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Barrios Pendientes

Nueve miradores marcarán una ruta por los riscos de San Juan y San José

El plan de regeneración contempla un segundo parque junto a la antigua Carretera del Centro | Habrá una red de plazoletas y rincones con encanto

Calle Tajinaste, entre San Juan y San José, donde habrá un mirador. Juan Castro

Una red de nueve miradores marcarán una ruta por San Juan y San José. La situación privilegiada de ambos barrios, paisajísticamente hablando, a cuestas sobre el lomo de Santo Domingo permite unas amplias vistas de Las Palmas de Gran Canaria. La vega de San José, San Cristóbal, la catedral, La Isleta o el barranco Guiniguada son algunos de los hitos visibles desde la cornisa. El plan de regeneración y conservación de los Riscos prevé así darle vida a una serie de solares sin uso, laderas degradadas o parcelas con viviendas abandonadas o en ruinas.

La ruta se verá completada con una red de plazoletas y rincones. Cada una de estos espacios tendrán un mínimo de 100 metros cuadrados. Además, la idea será crear un segundo parque con instalaciones deportivas entre la calle Real de San Juan y la antigua Carretera del Centro. El objetivo será compensar la escasez de zonas verdes en dos barrios con una concentración poblacional muy superior a la media -los riscos tienen una densidad de más de 15.000 habitantes frente a los 10.800 de la capital-.

Los vecinos de ambos riscos solicitaron a través del proceso participativo Barrios Pendientes la creación de rutas turísticas por el barrio. La distribución de miradores y plazoletas con encanto en ambos riscos tiene como objetivo aumentar el atractivo de los riscos y crear espacios de disfrute. Según la memoria del plan especial, San Juan y San José carecen prácticamente de este tipo de equipamientos «tan necesarios para la convivencia y el correcto desarrollo de la comunidad».

La cornisa de los riscos

Los miradores recorrerán toda la cornisa de ambos riscos, aprovechando la cota más alta de los espacios libres de nueva creación. Urbanismo ha distribuido las plazoletas de tal manera que los vecinos y curiosos puedan ir de un lado a otro a pie a través de recorridos peatonales mixtos donde se prioriza el uso de calles horizontales con el menor número posible de barreras arquitectónicas. 

En el barrio de San José, habrá un mirador en lo alto de la calle Juan Sánchez Sánchez, en el extremo sur del barrio. Habrá otro en lo alto de la calle Asia, entre Calesa y Samaniego. Esta plazoleta escalonada ocupará lo que hoy es un solar convertido en basurero improvisado. Las vistas desde ambas localizaciones serán sobre todo hacia la vega de San José y San Cristóbal.

Se dará importancia al arbolado dada la escasez de zonas verdes en ambos barrios capitalinos

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Ya en el límite de San José con San Juan, habrá otro mirador en la cornisa de la escalinata de la calle Río Nervión con Jenner, coincidiendo con la futura prolongación de Chano Bartolo. También en la zona fronteriza entre ambos riscos, habrá un mirador en lo alto de las escaleras de Tajinaste con Comino y Cepillo, justo antes del arranque de la ampliación de la primera calle hasta Compás.

Habrá otro punto panorámico en lo alto de la calle Mederos en lo que ahora es una ladera desnuda sin construir sobre el eje de Chano Bartolo y Tártago. El mirador a mayor altitud estará en el actual cruce de Batería de San Juan con Marfea. Según el documento, estará situado cara hacia el interior de la Isla, por lo que desde este rincón se verán Barranco Seco, el Guiniguada y los riscos de San Roque y San Nicolás.

También en San Juan, el plan contempla aprovechar un muro de contención situado a una cota inferior de la calle Antonio Collado junto a la escalera de los Manzanos. En este mismo barrio, pero a menor cota, habrá miradores en lo alto de los espacios libres con aparcamiento diseñados en San Felipe y en Cruces de San Juan, a este último se podrá acceder en ascensor desde la calle Real.

El plan limita las alturas de las casas a dos plantas en varias calles para no tapar las vistas

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En la zona baja de San José habrá un punto panorámico en la calle Cantabria, en una zona muy degradada del barrio repleta actualmente de solares en ruinas. Las vistas serán hacia la vega homónima, Vegueta y la catedral de Santa Ana. La idea será habilitar otro en lo alto del espacio libre con aparcamiento soterrado que está previsto en Miguel Servet junto al ascensor ya existente y donde ahora hay un garaje sin regular.

La red de miradores estará complementada por una serie de rincones y plazoletas. Habrá una treintena repartidos por ambos barrios, aunque algunos de los recogidos en el plan especial ya existen. Estas zonas tendrán bancos para el descanso o podrán albergar juegos infantiles. Según el documento, se dará especialmente importancia al arbolado y a la vegetación, dada la escasez de zonas verdes en los dos barrios.

Laderas degradadas

El plan contempla una serie de actuaciones de embellecimiento en laderas degradadas. La memoria destaca el parque de la calle Cantabria, donde estará uno de los puntos panorámicos, al permitir rehabilitar una zona muy abandonada de San José. También el espacio libre que estará situado entre Real de San Juan y la Carretera del Centro en una zona con gran desnivel. Esta incluirá aparcamientos soterrados, zonas deportivas y tendrá un perfil similar al de la Finca de Dominguito, situada en la misma dirección. Además, habrá una mejora del parque Párroco Juan Brito García, tal y como han solicitado los vecinos.

 El plan establecerá una normativa general que deberá tenerse en cuenta a la hora de diseñar todos estos espacios. El objetivo será conseguir y garantizar el uso inclusivo de toda la red de miradores y plazoletas. Asimismo, se establece una limitación en las alturas de las viviendas -a dos plantas máximo- en parte de las calles Tajinaste, Centauro, Cantabria y Real de San Juan para evitar que los edificios oculten la vista. Será algo similar a lo que Urbanismo ya ha diseñado en San Roque para no tapar la postal de la Casa de los Picos desde el Guiniguada.

Patrimonio histórico de los Riscos

Los planes de regeneración de los Riscos de Las Palmas de Gran Canaria contemplan impulsar y preservar su patrimonio histórico. En el caso de San Juan y San José, habrá una normativa específica para las edificaciones incluidas en el Catálogo de Patrimonio Histórico municipal, con la excepción de las ermitas cuyas advocaciones dan nombre a ambos barrios. El documento permitirá mejorar su preservación y facilitará el cambio de uso de residencial a turístico como hotel emblemático o casa emblemática -un tipo de alojamiento que ha proliferado en Vegueta en los últimos años-. Las casas protegidas por el Consistorio están principalmente en el paseo de San José, en Real de San Juan y en Cruces de San Juan; se trata principalmente de edificios del siglo XIX y principios del XX, aunque también los hay de 1700. | A. V.

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