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Las pardelas inician su viaje por el Atlántico

El Cabildo suelta en Las Coloradas medio centenar de ejemplares | Ciudad de Mar valora atenuar las luces de Las Canteras durante los días de migración

Suelta de pardelas en Las Coloradas

Suelta de pardelas en Las Coloradas La Provincia

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Suelta de pardelas en Las Coloradas Adzubenam Villullas

Una, dos, tres... y así hasta sacar de sus respectivas cajas 50 ejemplares de pardelas cenicienta -Calonectris diomedea-. El Centro de Recuperación de Fauna Silvestre del Cabildo soltó este jueves desde Las Coloradas a medio centenar de estas aves recogidas del suelo la noche del miércoles al jueves tras deslumbrarse por culpa de las luces de zonas urbanas, muelles o instalaciones deportivas. Con sus alas al viento, pondrán rumbo a la costa de Brasil, donde continuarán posteriormente su largo viaje por el océano Atlántico. Y es que estos polluelos no regresarán a Gran Canaria para nidificar hasta dentro de cinco años.

"La pardela es una especie que tiene un reloj biológico", explicó este jueves el veterinario del Cabildo, Pascual Calabuig, "ellas tienen que empezar su viaje en una fecha concreta, es todo un mecanismo y si falla ella se viene abajo". De ahí la importancia para que no caigan al suelo. Los polluelos de esta ave nacen habitualmente hacia finales del mes de julio en acantilados y cuevas de la costa de la Isla. A partir de ese momento, sus padres comienzan a alimentarlos, "al principio cada día, después irán disminuyendo las dosis", señaló el técnico. Una vez pasados tres meses -ya sin el sustento familiar- es cuando se sienten preparados para dar el paso e iniciar su gran viaje por el Atlántico.

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Suelta de pardelas en el mirador de Las Coloradas Juan Carlos Castro

Calabuig aclaró que este medio centenar de ejemplares hicieron el primer vuelo de su vida en la noche del miércoles al jueves. Una hazaña que quedó frustrada tras quedar encandiladas al pasar cerca de alguna población, por lo que terminaron en el suelo, en algunos casos malheridas. "¿Lo que hay que hacer? Que no caigan y para eso hay que apagar las luces", manifestó el veterinario del Cabildo, quien hizo un llamamiento a la población y a los ayuntamientos a mitigar las luces de las zonas urbanas, "hay avenidas que si se atenúan durante diez días al año [entre octubre y noviembre] no va a pasar nada".

El concejal de Turismo, Pedro Quevedo, quien acudió a la suelta en sustitución del titular de Ciudad de Mar, José Eduardo Ramírez, indicó por su parte que el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria "está mirando la posibilidad de atenuar las luces en el paseo de Las Canteras en determinadas épocas del año". El edil precisó que existe "un problema técnico que hay que resolver" con respecto al sistema eléctrico, el cual no permite hacer cambios tal y como está ahora ejecutado el alumbrado de la playa.

Ave pelágica

La pardela es un ave pelágica que vive fundamentalmente en el mar y solo se acerca a tierra para reproducirse. Cuando son polluelos se desorientan con facilidad por culpa de las luces artificiales de pueblos y ciudades. En Gran Canaria, Calabuig resaltó que la mitad "casi siempre" aparecen en Agaete e inmediaciones; los grandes hoteles de la costa de Mogán, la playa de Las Canteras o los campos de fútbol cercanos a la costa norte de la Isla son otros lugares donde habitualmente caen al suelo.

La mayoría son rescatadas y a las pocas horas vuelven a los cielos -de hecho, hace apenas unos días se organizó otra suelta en la costa de Arucas-, pero esto no siempre es así. "Normalmente el 5% tenemos que eutanasiarlas", reconoció Calabuig. En la mañana del jueves, por desgracia, se vieron abocados a hacerlo con algunas.

¿Por qué? Al accidentarse, señaló, "se rompen alas, huesos, se conmocionan de tal manera que se quedan mal, con desgarros internos". Su recuperación en el centro insular de Fauna Silvestre es algo "complicado" dado que, aunque se curen "no es posible su readaptación", dada esa necesidad biológica que tienen por volar cuanto antes. De hecho, algunos de los ejemplares que soltaron en Las Coloradas ni siquiera llegaron a pasar por las instalaciones del Cabildo y "solo a dos o tres las lavamos para quitarles barro".

Una pardela haciéndose la remolona en Las Coloradas. Juan Castro

Y es que, cuanto antes lleguen al mar, antes comenzarán a hacer su gran viaje por el océano Atlántico. Desde Canarias, las pardelas cenicientas ponen el GPS con dirección a Brasil, "cuando llegan allí apoyadas en el viento giran y toman una nueva dirección hasta Sudáfrica", explica Calabuig. Una vez en las inmediaciones del Cabo de Buena Esperanza, toca volver a cambiar el rumbo a Namibia, "donde hay un banco pesquero muy importante, allí tienen muchísima comida". Durante su periplo migratorio van buscando el calor, de ahí que aprovechan el verano austral cuando en estas latitudes del planeta es invierno.

«Un viaje por amor»

"Estas pardelitas no van a volver a pisar tierra hasta dentro de cinco años", señaló el veterinario. Una vez el reloj biológico les haga la llamada para poner rumbo otra vez a su lugar de nacimiento, en este caso Canarias, "regresarán a toda leche para verse con su pareja, porque solo se reconocen en la cueva y no en el mar; allí se están esperando el uno al otro, así que es un viaje por amor que dura mucho menos". Comenzará así el proceso de apareamiento.

Una vez sus padres los abandonan, les tocará enfrentarse al mundo real. Tendrán que aprender a volar y pescar. De hecho, muchas no logran adaptarse, caen y mueren. Calabuig recalcó la importancia de concienciar a la población. A la suelta acudieron algunas de las personas que rescataron a estos ejemplares estos días, es el caso de José Quintana, vecino de Guanarteme. En su caso ha rescatado a media docenas de pardelas en los últimos dos días en La Cícer, «con mucha precaución», para evitar hacerles daño.

¿Qué hacer si ves una?

En caso de encontrarse con una pardela desorientada y deslumbrada hay que seguir un par de consejos. El veterinario Pascual Calabuig indicó ayer que «si no tienes maña», hay que sujetar al animal a ser posible con una toalla o un plástico, con cuidado de no hacerle daño en las alas principalmente. A continuación, lo mejor sería meterla en una caja y llamar al 112 y esperar a la llegada de los técnicos o en tal caso llevarla a la Policía Local o a algún cuartel de la Guardia Civil. A la suelta desde Las Coloradas acudieron algunas personas que estos días las recogieron y siguieron estos pasos. | A. V.

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