FERNANDO ALONSO

Presidente del Grupo Isastur

"El daño que nos hace la pandemia todavía durará un tiempo"

POR ARMANDO HUERTA

Se llama Fernando Alonso, es asturiano y, aunque no se dedica a la Fórmula 1, tiene también madera de líder y pilota una compañía que es exponente internacional en el sector de la ingeniería y los montajes eléctricos. En la actualidad, aunque vienen curvas y cae mucha agua, la empresa tiene una potente tracción, mira al futuro con razonable optimismo y tiene numerosos e importantes proyectos por medio mundo.

La paralización de las obras y los retrasos en los procesos de adjudicación afectarán a los resultados de Grupo Isastur este año y el próximo
ARMANDO HUERTA. LLANERA (ASTURIAS) –Isastur venía de cifras récord de contratación en 2019. Entiendo que la pandemia les ha frenado en seco.

–A nosotros la pandemia nos ha hecho un daño importante que todavía durará un tiempo. Nos ha maltratado. En 2019 alcanzamos, sí, nuestra cifra récord de contratación: 205 millones de euros, que es mucho. Y, sin embargo, vamos a terminar este año en 120 millones de contratación. Una bajada espectacular.

–¿Cuáles son las razones de esa caída?

–Por un lado, la paralización de las obras en marcha, entre marzo y junio del año pasado, ordenadas por los clientes o por las autoridades. Eso tuvo para nosotros un efecto parecido al de la hostelería. Tienes que parar, no tienes ingresos y sigues teniendo gastos. Y, por otro lado, los clientes retrasaron la toma de decisión en los procesos de adjudicación de las obras.

–Eso es lo que hace que el perjuicio se vaya a extender en el tiempo...

-Sí. Nosotros medimos el período medio de maduración de las ofertas. Antes de marzo de 2020 el tiempo para tomar la decisión de adjudicación era de siete meses, y después de marzo se disparó hasta los catorce meses. 2021 es un año en el que estamos escasos de producción y 2022 tampoco va a ser un año muy bueno como consecuencia precisamente de la demora en los procesos de adjudicación. Y, luego, hay un tercer factor incluso más importante.

"Los fondos europeos crearán oportunidades para una empresa como la nuestra"

–¿Cuál?

–El interés principal en algunos proyectos era cumplir los plazos fijados antes de la pandemia, no retrasar la puesta en servicio de sus instalaciones. Y ha habido que soportar esfuerzos y sobrecostes para tratar de cumplir esos plazos en una situación de pandemia en que, a veces, no se podía entrar en los países o te encontrabas, por ejemplo, con que una empresa proveedora quebraba y tenías que buscar otra, con unos sobrecostes enormes. Eso nos va a llevar además a discusiones con los clientes que van a llevar años y que, en algunos casos, pueden terminar en los tribunales.

–¿Se ayudó suficientemente a la industria?

–Se hizo un esfuerzo importante por parte de las autoridades españolas y europeas. Los ERTE ayudaron mucho y las ayudas directas para los problemas de tesorería de las empresas también. Las ayudas estaban bien pensadas, aunque, en mi opinión, habrían sido mucho más eficaces si se hubiesen gestionado más rápido. Los problemas de tesorería lo son de dinero y de tiempo. Cuando te falta liquidez es en un determinado momento, no seis meses después. Pero tampoco se pueden pedir milagros. Está muy bien criticar desde fuera, pero gestionar estos problemas es difícil, muy complicado.

–Y, de forma indirecta, los fondos europeos de recuperación van a favorecer a empresas como Isastur...

-Los fondos europeos están destinados a ayudar a realizar inversiones. Nosotros no somos inversores; lo que hacemos es construir las inversiones que realizan otros. Es decir, nosotros construimos infraestructuras, principalmente eléctricas y muy centradas en renovables, pero el receptor directo de las ayudas es el inversor, el cliente de Isastur. Desde ese punto de vista, lo vemos muy interesante porque va a haber trabajo. La energía renovable es uno de los ejes en los que van a concentrarse las ayudas europeas. Y a Isastur le interesa mucho saber de las tecnologías en las que, como el hidrógeno verde, va a haber desarrollo.

–El futuro pasa por el hidrógeno verde...

–Yo creo que sí. Al hidrógeno verde le veo una utilidad evidente como almacenamiento de energía. Es una forma casi mágica de almacenar energía del sol, con lo que permite producir energía eléctrica con una fuente virtualmente inagotable. Y además es un posible sustituto de los combustibles en los coches.

