Literatura para paliar el trauma

El Juzgado de Violencia contra la Infancia y Adolescencia recibe la donación de más de 600 libros para los menores víctimas de delitos

Ana María Sola Navas, María Lina Sánchez y Juan José Sal Negrín clasifican algunos de los libros, previamente desinfectados, que van al banco del Juzgado.

Ana María Sola Navas, María Lina Sánchez y Juan José Sal Negrín clasifican algunos de los libros, previamente desinfectados, que van al banco del Juzgado. / Jose Carlos Guerra

El Juzgado de Violencia contra la Infancia y Adolescencia -en fase piloto- trabaja en tener un banco de libros para disminuir el trauma de los menores que acudan a la Ciudad de la Justicia. 

La literatura sirve para muchas cosas, incluso para distraerse en momentos de tensión, en especial cuando se trata de pequeños que han pasado situaciones traumáticas. Por ello, el magistrado titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Las Palmas de Gran Canaria y del Juzgado de Violencia contra la Infancia y Adolescencia, Tomás Luis Martín, decidió junto a su equipo de letrados, gestores, tramitadores y auxiliares; crear un banco de libros. Esto con el fin de los menores víctimas de algún delito a pasen un rato menos traumático en la Ciudad de la Justicia al tener algo con lo que distraerse mientras esperan para declarar.

Martín habló con su equipo para plantearles este proyecto y escuchar sus opiniones al respecto. «No fue una orden», matiza el gestor procesal Juan José Sal Negrín. «Nos llamó para comunicarnos esa idea y pedirnos nuestra opinión, además, especificó que sería una carga de trabajo extra. Y nosotros le dijimos: Sí, Tomás, pa' lante», contó con ilusión el gestor procesal. Sin embargo, la idea vino a raíz de la visita de un niño y una niña, el primero se quiso llevar a casa el libro que había estado leyendo en la sala y la pequeña no sólo se lo llevó, sino que lo devolvió después de leerlo. Algo que para el magistrado fue «ejemplar» el comportamiento, por lo que decidió enviárselo a casa.

Tras esto, tomó la decisión de que los comics y textos que se encuentren en el banco del Juzgado estén a disposición de los menores para que no sólo los lean, sino que puedan quedarse con ellos y así paliar un poco el trauma que padecen por acudir a relatar un hecho delictivo. «También viene desde la creación de un cuento que se les entrega a los niños y niñas víctimas en el que se les explica a qué vienen al juzgado, que harán aquí. Ellos acuden con ese libro y pueden llevarse otro que le guste», relata María Lina Sánchez Vega, gestora procesal del Juzgado.

Además, antes de que entrase en vigor la Ley Orgánica de Protección Integral a la Infancia y la Adolescencia frente a la violencia. Y es que, «a través de la Dirección General pedimos unas mochilas y empezamos a dárselas a los niños y niñas que venían a declarar junto a una regla, libreta y colores. Después empezamos a pensar qué otra cosa le podíamos dar y fue el juez quien tuvo la idea de los libros», matizó la letrada del Juzgado de Instrucción número 3 de Las Palmas de Gran Canaria Ana María Sola Navas.

«Todo lo que hacemos es para que se sientan bien, desde el personal que los recibe. Es una experiencia traumática para un menor venir a un Juzgado y hablar de unos temas determinados que pueden ser delictivos. Entonces lo que queremos es crearles un ambiente para que no les suponga tanto trauma estar aquí», explicó la letrada. Asimismo, relató que los menores se van «contentos» y el rato que pasan en la sala de espera se les va leyendo o pintando. 

Avalancha de libros

Un mensaje a un grupo familiar de WhatsApp enviado por el magistrado el 22 de diciembre de 2021 bastó para que el Juzgado se llenase con más de 600 libros. Y es que la solicitud de ejemplares usados que tuviesen cuentos infantiles, comics o cualquier relato que sirviese para que los pequeños se distrajeran en la sala de espera recorrió España. Una situación que llenó de «satisfacción» a Martín y a todo su equipo al ver la repercusión de esta solicitud que pensaron sólo iba a llegar a las personas más cercanas. 

«Todo el mundo ha colaborado, primero aquí, desde médicos forenses, abogados, procuradores que sabían lo que estábamos haciendo», contó Sola Navas, quien apuntó que les llegaron cajas desde otras comunidades autónomas, de diferentes organismos y asociaciones. 

«Los primeros días estuvimos desbordados porque nos cogió por sorpresa», explicó el juez, y es que no pensó que tendría una respuesta tan positiva tras enviar el mensaje. «Es que estaban llegando libros que dejaban en las esquinas del Juzgado. Ha sido una mezcla de todo, de efervescencia, sorpresa y alegría de ver que había un montó de gente dispuesta a movilizarse y que necesita esa chispa para ponerse en marcha y abandonar la pasividad», añadió el magistrado. Martín se siente satisfecho con la cantidad de personas que se han volcado a colaborar para que estos menores tengan una mejor experiencia dentro de lo difícil que es para ellos vivir estas situaciones. Ha resaltado que la intención nunca ha sido tener una biblioteca, sino un banco de libros para que los niños, niñas y adolescentes puedan llevárselos a sus casas. Eso sí, especifica que el principal requisito es que sea un ejemplar usado, que esté en buen estado y sea acorde para las edades de los menores. 

Reseñó además, que no han pedido ayuda a la Administración de Justicia para este proyecto ya que querían que fuese algo más emotivo. Que se tratase de un ejemplar que tenga historia, que estén llenos de cariño «aunque las hojas no transmitan suerte». La ilusión de la gente que trae los libros, que se preocupa por ayudar a esta causa, le entusiasma mucho más que pedir unos nuevos.

Lotería

Tomás Martín, también resaltó que su equipo ha sido importante para poder sacar este Juzgado adelante. De hecho, para él fue muy gratificante ver que sus compañeros se habían ganado 1.000 euros en la Lotería de Navidad y decidieron donarlo todo para la caja de contingencia con la que cubren gastos diarios del órgano. La idea era tener un fondo común para llevar a las víctimas a desayunar, a pagar un bono de transporte, ya que ellos no tienen esos recursos y pedirlos a la Administración es complicado. «Me llenó de orgullo y me emocioné cuando me lo comentaron porque sé que están a muerte con esto», indicó alegría. 

La implicación del equipo es tanta que pese a que el magistrado intenta ser el primero en llegar, no siempre lo logra porque su equipo tiene el mismo compromiso que él con este proyecto piloto que es único en España y lleva sólo cuatro meses funcionando. Por eso, han desvelado que las ideas para hacer que los pequeños tengan una experiencia menos traumáticas en los Juzgados no cesan aquí y pronto habrán más noticias.

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