La iglesia de Santa Isabel de Hungría en Escaleritas pasa a la Diócesis de Canarias 76 años después

El Ayuntamiento cede al Obispado el único templo de la ciudad que estaba bajo su propiedad

El tríptico de Jesús Arencibia del interior seguirá siendo parte del fondo de arte municipal

Iglesia Santa Isabel de Hungría, en Escaleritas.

Iglesia Santa Isabel de Hungría, en Escaleritas. / José Carlos Guerra

Tres cuartos de siglo después de su construcción, la iglesia de Santa Isabel de Hungría pasará a manos de la Diócesis de Canarias. El templo data de 1948 junto al resto de la promoción de viviendas sociales que la rodea, lo que supone el germen del barrio de Escaleritas. Desde entonces, la titularidad del inmueble ha sido del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria. El Consistorio y el Obispado firmaron un acuerdo de cesión de uso en 2020 y este se materializó sin contraprestación económica este lunes tras salir publicado en el Boletín Oficial de la Provincia (BOP). Las pinturas de Jesús Arencibia del interior seguirán siendo de titularidad municipal.

La iglesia de Santa Isabel de Hungría está situada en una parcela de 570 metros cuadrados en la plaza de Argentina. El templo, con un marcado estilo neocanario propio de la década de 1940, ha sido de titularidad municipal desde su apertura -de hecho, en la actualidad era el único de toda la capital en manos del Ayuntamiento-. La Diócesis, no obstante, ha estado haciendo uso del mismo desde entonces y el Consistorio se ha limitado al mantenimiento del edificio, según fuentes municipales.

Un tríptico en óleo sobre lienzo

Este acuerdo de cesión alcanzado entre el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria y la Diócesis de Canarias no incluye las pinturas de Jesús Arencibia. Situadas en el interior del inmueble, estas seguirán formando parte del Depósito de Obra de Arte del Consistorio dado su valor pictórico y, además, seguirán expuestas al público. Concretamente, el pintor originario de Tamaraciete diseñó un tríptico en óleo sobre lienzo. 

En la pieza central del tríptico, Santa Isabel mira a los cielos «en actitud mística». Los tonos son cálidos y las figuras alargadas, algo habitual en las obras de Arencibia en otros templos de la capital. La segunda pieza está protagonizada por San Francisco de Asís, representando su ascensión a los cielos y con tonos en contraste con los personajes de la parte inferior del cuadro. Por último, en la tercera resalta Santa Clara con los brazos al cielo en la parte superior y diversos personajes en la inferior en tonalidades oscuras.

La iglesia de Santa Isabel de Hungría en torno al año 1950.

La iglesia de Santa Isabel de Hungría en torno al año 1950. / LP/DLP

La iglesia de Santa Isabel de Hungría, junto al resto de la urbanización, fue inaugurada el 29 de abril de 1948. Al acto acudieron el obispo Antonio Pildaín y el alcalde capitalino de la época, Francisco Hernández González. El templo, precisamente, tomó dicha advocación por petición del mandatario franquista, quien al parecer quiso tener un gesto de homenaje a su madre, Isabel González Díaz. Comenzó como vicaría y no sería hasta 1961 cuando se convierte en parroquia ante el aumento poblacional del barrio.

La barriada de Escaleritas

El edificio destaca por su esbelta torre, construcción que contrasta con la barriada de baja densidad que las autoridades franquistas construyeron alrededor, con casas para obreros de una sola planta -aunque más tarde muchas fueron ampliadas-. La barriada de Escaleritas, como era conocida en ese entonces, formaba parte de las dos primeras urbanizaciones sociales que las administraciones públicas construían en Ciudad Alta. A diferencia de la segunda promoción, situada en Schamann y promovida por el Mando Económico de Canarias, esta fue promovida por el Patronato Municipal de la Vivienda.

La urbanización, con 166.345 metros cuadrados, fue presupuestada en unos 14 millones de pesetas, aunque finalmente costó más de 20 millones. La nueva barriada, apartada del resto de la capital por ese entonces, en un páramo de la Ciudad Alta aún sin construir, constaba de 422 viviendas, mercado -hoy sede de la Casa de la Mujer-, grupo escolar -actual CEIP Escaleritas- e iglesia. Se trataba de un modelo tipo ciudad-jardín de manera modesta que contó con los arquitectos Antonio Cardona y Fernando Delgado León.

Fernando Martín y Galán señala en su libro 'Las Palmas ciudad y puerto', que la construcción de esta barriada y la citada de Schamann del mismo año supusieron dos conjuntos residenciales para obreros que «encierran una significación especial» para el urbanismo de la capital. Se trata de los dos primeros intentos de zonas residenciales que se dotaron de servicios básicos en la periferia. Una experiencia piloto que contrasta con las realizadas posteriormente -El Polvorín o Las Rehoyas-, las cuales «se quedaron muy por detrás de lo aquí alcanzado» en cuanto a «configuración, densidad y calidad del hábitad».

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