Si algo caracteriza a los riscos de Las Palmas de Gran Canaria, eso son las cuestas, las escaleras y las rampas imposibles; una realidad que dificulta la vida de sus habitantes, especialmente de los más mayores y vulnerables. El nuevo plan especial de regeneración y conservación de San Juan y San José prevé implantar hasta cinco elementos mecanizados con el objetivo de mejorar la movilidad y la accesibilidad interna de ambos barrios. Estos se añadirán al ascensor y escalera mecánica inauguradas en 2012 entre las calles Coral y Tajinaste, cuyo contrato de reparación y mantenimiento está en fase de licitación dado el mal estado en el que están.
Los nuevos elementos mecanizados están contemplados dentro del plan de regeneración y conservación de San Juan y San José que el Ayuntamiento capitalino aprobó la semana pasada y que ahora en periodo de exposición pública y alegaciones. La nueva ordenación viene a sustituir a los vigentes PERIs (plan especial de protección y reforma interior) de los riscos tras un amplio trabajo de participación entre Urbanismo y los vecinos. La mejora en la accesibilidad y la movilidad es una de las principales novedades, con la inclusión de ascensores, escaleras mecánicas y el reacondicionamiento de diversas calles gracias al aprovechamiento de solares y escaleras ya existentes.
Los ascensores y escaleras mecanizadas estarán distribuidas principalmente por el barrio de San Juan. Los técnicos del área de Urbanismo han diseñado así cuatro elementos repartidos por distintos puntos de la ladera donde la inclinación de la ladera es especialmente aguda. Las ubicaciones escogidas, además, facilitarán la conexión con calles principales que presentan menores obstáculos y a las que se puede llegar en coche. Por el contrario, el quinto unirá la parte alta de San Juan con San José a la altura de la iglesia de este último barrio.
Los Riscos tienen una población muy envejecida, el 9,1% de San Juan tiene más de 74 años
Según refleja el nuevo planeamiento, habrá un ascensor entre las calles Real de San Juan y Cruces de San Juan. La idea será aprovechar un solar existente en esta primera vía muy cerca de la ermita histórica del barrio. Se trata de una de las peticiones expresas de los vecinos. Conectará, además, con la bocacalle de Cantabria, vía que conecta de manera horizontal con la parte media del barrio de San José.
La segunda conexión mecanizada partirá también de la calle Real de San Juan, a la altura del número 115, y debería llegar a San Felipe a través del Árbol Bonito. Este último callejón es en realidad un empinado pasaje con decenas de escalones.
Habrá otro ascensor que unirá Camino al Polvorín, abierta al tráfico rodado y por donde pasa la línea 54 de Guaguas Municipales con la calle Ciruelo -un estrecho pasaje peatonal-. En este caso la idea será aprovechar un amplio solar a la altura del número 50, en cuyo fondo existe una pared vertical que en otro tiempo estuvo ocupado por una vivienda derribada hace años. Según el plan especial, la parcela será reconvertida en un aparcamiento.
El tercer elevador mecánico unirá la calle Ciruelo con Antonio Collado. La primera es un estrecho pasaje peatonal, en cambio la segunda sí está abierta al tráfico rodado. La idea será que esta infraestructura coincida con la escalera de los Manzanos, una empinada escalinata que conecta la conocida popularmente como vuelta de los Manzanos -en la parte baja del barrio- con la calle Batería de San Juan, en la parte más alta. Esta solución mecanizada solo resolverá una parte.
La quinta conexión vertical servirá como nexo de unión entre San Juan y San José. Así, el futuro ascensor servirá de enlace entre las calles Tártago y Centella en un tramo de la ladera sumamente empinado y donde ya existe una escalera convencional en zig zag dividida en seis tramos. Ambas calles tienen acceso al tráfico rodado; es más, a través de Centella, es posible al paseo de San José a través de Celta y Franklin.
Barrios Pendientes
La mejora en la accesibilidad y movilidad interna de los riscos es una de las viejas reivindicaciones de los vecinos de la zona. Buena parte de estas nuevas conexiones contempladas en el plan especial han sido propuesta expresa de las asociaciones dentro del proceso de participación ciudadana Barrios Pendientes abierto en 2018. El plan especial de San Nicolás, aprobado en septiembre del pasado año, por ejemplo, contempla tres escaleras mecánicas que unirán la parte baja del barrio con la plataforma de San Francisco.
Urbanismo deberá reparar primero los medios mecanizados ya existentes entre ambos barrios
Desde los colectivos vecinales de San Juan y San José reclaman que se le dé prioridad a los proyectos de accesibilidad -no necesariamente los medios mecanizados- dada la situación de vulnerabilidad de sus habitantes. Y es que los riscos tienen una población muy envejecida. Según datos del diagnóstico demográfico realizado por Urbanismo en 2019, el 9,1% de la población de San Juan tenía más de 74 años; el mismo estudio desvelaba que en San José era del 8,9% frente al 7,4% de media en todo el municipio.
Antes de poner en marcha este plan, la concejalía de Urbanismo, que dirige Javier Doreste, deberá reparar la escalera mecánica y el ascensor que ya existen entre San José y San Juan. Desde su inauguración en 2012 han estado casi más tiempo parados que en funcionamiento, especialmente la escalera, víctimas de actos vandálicos y de la falta de mantenimiento. De ahí que muchos vecinos tomen con escepticismo la implantación de nuevos medios mecanizados en el barrio.
El Ayuntamiento sacó a licitación el pasado abril el contrato de reparación y mantenimiento de todas las escaleras mecanizadas y ascensores de la ciudad que están en mal estado. La idea será dotarlos de cámaras de seguridad y de una revisión periódico para evitar los males que hasta ahora se han ido sucediendo en San José, San Antonio o Lomo Verdejo.
Recorridos peatonales mixtos
Los elevadores mecanizados han sido diseñados en consonancia con recorridos peatonales mixtos dotando de mayor accesibilidad a San Juan y a San José. Así, los cinco ascensores estarán conectados, al menos, con una vía por donde pueden acceder los vecinos en su coche y los servicios básicos. También directamente con calles troncales o estructurantes. En caso de que uno de los accesos sea a un pasaje o callejón peatonal, los técnicos han diseñado los recorridos de tal manera que estos sean en horizontal paralelos a la ladera. Según reseña el ordenamiento, el objetivo es conseguir conectar peatonalmente, de manera lo más inclusiva posible, las cotas más altas del risco con las más bajas. Además, se tendrá en cuenta reducir el número de obstáculos y barreras arquitectónicas, tales como escalones. | A. V.
