Una piedra. Eso es lo que le tiraron el pasado sábado a M. A. mientras conducía por la circunvalación a la altura del puente que conecta La Paterna con Casablanca III. El impacto rompió la luna del Volkswagen Beetle en el que viajaba junto a su padre sin que les diese tiempo a ver quién había lanzado la roca. Aún así, la perjudicada decidió denunciar sin éxito lo ocurrido ante los cuerpos de seguridad local y nacional ya que como aseveró, "es un peligro" ya que la gamberrada puede acabar en tragedia porque "se puede perder el control del vehículo".

Los hechos ocurrieron hace tres días, en torno al mediodía, cuando ambos se dirigían a ver el partido de fútbol que jugaba el hijo de M. A. en Las Coloradas. "Veníamos de Siete Palmas cuando de repente sentimos como una explosión y no sabíamos qué había pasado", relató ayer. Tuvieron que pasar unos segundos para que ella reaccionara y se diese cuenta de lo que había pasado. "La piedra se había quedado en el capó", contó.

La roca "no era muy grande", pero aún así consiguió hacer un orificio en el cristal que, aunque no se desquebrajó entero, sí que se hizo añicos por la zona donde impactó el tenique. Por suerte, este es el único daño que hay que lamentar del acto vandálico que podría haberse complicado. "Es que no te imaginas el susto", afirma M. A. quien no pudo ver a las personas que lanzaron la piedra. "Entre que reaccioné y no el puente había quedado atrás", arguyó tan solo unos días después del incidente que no dudó en denunciar.

"Me aparté sobre el arcén llamé a Emergencias y allí me dijeron que me pasaban con la Policía Local, pero solo me salía la voz de espera, así que colgué y volví a llamar cuando llegamos al campo de fútbol". En la segunda ocasión le facilitaron el número del cuerpo de seguridad local en el que le recomendaron ir a la comisaría de Miller Bajo para que les atendieran en atestados. "Pero al llegar allí me dijeron que la circunvalación ya no era de su competencia y que tenía que acudir a la Policía Nacional".

En la Supercomisaría, tras dos horas de espera, le informaron de que podía hacer la denuncia por internet, si bien no pudo efectuarla desde su casa "porque no era un robo". Al final, su marido y ella optaron por acudir a las redes sociales donde varias personas dejaron comentarios asegurando que también les había pasado lo mismo. "Yo no tengo tiempo para estar yendo de nuevo a las comisarías pero a ver si con todas las quejas se consigue que pongan una valla alta para evitar que sigan tirando piedras".