- ¿Qué se juega Las Palmas de Gran Canaria la próxima semana?

- Se juega tener una enorme oportunidad para relanzar, para dar a conocer y para vertebrar proyectos de carácter cultural y social que la capitalidad cultural te permite materializar con mayor facilidad. Pero gran parte de los objetivos, o al menos una parte importante de este proyecto, ya se han conseguido. Nos ha permitido aflorar el movimiento asociativo, juvenil y cultural que de alguna manera estaba agazapado, dormido y semiescondido en la estructura social de la ciudad. Creo que hoy, después de la candidatura, contamos con un activo social y cultural que ya conoce todo el mundo.

- Hace tres años, cuando Jerónimo Saavedra puso en marcha este proyecto, pocos pensaron que se llegaría tan lejos. ¿Qué sensaciones tiene ahora que falta tan poco para la meta?

- Tengo unas sensaciones muy positivas, la sensación de que nuestro proyecto es diferente y que está sustentado en una serie de valores que son auténticos y que coinciden con la filosofía que para las capitales europeas quiere la UE. Creo que nos adaptamos como un guante a los deseos de la UE o a los principios que inspira la UE al crear este tipo de distinciones.

- Usted se ha encontrado con todo el trabajo de la candidatura hecho, pero seguro que en los pocos días que lleva como alcalde se habrá puesto al día. Diga sus impresiones sobre el trabajo que se ha hecho.

- El trabajo que se ha hecho ha sido plural, directo, participativo..., pero lo que más me gusta es que gran parte del trabajo se aparta de los convencionalismos. Es lo que decía antes, que ha aflorado una nueva oferta cultural, que viene a complementar la actual, de un Festival de Música consolidado, igual que el de Ópera, el Womad o el Carnaval. Creo que se pone en valor la cultura participativa, la que protagonizan hoy muchos jóvenes y muchos barrios. El ejemplo del Risco de San Nicolás es el más significativo, o las cuestiones que tienen que ver con nuestra vecindad con África. Creo que la candidatura es el reconocimiento social, la puesta de largo y la mayoría de edad de otras manifestaciones culturales que siempre se han considerado de carácter menor, y que gracias a esto se han hecho oír, sin olvidarnos del voluntariado, cuyo trabajo pone de manifiesto que cuando hay un discurso y un proyecto, los jóvenes responden.

- Diez personas, entre ellas usted, van a defender la candidatura en el examen final del lunes. ¿Cómo ha sido esa preparación? ¿Le ha dado muchos quebraderos de cabeza, por ejemplo, que el jurado pueda hacer alguna pregunta trampa?

- Afortunadamente, el equipo me ha facilitado mucho la labor. Llevamos muchas jornadas preparando la presentación y sincronizando las intervenciones para hacerlo a la altura de la candidatura. Hacemos ensayos sobre la batería de preguntas que podemos recibir, pero estoy bastante tranquilo por las personas que me acompañan, y porque todos van a participar.

- ¿No es un riesgo que en el comité de selección falten representantes de la cultura y que haya exceso de políticos?

- Es que precisamente Juan Cambreleng, Esther Azpeitia y Elvira Dyangani dirigen proyectos culturales no convencionales y Jerónimo Saavedra también controla la cultura tradicional. Además, Martín Chirino va a tener un protagonismo singular en la presentación. Pero es importante que demos un mensaje institucional y empresarial de que el proyecto de la capital cultural europea va a estar en buenas manos en Las Palmas de Gran Canaria.

- Si la ciudad tuviese la inmensa dicha de ganar, cualquier perspectiva que usted como alcalde pueda tener ahora se transformará en algo mucho más grande. ¿Qué ha pensado que tendrá que cambiar en su gestión si se logra la gesta?

- Creo que a partir del martes tendríamos una locomotora más que tiraría de la recuperación de la actividad económica de la ciudad y nos llevaría a reforzar desde el punto de vista organizativo todos los aspectos para llegar preparados a 2016. Pero si hablara de mi equipo, la verdad es que no se requieren grandes cambios, si bien automáticamente convocaría a todos los agentes sociales y culturales, ratificaría mi propósito de que Saavedra y Cambreleng estén al frente del proyecto y a partir de ahí diseñaría una dinámica de trabajo.

- Jerónimo Saavedra tiene la ilusión de convertirse en el gran promotor de la Capital Cultural si se consigue. ¿Qué papel debería jugar el anterior alcalde?

- Su papel se adapta muy bien a la experiencia política y de la que siempre ha hecho gala, como hombre que ha estado cerca de la política, que lo convierte en orientador singular, una especie de impulsor para garantizar que la orientación del proyecto tenga garantías. Más que un gestor, que debe ser el papel de Juan Cambreleng. Pero Saavedra puede crear la expectación para que el año de la capitalidad tenga éxito, puede reforzar nuestro potencial.