La concejala del PP, Carmen Guerra, fue la primera en revolucionar la sesión plenaria al proponer al tripartito que el Ayuntamiento exija un hueco en la mesa del II Plan de Infraestructuras Sociosanitarias junto al Gobierno de Canarias y el Cabildo insular dada la demanda de plazas, principalmente de ancianos. "Propongo que, a la negociación con el Ejecutivo para la construcción de nuevas plazas no se vaya con las manos vacías y que se lleve una bolsa de suelo susceptible de ese uso", dijo la edil.
El responsable de la materia, Jacinto Ortega, se limitó a relatar, como respuesta, el número de solicitudes de plazas que les había llegado hasta final de mayo -959- y las plazas disponibles en la ciudad -470 y 223, entre residencias y y centros de día, respectivamente- junto a las 118 que hay para discapacitados, donde hay una lista de espera de 203. Algo que exasperó a Guerra, que le acusó de no levantar la voz ni al Gobierno, ni al Cabildo por el "buen rollito" que había entre las tres administraciones.
Tras el rifirrafe, llegó el turno de las personas sin hogar. El edil popular, José Miguel Álamo, pidió la creación d un plan integral a fin de prestarles atención, y el responsable de Cohesión Social puso los puntos sobre las íes al llamarlos demagogos cuando "estigmatizan al colectivo", en referencia a las denuncias a los medios hace unas semanas respecto a la plaga de piojos, liendres y pulgas que padeció el centro Gánigo. "Me alegra de que se hayan acercado a otros colectivos", apuntó, mientras les recortó que ya existe un plan al respecto.
El tercer asunto en discordia vino de Unidos por Gran Canaria y Ciudadanos para incorporar a los seis agentes de Movilidad a los que se contrató en mayo de 2015 estando en la lista de reserva y cuyo contrato ha finalizado justo este mes. La representante de Unidos por Gran Canaria, Ángeles Batista, pidió al tripartito escuchar la propuesta de los agentes, que solicitaban prorrogar el contrato para gestionar el atasco de tráfico que se puede producir por las obras de la Metroguagua y la pasarela del Puerto.
El agente Manuel Campos explicó al Pleno cómo se siente el colectivo ante esta situación y la comparó con las malas noticias que le dieron a su familia cuando le dijeron que su hijo no iba a poder andar. Un discurso emotivo que no arrancó el sí del grupo de gobierno.
