Medio Ambiente

La prohibición de fumar reduce en un 40% las colillas en Las Canteras

Los bañistas aseguran que la presencia de fumadores se ha reducido muchísimo, pero reclaman presencia policial para controlar a los que todavía fuman en la playa

Un bañista fuma un cigarro en Las Canteras

Un bañista fuma un cigarro en Las Canteras / Juan Castro

La presencia de colillas en la playa de Las Canteras se ha reducido en un 40%, tras la entrada en vigor hace algo más de un año de la ordenanza de playas de Las Palmas de Gran Canaria, que prohíbe fumar en todos los arenales de la ciudad.

Los bañistas aseguran que la presencia de fumadores se ha reducido hasta en un 70%, aunque se quejan de que todavía hay algunos y advierten de que su número aumenta en los fines de semanas y festivos, por lo que reclaman más presencia policial.

Se quejan de que después de la peor época de la pandemia, es difícil ver a un agente patrullando en Las Canteras.

En días laborales, es difícil ver a algún fumador, pero los sigue habiendo que se saltan la ordenanza y que arrojan la colilla a a la arena cuando terminan.

Pese a ello, el volumen de colillas se ha reducido en un 40%, según las estimaciones de los operarios que se dedican a retirarlas. Fuentes de limpieza de playas señalaron que la mayor presencia de colillas sigue siendo alta en la zona de La Puntilla, por la aglomeración de gente, y la Cícer.

Añadieron que una parte de los filtros de los cigarros llegan a la arena de la playa porque los tira la gente que sale de marcha por la noche. Por Playa Chica se nota una gran acumulación por dicha razón. «Esa es una causa de que no haya bajado más la presencia de colillas, porque se nota muchísimo que los bañistas están respetando la ordenanza», dijeron.

Mary Medina forma parte de los bañistas que obedece la ordenanza, aunque es fumadora. Cada vez que coge un cigarro se sube a la zona que linda con el paseo, en la zona de La Puntilla, donde están los ceniceros.

«A mí me parece muy bien la prohibición aunque soy fumadora. Yo todo eso lo respeto porque no me gusta molestar a la gente con el humo, pero que el Ayuntamiento haga lo mismo con los porros y la presencia de gente con litronas en la playa. Si se trata de sacar los vicios de la playa, vamos a sacarlos todos, no solo el tabaco, porque yo cada vez veo a más gente fumando porros y el humo es más molestoso. Me parece injusto que solo se ataque el tabaco», se queja.

Medina calcula que ahora solo fuma una cuarta parte de la gente que lo hacía antes de la prohibición. «Los domingos y los sábados aumenta el número de fumadores porque está todo lleno y pueden disimular más. Hay que controlar más. Aquí la policía desapareció de la playa después de la pandemia. Ahora cuesta ver a uno», explica.

Antonio es otro fumador que se sube al paseo con el tabaco, a la altura de la plaza de Saulo Torón. «Tampoco cuesta tanto hacerlo, aunque me parece ridículo cuando no hay nadie porque yo siempre llevo mi cenicero en la mochila. Cuando hay mucha gente es normal que lo hagas. En mi caso, fumo menos», señala Antonio, quien afirma que «la gente sigue fumando. Los que están en las hamacas no, pero los que están por fuera sí. Esto está lleno de colillas todos los días y en verano más. Si está el tiempo bueno, hay un montón de gente fumando y tiran la colilla a la aren y qué les vas a decir. Yo subo a fumar, lo apago y lo tiro a la papelera».

Puntos negros

Diego, otro bañista, sí ha notado la reducción de los fumadores en el último año. «Hay alguno que otro, pero la mayoría se sube al paseo a fumar». Diego no fuma y se siente doblemente agradecido por la prohibición. Por una parte, no sufre las molestias del humo y, por otra, «hay muchas menos colillas en la playa. Sigue habiendo, pero muchísimas menos. A mí me parece bien la prohibición porque además el vicio de fumar de por sí no es muy bueno».

El edil de Ciudad de Mar, José Eduardo Ramírez, considera «buenos» los resultados, en «líneas generales», porque «esto sigue siendo una carrera de fondo. Seguimos teniendo puntos donde se concentran más las colillas en las playas, como La Cícer y El Confital y debemos insistir en la sensibilización ciudadana. La reducción del hábito de fumar en las playas es una tendencia que debe entenderse como algo permanente».

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Un reciente estudio de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) advierte del alto impacto negativo que la presencia de las colillas tienen sobre el plancton y otros organismos.

El concejal de Ciudad de Mar José Eduardo Ramírez se refiere a las consecuencias y el impacto ambiental de los filtros en la arena, algo «cientificamente comprobado» y también al «riesgo para los menores por su alta toxicidad».

Recuerda que "la reducción del hábito de fumar en las playas es una tendencia que debe entenderse como algo permanente. Cuando aprobamos que Las Canteras debía convertirse en un espacio libre de humos lo hicimos después de una reflexión amplia con numerosos sectores vinculados a la playa y después de una consulta ciudadana online".

"Seguimos teniendo puntos donde se concentran más las colillas en las playas, como la Cícer y El Confital y debemos insistir en la sensibilización ciudadana", señala. 

A su juicio, «no se trata de imponer sino de fomentar comportamientos respetuosos y con el convencimiento de que las playas deben ser entornos saludables, no sólo para las personas, también para el propio espacio natural. Creo que con ello ganamos todos».

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