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Recreación de la futura terminal de cruceros del Puerto de Las Palmas, en el muelle Santa Catalina.LP/DLP

La nueva terminal de cruceros, un homenaje a dos edificios icónicos de Santa Catalina

El inmueble tendrá un doble tejado a dos aguas inspirado en la arquitectura industrial del Puerto | El interior ofrecerá una visión «espectacular» de los barcos

La nueva terminal de cruceros del Puerto de Las Palmas, cuya construcción arrancará tras el derribo del edificio del jet foil previsto para el verano, será un homenaje a la arquitectura industrial de los primeros tiempos del muelle Santa Catalina. El inmueble, diseñado por Marta Cuyás y ACH Arquitecturos, evocará a los cercanos edificios de Elder y Miller con un doble tejado a dos aguas reconocible a simple vista para cualquier ciudadano de la capital al recrear la misma forma que tenían las cubiertas originales de las consignatarias internacionales que impulsaron la actividad de La Luz a comienzos del siglo XX. 

La estructura del nuevo edificio, de volumen ligero, estará compuesta por vidrio y aluminio, lo que desde el interior permitirá tener una visión «espectacular» de los cruceros, según se recoge en el proyecto que actualmente se encuentra en fase de información pública en la Autoridad Portuaria de Las Palmas antes de que tenga lugar la concesión del suelo, prevista para el consejo de administración del mes de junio. El documento elaborado por la adjudicataria del concurso público, Global Ports Canary Islands, especifica que la terminal tendrá dos plantas –la baja y una en altura– y dispondrá de tres pasarelas portuarias de embarque de pasajeros para facilitar las operaciones.

Las vinculaciones entre el edificio de atención a los cruceros y el entorno urbano en el que se levantará no se limitan al homenaje a los almacenes Elder y Miller. La terminal se ubicará en el extremo sur del muelle Santa Catalina y para mejorar la conexión con la plaza de Canarias y el muelle Wilson, los visitantes atravesarán una gran explanada de casi 20.000 metros cuadrados que permitirá a los cruceristas acceder con rapidez a las zonas de embarque o a los medios de transporte. 

Bulevar con palmeras

El centro de la explanada estará ocupado por un bulevar de 20 metros de ancho salpicado de elementos de mobiliario urbano que podrán ofrecer servicios complementarios a los usuarios y trabajadores de la terminal a modo de espacio de ocio. En total, el área ajardinada ocupará casi 4.000 metros cuadrados de zona de tránsito y recreo rodeada por 216 palmeras, un carril bici y los viales para guaguas, taxis y automóviles privados. 

La planta del edificio seguirá un eje norte-sur similar al que describe el propio muelle Santa Catalina y repartirá los servicios para los pasajeros de la terminal en distintas zonas realizando una separación desde el acceso para controlar los flujos. El área de facturación se encontrará en la primera planta, mientras que la plantada de maletas se realizará en la baja y en conexión directa al muelle.

Una gran cubierta que prolonga la doble estructura a dos aguas del tejado más allá de los límites del propio edificio dará la bienvenida a los cruceristas. Desde ahí podrán entregar el equipaje para pasar por las zonas de seguridad. En total, la terminal contará con seis líneas de control calculadas para gestionar el embarque de hasta 12.000 pasajeros al día, cantidad muy superior a la que obligaba el pliego de condiciones del concurso.

Pasarelas fijas y móviles

En el hall se encontrará el ‘núcleo vertical’ que da acceso a la planta alta, dotado con tres escaleras mecánicas, dos ascensores y una escalera peatonal. Una vez en el nivel superior, los cruceristas dispondrán de una zona de tiendas, mostradores de facturación y una amplia terraza perimetral rodeando gran parte del espacio. Desde aquí saldrán las dos pasarelas fijas –una en cada alineación del muelle Santa Catalina– desde las que se accederá a las tres pasarelas móviles que conectarán directamente con los cruceros, sin tener que atravesar la zona de maniobras donde habitualmente tienen lugar tareas logísticas durante las escalas.

Las cristaleras del tejado del edificio contarán con piezas orientables de protección solar que se moverán de manera automática para generar sombras si fuera necesario. No serán los únicos elementos de ecoeficiencia de la terminal, concebida para ser energéticamente neutra. Sin salir de la cubierta, habrá puntos de apertura automática para que salga el aire caliente y en la parte exterior se colocarán 3.200 metros cuadrados de paneles fotovoltaicos capaces de producir 368 megavatios hora anuales. Una decena de pequeños aerogeneradores colocados en las pasarelas que darán acceso a los buques contribuirán a la reducción del consumo de energía. 

El nuevo emblema de los cruceros en el Puerto de Las Palmas contará con dos intervenciones artísticas que también tratarán de relacionar el espacio de la terminal con el entorno público en el que se encuentra. La primera, titulada Whisper –’Susurro’ en inglés–, estará ubicada en la rotonda de bienvenida a la explanada y recreará, según sus autores, «una nube viva de color en constante cambio» que ofrecerá sensaciones únicas dependiendo del lugar desde el que se mire. Para ello se usará una serie de aletas aerodinámicas en un dosel con forma de nube. 

La segunda creación es una obra de arte new media en la zona central del edificio que sumergirá al público «una simulación digital de un paisaje re-imaginado de Las Palmas de Gran Canaria durante siglos». Para ello se combinarán texturas 3D, escaneos láser y fotogrametrías recopilados de la Isla.

El ‘último adiós’ a la antigua estación del jet foil

Las antiguas instalaciones del muelle de transbordadores que daban servicio al desaparecido enlace interinsular de los jet foil tienen los días contados. La Autoridad Portuaria de Las Palmas ejecutará durante este verano el derribo del edificio, aunque la ciudadanía de Las Palmas de Gran Canaria aún tendrá una última oportunidad para acercarse hasta el inmueble este mismo mes. La undécima edición de la Feria Internacional del Mar (Fimar), que se celebrará del 20 al 22 de mayo, se muda este año hasta la estación de cruceros con cerca de 80 stands y las actividades lúdicas habituales. Mientras duren las obras de construcción de la nueva terminal turística, los cruceristas tendrán que utilizar las instalaciones temporales que la Autoridad Portuaria va a colocar. El organismo mantiene abierto un expediente de adjudicación y ha destinado 1.614.650 euros de su presupuesto al alquiler de carpas para pasajeros y equipajes en el muelle Santa Catalina durante los próximos dos años.

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