El debate está servido. Las asociaciones de vecinos de San José y de San Juan han mostrado en los últimos días disparidad de opiniones a cerca del plan de regeneración y conservación de los riscos. Cara a la Vega de San José se muestran contrarios a parte de las posibles expropiaciones y solicitan más información al Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria; mientras, en el lado contrario de la ladera, ven en líneas generales de manera positiva la normativa y la estudiarán con el propósito de hacer las alegaciones pertinentes.
El plan especial de regeneración y conservación de San Juan y San José fue aprobado de manera inicial a mediados del mes presente en Junta de Gobierno, por lo que se encuentra ahora en periodo de alegaciones. La normativa contempla una serie de actuaciones que implicarían una mejora en la accesibilidad, movilidad y embellecimiento de los riscos, con nuevos parques, zonas de aparcamientos y prolongación de calles. Buena parte de estas propuestas han salido de las jornadas de participación ciudadana Barrios Pendientes, en las que han colaborado la concejalía de Urbanismo y los vecinos.
«Vemos muchas cosas positivas en el plan como la accesibilidad o los aparcamientos», apunta Chano Alemán, presidente de la asociación de vecinos, «pero no queremos que se haga nada sin la información adecuada, queremos que todo sea consensuado». En las últimas semanas ha recibido «numerosas quejas» de residentes en el barrio preocupados por las expropiaciones planteadas.
El edil de Urbanismo tendrá una reunión la próxima semana con los vecinos de San José
Alemán reconoce que «gran parte del plan» fue consensuado en las diferentes mesas de trabajo entre vecinos y técnicos de Urbanismo; «pero nunca nos dieron la versión final, había distintos grados de intervención, unos más agresivos que otros». «El plan habla de solares abandonados e infraviviendas, pero no todos los son», indica, «habrá vecinos que perderán su casa y otros que sí cuidan sus parcelas, que son ahora propiedad privada».
Otro de los aspectos que critica Alemán es la ordenanza estética que propone para mantener el carácter tradicional del barrio. «Hay vecinos que están haciendo obras y que están utilizando materiales o haciendo cosas que no estarán permitidas», apunta. Entre otras medidas, esta ordenanza, prevista también para los riscos de San Nicolás y de San Roque, impedirá pintar dos casas seguidas del mismo tono y obligará a que todas las azoteas sean transitables.
Un centenar de viviendas
La asociación congregó este miércoles a varias decenas de personas ante la Casa Amarilla del paseo de San José y están recogiendo firmas para solicitar más información sobre cómo será el plan y saber a qué familias afectarán las intervenciones. Por su parte, fuentes municipales señalan que el concejal de Urbanismo, Javier Doreste, mantendrá una reunión la próxima semana con los vecinos con el propósito de explicarles de primera mano en qué consistirá el plan. No obstante, recuerdan que la norma acaba de entrar en periodo de alegaciones por lo que caben modificaciones.
El plan contempla el derribo de casi un centenar de viviendas entre San Juan y San José. La idea será aprovechar solares sin uso, en ruinas o infraviviendas para poder habilitar nuevas zonas de aparcamientos, espacios libres, miradores y prolongar o modificar el trazado de ciertas calles para mejorar la movilidad interna del barrio. No obstante, hay zonas donde sí será necesario expropiar viviendas habitadas para poder llevar acabo algunas de estas actuaciones.
El Ayuntamiento incluye un plan de reposición dentro del barrio para las familias que pierdan su casa
Para compensar a estas familias, el Ayuntamiento ha previsto un plan de reposición de vivienda dentro de los barrios de San Juan y San José. El plan reserva un total de 13 parcelas para esta medida, de las cuales siete ya son de titularidad municipal. De hecho, Urbanismo sacó a principios del pasado año una oferta de compra de solares y viviendas en ruinas con el objetivo de acelerar el plan. Además, algunos de los edificios afectados se encuentran ya fuera de ordenación con el planeamiento vigente -que data de 1998-, al igual que los derribos entre las calles Tajinaste y Compás.
Mientras, al otro lado de la ladera del lomo de Santo Domingo, en San Juan, la visión es distinta y ven las expropiaciones como un mal necesario que servirán para conseguir mejoras en el barrio. «En general vemos muy positivo el nuevo plan», precisa Antonio Marrero, presidente de la asociaciones de vecinos Artemi, «ahora estamos estudiándolo y analizándolo con tranquilidad para ver si tenemos que hacer alegaciones». Posteriormente, indica, «convocaremos a los vecinos para explicarles en qué consiste y ver las posibles desavenencias». La idea será llevar a algún técnico de Urbanismo que les explique sobre plano los cambios que habrá.
Cierto es que el plan contempla un mayor número de expropiaciones y cambios en San José que en San Juan. Esto se debe a que el primero de los riscos cuenta con un mayor número de problemas, indican desde Urbanismo. La nueva normativa está ahora en periodo de alegaciones y exposición pública hasta su aprobación definitiva, algo que no tiene fecha.
