en el lugar y, como contrapartida, realizan tareas en el lugar. «Siempre hay cosas que hacer: recoger la verdura, quitar la mala hierba, regar...».

A su alrededor transformó ese terreno de campo en un bosque comestible, con frutales y verduras, donde no faltan los cafetos, maracuyás, higueras, plataneras y las alcachofas. Incluso, se pueden encontrar variedades que tenía en su tierra natal y que aquí no se encuentran, como el apio rábano o apio nabo, y raíz perejil.

El proyecto contempla distintas áreas de cultivo, disponiendo de un invernadero para los semilleros, y que sirve también como pequeño laboratorio. Y una zona de compostaje natural para aprovechar los restos de comida como abono a través de lombrices.

Vista de la finca.

Vista de la finca. / José Pérez Curbelo.

«Han sido tres años de esfuerzo, locuras para sacarlo adelante», reconoce la promotora.

A partir de ahí se fue gestando la puesta en servicio de una serie de modalidades de estancias alojativas. En la finca te puedes encontrar una autocaravana, un tipi, una casa de madera y una cabaña de bioconstrucción, además de la casa anexa a la suya, cuyas estancias se comercializan en canales como Booking.

A estos visitantes también se les ofrece la comida elaborada con sus productos propios. «La idea es compartir la comida, y disfrutar de los días», señala la promociona, quien recalca que el lugar es ideal para practicantes de yoga, danza o que elaboran jabones artesanales, por citar algunos ejemplos. «Es un estilo de vida natural, con agricultura ecológica», según Ágata Szyplińska.

Retiros

Finca la Fuente promueve la celebración de retiros y eventos. «Estás buscando una forma única de pasar tu tiempo libre y experimentar la magia de los retiros? En el corazón de esta hermosa isla hemos creado un refugio especial para ti. Nuestra finca es más que un lugar, es un capítulo en la historia de tu bienestar. Durante tu estancia, tendrás la oportunidad de deleitarte con exquisitas comidas preparadas con ingredientes frescos, cultivados en nuestro propio huerto ecológico». De esta forma se da a conocer este rincón de las medianías de Guía, que se ha abierto a todo el mundo con un modelo de agricultura y turismo sostenible y respetuoso con el entorno rural en el que se desenvuelve.

«Cada mes intento poner dos fechas para el restaurante, en el que se pueden hacer reservas, con un menú y postre, todo elaborado con nuestros productos de temporada», organizando también talleres culinarios.

"Solo veo la parte positiva"

Ágata Szyplińska:

En su programación organizan excursiones complementarias, como bajar a la playa de Roque Prieto de Guía, subir al mirador de Montaña Alta o realizar rutas.

«La finca es esto: recibir a la gente, comer siempre rico, e introducir hábitos alimenticios de planta y sanos. No es solo verduras hervidas, sino aprender a descubrir la textura, los sabores, experimentar. No se trata de hacer un desafío introducir las plantas en la comida. Ser vegano es respetar la naturaleza y los animales», añade Szyplińska.

La Fuente vende sus productos a Carrucha Verde, una agroasociación que nació bajo las mismas señas de identidad que distribuye sus productos por la geografía insular. «Comer productos ecológicos no es nada caro». Y remarca que el actual estilo de vida que domina la sociedad es insostenible, y que requiere darle un giro. «Solo veo la parte positiva. La gente que lo practica solo habla cosas positivas», añade, rechazando la idea generalizada de que las personas que practican veganismo o son vegetarianos pierden fuerza física. Y, añade, «este es un momento en el que toca ver de dónde viene nuestra comida», resalta esta emprendedora, que trata de divulgar una forma de vida y de alimentación lo más sana posible, fomentando la búsqueda recetas innovadoras que persiguen deleitar con sabores creativos y nutritivos.

La finca también se ha convertido en un rincón improvisado de acogida de animales, con la llegada de gatos, algún perro, gallo o burros, que han estado sueltos o malviviendo por la zona.

La mejor idea nacional entre un millar de candidatos

Eco Rico Vegano fue de los cinco proyectos españoles seleccionados entre más de 1.000 iniciativas por el programa de Tierra de Oportunidades de CaixaBank, destinado a «fomentar la creación de empleo, impulsar el emprendimiento rural y fijar población en áreas despobladas». Junto a la empresa de Guía fueron seleccionados Tierra de Arte (San Jorge, Castellón), que ofrece estancias rústicas y sostenibles en alojamientos singulares en plena naturaleza, con tours educativos sobre flora aromática y energías renovables, promoviendo un turismo responsable. LaCabrera (Otero de Herreros, Segovia), de ganadería caprina y producción láctea en Segovia, que educa en oficios tradicionales, manteniendo una producción consciente y limitada. Pellets Astilla La Mancha (Paterna del Madera, Albacete), que es una cooperativa dedicada a la producción de pellets de madera, con un enfoque en la gestión sostenible de montes y el empleo joven. Y TocaJugarMadera (Gascones, Madrid), que impulsa la recuperación de juegos tradicionales con juguetes de madera

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