"¿No funciona?, ¿en serio?. Vengo caminando desde lejos", se quejaba una bañista muerta de cansancio y envuelta en sudor en la entrada del balneario de Tomás Miller en Las Canteras, fuera de servicio, mientras un socorrista de la Cruz Roja le explicaba las razones del cierre: "anoche le pegaron fuego a la entrada señora y no se puede usar. Mejor que vaya al balneario del hotel Cristina". Como esta señora fueron muchos los que ayer tuvieron que darse media vuelta porque las instalaciones han tenido que ser clausuradas y se calcula que así seguirán durante toda la semana, aunque la Concejalía de Ciudad de Mar intenta reabrir las instalaciones en el plazo más breve posible. Los usuarios, muchos de ellos mayores, han sido los mayores afectados por este incendio, que ha obligado a la Cruz Roja a habilitar en el paseo una ambulancia para realizar las curas y los primeros auxilios.

El causante del cierre de los baños públicos, duchas, taquillas e instalaciones de la Cruz Roja fue un hombre de 46 años, que el pasado lunes fue detenido a las once de la noche por agentes de la Policía Nacional, mientras le pegaba fuego a la entrada del balneario. El hombre no pudo acceder al interior del recinto porque una reja le impedía el paso. Y lo que hizo fue introducir por los huecos de la reja cartones y papeles a los que previamente pegó fuego.

El pirómano estaba concentrado en su fechoría cuando lo pillaron los agentes, que fueron alertados por usuarios del paseo, a esa hora bastante concurrido. La rapidez con la que fue detenido impidió que el incendio se extendiera más allá del pasillo de entrada, pero aún así, causó bastantes daños en el pavimento, falsos techos y paredes y la puerta de entrada, que los bomberos tuvieron que romper para poder entrar a apagar el fuego. También afectó a la instalación eléctrica, por lo que las instalaciones se han quedado sin luz. Al mediodía de ayer todavía se podía apreciar el olor a humo y las paredes y techos negros por el hollín. Fuentes de la Policía Local informaron de que el pirómano, que es un habitual de la zona, tiene antecedentes por drogas y amenazas y atentar contra los agentes. Habituales de la zona indicaron que el hombre "la tiene cogida con la policía. Ha quemado el balneario por hacer la maldad. La policía tiene problemas con él día sí y día no. Amenaza con agredirlos, no respeta las normas y circula en bicicleta por el paseo". Hace cinco días fue rota una de las claraboyas de cristal del paseo que proporciona luz al balneario, pero no se sabe quien lo hizo. El concejal de Movilidad y Ciudad de Mar, José Eduardo Ramírez, lamentó ayer estos actos vandálicos y rechazó que el puesto de la Cruz Roja de El Confital ha sido víctima también de varios asaltos. "Es un acto vandálico que, afortunadamente no es habitual en nuestras playas", señaló Ramírez, que añadió que el actual gobierno municipal se encontró con una Policía Local infradotada, tanto en recursos materiales como humanos y por eso se han convocado más plazas.

No obstante, consideró que los ataques al patrimonio municipal "no sólo se resuelve con más presencia policial en nuestras calles. Es necesaria una mayor concienciación ciudadana" para evitar "que nos entren en la caseta de la Cruz Roja de El Confital y la rompan cada dos por tres, o que hayan robado la vasija del baño y hagan pintadas en los muros de nuestras playas".

El edil recordó también el último acto de vandalismo contra las bicicletas públicas, que fueron robadas hace unos días en San José. "Podemos llenar la ciudad de policía y poner uno en cada esquina, que dará igual si no somos capaces como sociedad de respetar lo público. Algo tenemos que hacer y reflexionar qué es lo que está pasando para que los ciudadanos no respeten el patrimonio público", sostuvo.