El Ayuntamiento dirá adiós al vertedero municipal de Salto del Negro en unos meses. El Cabildo de Gran Canaria ya acelera los trámites para hacerse con el control total del complejo, lo que tendrá dos consecuencias directas para la ciudad: dejará de ingresar los 1,8 millones de euros en tasas que le abonan municipios de media isla por su uso -la otra media vierte en Juan Grande- y encima tendrá que pagar como un abonado más por llevar allí las aproximadamente 1.200 toneladas de basura que la capital genera al día.

La noticia la conocieron hace unos días los propios trabajadores del vertedero, una quincena, y la confirma la concejala de Desarrollo Sostenible, Inmaculada Medina. "El Cabildo tiene que terminar una obra que debía estar hecha desde enero de 2010, y desde que eso esté, el vertedero será insular". Mientras, desde la primera corporación de la Isla no sólo se suscribe a la edil, sino que se añade que los trámites se aceleran para tener cuanto antes, "si se puede, a partir del verano", apura un portavoz del consejero de Medio Ambiente, Juan Salvador León, el control del complejo.

Esta fuente señala que los servicios jurídicos del Cabildo tienen en sus manos los expedientes para dos adjudicaciones que marcarán el devenir inmediato del viejo vertedero, con un saldo de tres décadas de servicio a la ciudad y a la mitad norte de Gran Canaria: la terminación de la planta de biometanización, o tres en uno, que convierte en gas o reduce a cenizas toda la basura orgánica y algunos residuos como la madera; y la concesión del servicio a una empresa privada.

Deja de cobrar y encima paga

Las consecuencias para la ciudad de este cambio de manos del vertedero son estrictamente económicas. Por un lado, deja de mantener un servicio del que se beneficia una decena de municipios más y de cubrir la nómina de la veintena de trabajadores del complejo. Pero, por otra parte, se deja de ingresar la tasa de ocho euros por tonelada a los demás municipios -en realidad son 15 euros, pero con una bonificación del 40%-, y la propia capital tendrá que ser ahora la que pague.

Sobre lo que tendrá que pagar no hay cifras oficiales, pero hace un año se hizo un cálculo que conoció el alcalde, Jerónimo Saavedra, en base a los 27 euros por tonelada de basura que llegó a barajar el Cabildo hace unos años. En ese caso, y siempre sin contar con posibles bonificaciones, el coste se dispararía hasta los 13 millones de euros anuales. La concejala Medina insiste en que aún es pronto para saberlo.