"El tiempo de decisión de las adjudicaciones se ha demorado hasta los catorce meses"

–Es una oportunidad para países como el nuestro, muy dependientes en lo energético. España es puntera en la implantación de parques eólicos, y el hidrógeno verde se puede producir, almacenar y exportar.

–Es una oportunidad para todos los países que no tienen una fuente de energía propia, que esté ya desarrollada y sea inagotable. Personalmente, no me parece que vaya a haber grandes movimientos de hidrógeno de un sitio para otro, pero lo que sí tiene interés para España y para las empresas españolas es estar bien posicionados en la tecnología para ofrecer la construcción de las plantas de producción y utilización del hidrógeno verde para quien las necesite.

–¿Es una apuesta estratégica para Isastur?

–Es algo que pensamos hacer en el futuro. Nos interesa, pero no lo veo todavía tan evolucionado. Estamos estudiando cosas, formamos parte ya de algún consorcio para avanzar en ello, pero no tenemos aún ningún proyecto concreto. Lo importante en el hidrógeno verde es el almacenamiento, con lo que siempre va a requerir una infraestructura eléctrica, y creemos que nosotros reunimos algunos de los ingredientes de lo que hace falta para diseñar y construir una planta y ponerla en funcionamiento.

Fernando Alonso, en las instalaciones de Isastur en Llanera (Asturias)
Fotografía: Miki López

–Isastur acumula ya una gran experiencia en energías renovables. Es una de sus fortalezas.

–Hay dos cifras que creo que ilustran muy bien nuestro posicionamiento en ese campo. Hemos participado en la construcción de más de 2.200 megavatios de generación eólica y 3.100 megavatios de generación fotovoltaica.

–Tienen clientes en energía, agua, automoción, minería, naval, petroquímica, siderúrgia. No diversifican su actividad, pero sí la cartera de clientes.

–Eso es. Nosotros trabajamos, por ejemplo, para siderúrgicas, pero no somos una siderúrgica. Nosotros no hacemos una cementera, hacemos el montaje eléctrico de una cementera. No somos inversores en estos sectores sino que trabajamos para empresas de estos sectores.

–Y bastante centrados en el montaje eléctrico, ¿no?_La empresa con mayor peso en el grupo es Isotron...

–Sí. La empresa más importante en cuanto a producción es Isotron, que se dedica al mundo eléctrico, que es donde está la mayor parte de nuestro negocio. Después tenemos Babcock Montajes, para montajes mecánicos. Y, luego, tenemos dos empresas de ingeniería: Procinsa e Isastur Ingeniería. Procinsa hace, por ejemplo, el estudio de viabilidad de un parque eólico en un lugar, bajo el encargo de alguien que tiene la necesidad de realizar una inversión. E Isastur Ingeniería se dedica a alta y muy alta tensión para clientes que ya saben lo que quieren hacer.

–La expansión internacional del grupo viene de la mano de Isotron.

–Empezamos a ver que lo que sabíamos hacer en España podíamos replicarlo fuera, y fue en 2007 cuando surgió la oportunidad de incorporar Isotron, que era una empresa que se dedicaba a lo mismo que nosotros,pero tenía una fuerte implantación en el exterior: Chile, Argentina, Venezuela, Marruecos. Pensamos: “esto es lo que nos hace falta”. Adquirimos Isotron a Babcock Montajes, que era una empresa de la SEPI, y al año siguiente compramos Babcock. Esto nos facilitó la expansión internacional.

–He leído que tenéis proyectos en 28 países de cuatro continentes. ¿Hacia dónde se dirige el posicionamiento internacional de Isastur?

–Los clientes industriales no los puedes atender desde fuera de su país. Este tipo de negocio funciona cuando estás posicionado en un país. Nosotros, implantación de verdad tenemos en España, en Chile y algo en el Magreb. Y, luego, aspiramos a estar en México con una implantación similar.

"A España le interesaría estar bien posicionada en la tecnología para producir hidrógeno verde"

–Apuestan entonces por México.

–México es un país que tiene un desarrollo relativamente bueno. Creemos que allí hay un potencial importante de renovables. Chile y México son los países más parecidos a nosotros. Desde Chile controlamos todo el trabajo que se realiza en el cono sur del continente, y desde México controlamos de Colombia hacia el norte. En la actualidad tenemos bastante trabajo en esa zona, y lo queremos controlar, efectivamente, desde México.

–¿Qué tipo de trabajos?

