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El risco de San Roque y sus bancales.Juan Castro

Barrios Pendientes

San Roque tendrá senderos y miradores con vistas al Guiniguada

El plan especial del barrio plantea regenerar los márgenes del barranco y poner en valor las cuevas y los antiguos bancales

El risco de San Roque cuenta con una situación privilegiada en forma de atalaya sobre el cauce del barranco Guiniguada. Repleto de cuestas que llenan el barrio de escaleras casi verticales, el Plan Especial de regeneración y conservación de San Roque, aprobado este semana en Junta de Gobierno, plantea la creación de una red de miradores por toda la ladera y una serie de senderos aprovechando los bancales de cultivo abandonados que circundan la zona. Todo con el objetivo de crear puntos de encuentro para los vecinos y devolver la vida a las calles, según apunta el concejal de Urbanismo, Javier Doreste.

El plan contempla para sus márgenes la restauración de los ecosistemas degradados de Barranco Seco y del Guiniguada. En ambos casos existen viejas estructuras asociadas a los años dorados de la explotación agrícola y que hoy día se encuentran totalmente abandonadas. Pese a estar situados fuera de los límites del ámbito de actuación del planeamiento, Urbanismo ha querido incluir estas zonas. La idea será recuperar las cuevas, estanques y bancales situados en estas dos zonas. 

Según el documento, desarrollado a través de la iniciativa Barrios Pendientes, habrá una restauración de la flora al estar estos terrenos muy degradados tras años de explotación agrícola. Además, la idea será crear una red de senderos que aprovecharían los bancales abandonados entre la calle Farnesio y el cauce del Guiniguada y continuarían por la ladera. Estos empatarían a su vez con el camino ya acondicionado desde hace unos años del Pambaso al Jardín Canario.

Por otro lado, la regeneración ambiental del barrio no se quedará en sus límites. Y es que el propósito de este plan especial -que ha salido adelante por medio de la iniciativa Barrios Pendientes- será decir adiós al PERI de 1998 y establecer una normativa que conserve el carácter tradicional del risco y establezca mejoras para los vecinos. De hecho, hay gran énfasis en la accesibilidad, pero también en la creación de espacios libres. La idea será crear una red de hasta seis miradores y una quincena de parques y plazoletas repartidos por toda la ladera.

Aparcamiento de uso vecinal

Los miradores aprovecharán la cornisa de la parte alta del barrio de San Roque. Con vistas al Guiniguada, habrá uno en la calle Tanganillo, otro escalonado entre Caramillo y Bandurria -cuyo trazado será urbanizado después de años de reclamo vecinal-; en Farnesio habrá otro escalonado. En este último caso el desnivel de la ladera permitirá que debajo haya un aparcamiento de uso vecinal, mientras, en la cubierta habrá una plazoleta. Y más cara al Barranco Seco, habrá puntos panorámicos en Florinda, Fragua y Zorondongo.

En cuanto a las plazoletas, la mayoría aprovecharán solares ya existentes y los resultantes de alguna de las 30 viviendas en ruinas que Urbanismo tiene previsto derribar. Estas parcelas tendrán juegos infantiles, bancos para descanso y arbolado, según refleja el documento. Estarán repartidos por todo el barrio. También está previsto ampliar la plaza Lema -ya existente-. «Con esto queremos favorecer la vida en el barrio, que la gente pueda estar en él, en la calle, con seguridad», precisa Javier Doreste.

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