–Tenemos proyectos en México, Guatemala, Colombia y Chile. Lo que estamos haciendo en México son plantas fotovoltaicas; aunque preferimos hacer las subestaciones de alta y muy alta tensión porque es un producto más exclusivo. En Chile solemos trabajar más en subestaciones. Y en El Salvador y Guatemala, que son países en los que hemos trabajado mucho desde 2017, tenemos proyectos importantes. En El Salvador ya hemos construido un parque eólico y trece plantas solares. Y estamos comenzando ahora la construcción de otros dos nuevos parques solares.

–¿Algún trabajo especialmente potente en Europa?

–En Keadby, en el Reino Unido, por ejemplo, estamos terminando -empezamos en diciembre de 2019- el montaje mecánico de la mayor caldera de recuperación instalada hasta la fecha en el mundo. Ha sido todo un reto para la empresa no solo por su volumen sino por las dificultades que ha traído consigo el covid y el Brexit.

–Es importante acudir a mercados que inspiren confianza...

–Cuando vamos a un nuevo país es porque conocemos al cliente. Es muy importante -y esto lo fuimos aprendiendo a lo largo de nuestra vida a base de perder dientes en el empeño (ríe)- no meterse en un país que no conoces con clientes que no conoces. Si no conoces el país ni conoces el cliente que te lleva, no vayas. Esa es básicamente nuestra estrategia en el extranjero.

–Y más allá de Latinoamérica y Europa, ¿algún área geográfica en el que aspiren a crecer?

–Como horizonte lejano, nos interesa África. Pensamos que en el África subsahariana va a haber mucho desarrollo.

–¿En qué tipo de desarrollos tiene potencial África?

–Ahí, a futuro, va a haber un gran desarrollo en el mundo del agua y en el mundo de la energía. En mi opinión, son dos ámbitos en los que va a haber inversiones ingentes en los próximos años. En el caso del agua, con el crecimiento de la población y los flujos de migración hacia las ciudades, van a necesitarse depuradoras, potabilizadoras de agua, etc. Todavía falta tiempo, pero es algo en lo que va a destinarse muchísimo dinero, y a nosotros nos interesa posicionarnos mejor. Y habrá también fuertes inversiones en energía, donde sí estamos muy bien posicionados.

–Y hablando de agua, aquí en España, aunque sea una actividad residual, también están posicionados en el regadío, ¿no?

–Tenemos unos sistemas electrónicos para el telecontrol de equipamiento eléctrico y de regadío, que son desarrollos que hicimos nosotros. Tenemos una cierta implantación en Andalucía, tenemos clientes que son comunidades de regantes y nos interesa estar en la punta de lanza de algunos avances tecnológicos.

–¿La automoción sigue siendo estratégica para Isastur?

–Sí. En el año 2009 adquirimos ASAS Systems, una compañía que se dedicaba y se dedica -ya no está en el grupo- a la construcción de plantas para la fabricación de automóviles con cadenas de montaje._Perdía unos millones al año cuando la adquirimos, pero la reorganizamos, cambiamos la forma de trabajar y pasó a números positivos. Estuvo con nosotros hasta 2017, año en que surgió una oportunidad, recibimos una oferta y la vendimos para concentrar nuestras fuerzas en nuestro negocio principal, la energía. Pero, después de venderla, nosotros lo que seguimos haciendo es automatización para el sector del automóvil. La automatización tiene un carácter puntero y está en el ADN de nuestra empresa.

En cifras:
  • 15 PAISES
  • 170 M CIFRA DE NEGOCIOS
  • 120 M CARTERA DE PEDIDOS
  • 1.058 M PROYECTOS EN ESTUDIO
  • 1.494 EMPLEADOS

EN CLAVE PERSONAL

Viajar y conocer sitios diferentes

Ingeniero de minas por la Universidad de Oviedo, Fernando Alonso lleva ya casi 40 años trabajando en Isastur, la compañía que su padre, Arturo Alonso, fundó junto a otros cinco socios.

En 1991 decidió montar su propia empresa, Aplicaciones de Control y Automatización. Pese a su trayectoria profesional ascendente, reconoce que “tenía un cierto complejo por la sensación de que lo que tienes es porque eres hijo de tu padre. Quise probar si era capaz de mantenerme por mi cuenta y las cosas me fueron más o menos bien”. Tres años después regresó como gerente adjunto, primero, y director general, después. Ya suma 20 años como presidente.

En su vida personal, confiesa que no siempre sabe desconectar, aunque es muy consciente de que es necesario. Su tiempo libre lo dedica a viajar por el mundo con su mujer y sus dos hijos, aunque estos, ya mayores, a veces ya no les acompañan. Le encanta conocer otras culturas. Ha viajado a sitios tan diferentes como el sudeste asiático, Sudáfrica o Islandia. Es su pasión.

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